Tras días de negociaciones, Israel y el Líbano sellaron este martes el acuerdo de alto el fuego que concede una tregua a más de un año de fuego cruzado y casi dos meses de invasión terrestre del sur del Líbano por las tropas israelíes. En el tiempo de descuento de la administración Biden, la mediación estadounidense ha logrado un pacto plagado de incógnitas que permite a los demócratas abandonar la Casa Blanca con al menos una rebaja de la tensión en uno de los focos del incendio de Oriente Próximo, mientras la Franja de Gaza sigue hundida en una devastadora guerra. El alto el fuego arranca a las 4 de la mañana de este miércoles, anunció Biden a última hora del martes.

El acuerdo -que los libaneses tildan de "arreglo"- recibió a última hora de este martes la luz verde del primer ministro Benjamin Netanyahu. El cese temporal de hostilidades plantea ciertos interrogantes. El principal es: "¿Cómo el acuerdo se asegurará de que Hizbulá realmente retira sus combatientes y armas del sur del Líbano?", se pregunta David Wood, analista senior de Crisis Group en el Líbano.

Desplazados libaneses celebran el anuncio de tregua. | EFE

Tregua temporal

El tiempo limitado de la tregua es una de las claves del acuerdo suscrito con mediación estadounidense. Se trata de dos meses de cese del fuego cruzado que estalló el 8 de octubre de 2023, un día después de los ataques de Hamás contra el sur de Israel y del inicio de los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza. "El punto obvio pero muy importante es que no es un alto el fuego permanente. Es para 60 días y luego, si va bien, podría haber un alto el fuego permanente", subraya Wood. "El compromiso de Israel y Hizbulá es la retirada del sur del Líbano y dejar de atacarse mutuamente por aire. El ejército libanés se movería hacia el sur del Líbano".

En el comunicado conjunto, Biden y Emmanuel Macron insistieron en que "el anuncio creará las condiciones para restablecer una calma duradera y permitirá a los residentes de ambos países regresar con seguridad a sus hogares a ambos lados de la Línea Azul".

Interés de Irán y Hizbulá

Según el acuerdo firmado, Hizbulá no será desarmada. Sus armas, sus miles de misiles de largo y corto alcance, su arsenal de drones, su avanzada tecnología balística y el resto de su infraestructura militar seguirán existiendo aunque han sido diezmados por los ataques aéreos y la incursión del ejército israelí en el sur del país. En cambio, ei el acuerdo se aplica en su totalidad, la milicia chií libanesa se alejará de Israel, al norte del río Litani, pero no desaparecerá.

En su declaración a última hora de este martes, Netanyahu vendió como victoria haber debilitado las capacidades militares del grupo libanés. Una de las claves de la aceptación del pacto por su rival es los daños sufridos en estos cerca de dos meses de combates y bombardeos no solo en el sur del Líbano sino también en sus bastiones en Beirut. "Hizbulá e Irán apoyan el alto el fuego, probablemente porque Hizbulá ha sufrido enormes pérdidas, especialmente en los dos últimos meses durante los ataques israelíes", destaca el analista de Crisis Group.

Fatiga israelí

En el bando israelí, algunas de las razones las esbozó anoche Netanyahu. El acuerdo ofrece un descanso a unas tropas que llevan, entre Gaza y el Líbano, 14 meses de una contienda que Tel Aviv ha dibujado en siete frentes, incluido Yemen, Irán o Cisjordania.

"Israel está luchando en diferentes frentes: obviamente, luchan en Gaza y tiene enfrentamientos en Cisjordania. Está la batalla con Irán. Podría ser que el ejército de Israel realmente sienta que ha logrado los objetivos estratégicos que quería al atacar a Hizbulá, y que ahora sería un buen momento para retirar las tropas de Líbano y centrarse en otras prioridades", detalla Wood. "Y una tercera sería que el presidente electo Donald Trump ha dejado claro a Netanyahu y a su gobierno que quiere que la guerra en el Líbano termine antes de convertirse oficialmente en presidente el 20 de enero".

Trump ha dejado claro a Netanyahu y a su gobierno que quiere que la guerra en el Líbano termine antes de convertirse oficialmente en presidente

Unos motivos que, sin embargo, no le garantizan un apoyo unánime a la estrategia de Nentayahu. "Está claro que no todos los israelíes apoyan el acuerdo de alto el fuego. Y es posible que incluso con acuerdo de alto el fuego siga habiendo presiones sobre el Gobierno para que rompa el alto el fuego, potencialmente con el pretexto de que el propio Hezbolá lo está violando".

Supervisión internacional

Por la salud y la vigencia del acuerdo temporal velará un comité de seguimiento compuesto por cinco países. La principal responsabilidad de la aplicación, no obstante, recaerá en el ejército libanés con el apoyo de la Unifil, la fuerza de paz de la ONU en el sur del Líbano en la que hay desplegado un contingente de cerca de 700 soldados españoles y que durante estos dos últimos meses han tenido que soportar ataques periódicos de las tropas israelíes.

"Estados Unidos y Francia trabajarán con Israel y Líbano para garantizar que este acuerdo se aplique y se cumpla plenamente, y seguimos decididos a evitar que este conflicto se convierta en otro ciclo de violencia. Estados Unidos y Francia también se comprometen a liderar y apoyar los esfuerzos internacionales para la capacitación de las Fuerzas Armadas Libanesas, así como el desarrollo económico en todo el Líbano, con el fin de promover la estabilidad y la prosperidad en la región", agrega el comunicado de Biden y Macron.

Acuerdo frágil

Nadie oculta que se trata de acuerdo frágil cuyo éxito depende del compromiso de las partes, con la derivada del Líbano, un país al borde de la bancarrota con un difícil equilibrio y el riesgo cierto de deslizarse hacia el escenario de una guerra civil. "Hizbulá tendría que comprometerse a respetar el acuerdo de alto el fuego y a retirar a sus combatientes y armas del sur del Líbano, porque nunca se enviaría al ejército libanés a obligar a Hizbulá a hacerlo con violencia. El gobierno libanés nunca correría ese riesgo porque podría abocar a una situación desastrosa en el interior del Líbano", advierte Wood.

La fragilidad también es del lado libanés. "En Israel ya sabemos que existe cierta oposición política al acuerdo, tanto por parte de algunos miembros del gobierno de Netanyahu, como de muchas de las personas que viven en el norte de Israel y que han sido desplazadas. Argumentan que Israel no debería aceptarlo y que, en su lugar, debería seguir atacando a Hizbulá para destruir su amenaza militar", comenta el analista.

"Así que es posible que en los próximos 60 días Israel vuelva a atacar Líbano alegando que Hizbulá no está cumpliendo el acuerdo. Y eso podría significar que acabáramos en la misma situación que ahora, en la que ha estallado una guerra entre las partes. Por lo tanto, aunque es una buena noticia que haya un alto el fuego, también debemos ser conscientes de que es muy frágil y que todavía existe un gran peligro de que la situación vuelva a ser violenta", concluye Wood.

Premio de consolación para Biden

La propuesta, presentada la semana pasada durante visita regional por el mediador estadounidense Amos Hochstein, permite un salvavidas final a Joe Bien en la recta final de su mandato, con el tono sombrío del camino hacia la presidencia de Trump. Una suerte de compensación para el hombre que no dudó en apoyar a Netanyahu durante los 14 meses de ofensiva militar israelí en Gaza y después de que el inicio de la incursión terrestre del Líbano estallara a las puertas de las elecciones estadounidenses, en un contexto marcado por las tensiones entre los demócratas más críticos con la posición de la Casa Blanca en Oriente Medio.