El pasado jueves, el gobierno de Australia presentó un proyecto de ley que pretende prohibir a los menores de 16 años el uso de las redes sociales y que contempla multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos (30,6 millones de euros). Además, deposita sobre ellas la responsabilidad de vigilar que no accedan a las mismas. El objetivo del ejecutivo es proteger la salud mental de los niños y adolescentes. Afectaría a aplicaciones como Instagram, TikTok, Facebook y X (Twitter), aunque contempla excepciones para plataformas como YouTube, además de las de mensajería y juegos en línea.

Desde X han mostrado su rechazo hacia la norma, afirmando que contraviene el derecho a la libertad de expresión y que tendrá "un impacto negativo en los derechos humanos de los niños y jóvenes". La red social, mundialmente conocida todavía como Twitter, propiedad de Elon Musk, ha señalado también que puede contravenir otras leyes y los derechos a la intimidad, según un documento publicado este lunes por el Parlamento de Camberra que ha recogido la Agencia EFE.

El empresario norteamericano siempre se ha mostrado reacio a cualquier tipo de control legislativo sobre el uso de las redes. En agosto criticó la detención en Francia del CEO de Telegram, Pavel Durov, acusado por las autoridades de complicidad en delitos como terrorismo o pedofilia por negarse a moderar el contenido de la aplicación. La plataforma de Musk explica que tiene "serias dudas en cuanto a la legalidad del proyecto de ley, incluida su compatibilidad con otras normas y leyes, incluidos los tratados internacionales de derechos humanos de los que Australia es signataria".

Twitter y la libertad de expresión

La red social subraya que si es aprobada, "tendrá un impacto negativo en los derechos humanos de los niños y los jóvenes, incluyendo su derecho a la libertad de expresión y al acceso a la información". Sostiene además que la propuesta es "alarmante" porque establece un régimen punitivo.

"En lo que respecta al derecho a la intimidad, las obligaciones de consentimiento establecidas en el proyecto de ley parecen ir más allá de las que se exigirían en virtud de la actual legislación australiana en materia de privacidad", apunta el documento de cinco folios que ha recogido EFE.

Por contra, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, ha afirmado que ésta es una "reforma histórica". "Sabemos que algunos niños encontrarán formas de acceso alternativas, pero estamos enviando un mensaje a las empresas de redes sociales para que cambien de actitud”, dijo a través de un comunicado.