"Trump está conformando un equipo de podcasters, un gabinete de comunicadores, no administradores, que han sido elegidos por su fama y por su experiencia como caras y voces conocidas en las noticias de la televisión, en podcasts, o simplemente como famosos", escribía este fin de semana el columnista del New York Times Ross Douthat. "En ese caso es un error mirar tan detenidamente a sus compromisos ideológicos o a su experiencia como gestores. Trump solo los quiere como caras carismáticas que estén dispuestos a vender en público lo que sea que él decida que vendan", opinaba.

El presidente electo estadounidense Donald Trump ha terminado de designar a quienes conformarán su gabinete en un tiempo récord. Solo han pasado tres semanas desde que ganó las elecciones y ya ha nombrado a los 15 secretarios que integrarán su equipo, un punto al que la última vez llegó dos días antes de asumir el cargo. También ha sustituido a uno, el excongresista Matt Gaetz, tras comprobar que no iba a ser refrendado por el Senado -ahora la fiscal de Florida Pam Bondi será la fiscal general del país-.

Los nominados tienen en común que ya formaban parte del círculo del presidente, todos eran leales y cercanos, pero muchos de ellos también comparten que son caras muy conocidas para el público general por sus numerosas apariciones en televisión, ya sea en el ámbito del periodismo, las celebrities o el deporte, además de ser megarricos en muchos casos. La elección llama la atención en tanto que Trump siempre ha lamentado la influencia de Wall Street en Washington al mismo tiempo que ha tratado de presentarse como el candidato de la clase obrera, quien realmente mira por las preocupaciones de la gente corriente como los precios, la seguridad o los impuestos.

En el ámbito de los más ricos destaca que tres megadonantes de la campaña republicana hayan terminado con importantes cargos en el gabinete de Trump, por no mencionar el caso de Elon Musk. Musk no tendrá un cargo en el equipo pero sí estará cerca del presidente electo, al haber sido designado para liderar el futuro Departamento de Eficiencia Gubernamental junto al también empresario y exrival de Trump Vivek Ramaswamy. Volviendo a los donantes, el magnate de Wall Street Scott Bessent, que lleva años muy cerca de Trump asesorándolo en política económica, ha donado cerca de tres millones de dólares a la campaña y será el secretario del Tesoro, el puesto más importante de política económica de todo el gabinete. Un gestor de fondos de inversión para gestionar la economía de EEUU.

Chris Wrigh es otro empresario del petróleo y el gas, CEO y fundador de Libery Energy, además de gran donante. Será el secretario de Energía. En la misma línea se sitúa Howard Lutnick, presidente y consejero delegado de Cantor Fitzgerald, una empresa de servicios financieros, quien ha sido nominado para ser el secretario de Comercio. Paradójicamente, en este aspecto el hecho de que Trump haya escogido a empresarios experimentados sí podría ayudar a la clase trabajadora si consiguen que no lleve a cabo algunas de las políticas que, según temen los economistas, podrían conducir a mayores incrementos de precios, como la imposición de fuertes aranceles a todos los productos que entren a EEUU.

El antivacunas Robert F. Kennedy Jr., es, además de un miembro de la familia del expresidente demócrata asesinado, el fundador de un conocido programa radiofónico en Air America Radio, Ring of Fire, del que tuvo que salir porque sus opiniones contra las vacunas lo pusieron en problemas con la audiencia y el resto de presentadores. Trump ha escogido a Kennedy para dirigir la sanidad estadounidense pese a que se ha enfrentado en numerosas ocasiones a médicos y científicos al defender que las vacunas provocan autismo en niños, que hay que eliminar el flúor del agua potable o que habría que prohibir el paracetamol.

El equipo también cuenta con un exjugador de fútbol americano como máximo responsable de Urbanismo y Vivienda, Scott Turner; con una exempresaria de la lucha libre WWE como secretaria de Educación, Linda McMahon, y con dos presentadores de la cadena de televisión Fox. Uno, Pete Hegseth, estará al frente de la Defensa y el Pentágono y al presidente electo no parece preocuparle que esté acusado de haber violado a una mujer en 2017. Otro, Sean Duffy, será el secretario de Transporte, pese a que hasta la semana pasada seguía trabajando en la televisión. En su comunicado Trump dejó claro que para él lo más importante es que el periodista es un "sirviente público tremendo y muy querido" y que cuando fue congresista fue "una voz muy respetada y un buen comunicador".

Los designados también cuentan con otra cosa en común: muchos tienen visiones contrarias a las del presidente electo, aunque ahora intenten disimularlas. La excongresista demócrata Tulsi Gabbard, nominada a directora de la Inteligencia Nacional, ha criticado en numerosas ocasiones las decisiones de política exterior de Trump. Kennedy es proabortista y está a favor de cierta regulación que el presidente electo rechaza, y Hegseth se ha enfrentado a JD Vance. Bessent y Lutnick han manifestado su oposición a imponer numerosos aranceles como pretende su jefe. Pero nada de eso importa demasiado, porque otros aspectos los convierten en perfectos para sus puestos.

¿Son personalidades demasiado propensas al conflicto, imposibles de encajar en un mismo gabinete? Sospecha también Douthat que algunos podrían haber sido elegidos para crear precisamente eso, choques pero no en el consejo de ministros estadounidense sino en las propias agencias que dirigirán, donde Trump ha prometido llevar a cabo importantes limpiezas. Tanto Hegseth como Gabbard, Kennedy y Gaetz han criticado con fuerza las instituciones en las que ahora van a estar al frente, lo que sugiere que existe ese deseo por agitar el avispero.

Los nombramientos que Trump ha anunciado en las últimas semanas no serán oficiales hasta que el Senado los confirme en enero.