La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha conseguido sacar adelante a su particular consejo de ministros europeo. Lo ha hecho sin ninguna baja, además, todos los candidatos propuestos han pasado el examen, tanto en la comisión de asuntos jurídicos, como en el resto de comisiones parlamentarias en las que se desarrollaron las audiencias. Pero el hueco al candidato de Giorgia Meloni en una de las vicepresidencias ha debilitado la mayoría que la aupó como presidenta hace unos meses.

El colegio de comisarios ha salido adelante con el 51% de los votos de la Eurocámara. 370 eurodiputados han votado a favor, pero ni siquiera ha habido unanimidad entre los grupos que acordaron desbloquear este ejecutivo comunitario. Los populares españoles se han desmarcado de los populares europeos para mostrar su rechazo a Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva. Por parte de los socialistas, los franceses, irlandeses y húngaros han votado en contra. También lo han hecho algunos eurodiputados alemanes, belgas e independientes italianos. 

Estas divergencias se han reflejado en los votos que han dejado a una mayoría ‘Von der Leyen’ por debajo de la que consiguió en julio, cuando se convirtió en presidenta de la Comisión Europea por segunda vez con 401 votos. El acercamiento de la alemana a la ultraderecha le ha pasado factura. Algunos eurodiputados le han recriminado el papel de Raffaele Fitto como vicepresidente. “Si hay gobiernos de ultraderecha, habrá comisarios de ultraderecha”, le han dicho, “pero estaba en sus manos que el poder de Fitto fuese menor”.

De hecho, esta fue una de las cartas que jugó hasta el último momento el partido de los socialdemócratas, que aspiraba a que Meloni tuviera menos peso. Los grupos a la derecha del partido popular criticaron que las tres familias europeas por excelencia se repartiesen los altos cargos de la Unión Europea. La presidencia de la Comisión para los populares europeos -que ganaron las elecciones-, la del Consejo para los socialdemócratas -con Antonio Costa- y la diplomacia encarnada en el puesto de alto representante para la Unión Europea para los liberales, con Kaja Kallas como sustituta de Borrell.

Von der Leyen subrayó durante su campaña electoral que Giorgia Meloni era una socia relevante para su gobierno, al hablar de la ultraderecha, la alemana nunca incluyó a ECR. Tanto es así que decidió darle a Italia un peso importante en esta Comisión Europea que nace debilitada desde el acuerdo que la ha hecho posible.

Durante su discurso de este miércoles, la alemana ha dicho de Fitto, el comisario italiano elegido por Meloni, que se trata de una "decisión" que ella misma "ha tomado". "También porque sé lo vital que es dar a las regiones la importancia política que merecen", en un guiño no solo a la cartera de Cohesión y Reformas, sino también para zanjar la polémica sobre que por primera vez una vicepresidencia de la Comisión esté en manos del grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés) y la ocupe el candidato italiano.