El misil que alcanzó la ciudad ucraniana de Dnipro el jueves ha sido el colofón a una semana marcada por una sucesión de acontecimientos que sirven de evidencia de la escalada, en pleno tiempo de descuento para el inicio de la presidencia de Donald Trump y su efecto aún por dirimir en una guerra que acaba de superar los 1.000 días. “Tenemos un stock de sistemas de este tipo listos para ser utilizados”, advirtió este viernes Vladimir Putin en la enésima amenaza tras la autorización de Joe Biden a Ucrania para el uso de misiles de largo alcance contra territorio ruso. Y en un nuevo aviso a que cualquier ataque recibirá respuesta.
A pesar de sus declaraciones, sigue resultando un completa incógnita las características y la disponibilidad del misil hipersónico de medio alcance bautizado como Oreshnik (avellano, en ruso) empleado por primera vez en Dnipro. “No se sabe nada sobre este misil MRBM/IRBM 'experimental', incluido su alcance máximo”, señala a El Independiente Farzin Nadimi, experto en defensa de The Washington Institute. “Sólo se sabe que puede lanzar ojivas múltiples a velocidades hipersónicas contra su objetivo u objetivos. Podría tratarse de un misil nuevo o, más probablemente, de una modificación de un ICBM (Misil Balístico Intercontinental) o SLBM (Misil balístico lanzado desde submarino) existente”, desliza.
Según Putin, el misil probado contra Ucrania viajaba a una velocidad de Mach 10, es decir, 10 veces la velocidad del sonido, y no había “ninguna forma de contrarrestar esta arma”. Si, como sostiene Putin, se trata de un misil de alcance intermedio, tendría un rago de acción de 2.500-3.000 kilómetros, pudiendo alcanzar hasta los 5.000 km, lo que pondría a casi toda Europa a su alcance. “Ninguna otra nación tiene armas como las nuestras”, se ha jactado Putin en unas declaraciones que habría que digerir con cautela.
Sin consenso entre los expertos
Pero más allá de la explicación del líder ruso, no existe consenso entre los expertos sobre las características precisas. “Se basa en un misil de desarrollo que Rusia lanzó en 2018 (RS-26 Rubezh), por lo que no es fundamentalmente nuevo. Pero todavía hay muchas cosas que no sabemos sobre el Oreshnik”, admite a este diario John Hardie, subdirector del Programa Rusia del think tank estadounidense Foundation for Defense of Democracies (FDD).
La inteligencia militar ucraniana insiste en que se trata de un misil balístico intercontinental (ICBM) conocido como Kedr (cedro). Un analista militar ruso se decantó por esta versión al señalar al diario Izvestiya que podría tratarse de una versión reducida de Kedr. Otro experto ruso, sin embargo, sugiere que el misil podría haber sido creado a partir de los misiles Iskander de menor alcance, utilizados habitualmente en Ucrania. Un modelo al que se le habría agregado un motor de combustible sólido de nueva generación. Funcionarios estadounidenses, no obstante, afirman que el lanzamiento de un misil de este tipo habría desencadenado una alerta nuclear en Washington.
No estarán disponibles en grandes cantidades y su lanzamiento por una potencia nuclear podría ser malinterpretado por otras potencias nucleares
La imprecisión está justificada. En virtud del Tratado INF (por las siglas en inglés de Intermediate-Range Nuclear Forces), el acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Soviética firmado en 1987, ambas potencias se comprometieron a reducir su arsenal nuclear y permitir inspecciones in situ para verificar la destrucción de los misiles. “Debido a esas limitaciones, la URSS/Rusia no desarrolló ni lanzó ningún misil MRBM/IRBM desde los años 80, pero desde 2019 Rusia, al igual que EE. UU., ya no se adhiere al INF”, esgrime Nadimi.
“Poseer un misil de largo alcance con una capacidad MIRV [Un vehículo de reentrada múltiple e independiente, una colección de armas nucleares introducidas en un único misil balístico intercontinental] convencional pesada es muy significativo, para atacar objetivos estratégicos de muy alto valor, pero estos misiles son caros y no estarán disponibles en grandes cantidades y su lanzamiento por una potencia nuclear podría ser malinterpretado por otras potencias nucleares, por lo que debe haber una advertencia cada vez que vayan a ser utilizados”, agrega el especialista.
Zelenski: La amenaza de los misiles no puede ser ignorada
En su intervención en una reunión con la cúpula de Defensa y miembros de su Consejo de Seguridad, Putin defendió el uso de Oreshnik y consideró vital su desarrollo “a medida que nos enfrentamos a nuevas amenazas”. Washington y Bruselas condenaron este viernes el uso del misil. El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, admitió que la guerra está entrando en una fase decisiva. "La amenaza de un conflicto global es seria y real", alertó.
Desde Kiev, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski advirtió que Putin seguirá intentando intimidar a Ucrania y necesita una respuesta seria. En un discurso en vídeo, Zelenski añadió que la respuesta de Occidente al uso por Putin del nuevo misil hipersónico tiene que hacer que el Presidente ruso sienta las consecuencias de sus actos. “La amenaza de los misiles rusos” no puede ser ignorada, reclamó.
Según la agencia de noticias Interfax-Ucrania, Ucrania está tratando de obtener el sistema estadounidense THAAD o mejorar sus sistemas de defensa antimisiles balísticos Patriot. Fuentes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania que afirman que se están llevando a cabo negociaciones con la parte estadounidense en relación con los sistemas, tras el ataque de Rusia. "Según nuestros datos, el número de estos nuevos misiles experimentales es muy limitado", agregan.
“Vladimir Putin espera que, blandiendo esta nueva arma, pueda infundir miedo en los corazones de los socios occidentales de Ucrania. Aunque los gobiernos occidentales no deben ignorar las amenazas rusas, tampoco deben dejar de apoyar a Ucrania”, opina Hardie. Para Jeffrey Lewis, director del Programa de No Proliferación de Asia Oriental en el Centro para Estudios de No Proliferación, “lo que es notable es que el misil tiene una carga útil de 36 submuniciones”. “Es algo que no habíamos visto antes en un misil balístico de alcance intermedio”, agrega.
Unos elementos que elevan el riesgo de una confrontación global, aún con matices. "Sigo creyendo que es improbable que Moscú utilice armas nucleares tácticas en Ucrania o emplee la fuerza militar directamente contra un miembro de la OTAN", concluye Hardie.
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