Polonia es una excepción en Europa Central y Oriental. El país donde se gestó el principio del fin del dominio de la Unión Soviética en la región sigue mirando con recelo a Moscú. No hay partidos prorrusos en Polonia como sí los hay en Rumanía, República Checa, Eslovaquía o Hungría. Aunque el líder húngaro, Viktor Orbán, es un modelo para Ley y Justicia (PiS), sus dirigentes prefieren a otro hombre fuerte, Donald Trump.
Rumanía acaba de mostrar su lado más prorruso en las últimas convocatorias a las urnas. El avance de Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) en las presidenciales y legislativas es un anticipo de lo que puede pasar en República Checa en 2025. Todo eso mientras en el entorno europeo las fuerzas europeístas y las prorrusas se enfrentan en Georgia, con estatus de país candidato a la UE, al igual que Ucrania.
Pero lo que preocupa es cómo avanzan las fuerzas prorrusas en la Unión Europea. Así lo hemos visto en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Rumanía, celebradas el 27 de octubre, cuando ganó contra pronóstico Călin Georgescu, de 62 años, no afiliado a ninguna formación política pero con querencia al Kremlin. Sería relevante que un país como Rumanía, uno de los puntales de la OTAN en el frente oriental, cuente con un presidente pro Putin.
Presidente vía TikTok
Georgescu, que fue miembro honorífico de la Alianza para la Unión de los Rumanos, basó su campaña en la red social de origen chino TikTok. Georgescu ha pedido el fin de la guerra en Ucrania y ha dicho que Rumanía se beneficiaría de la "sabiduría rusa" si siguiera la línea marcada por el Kremlin. Es negacionista del Covid y considera a los fascistas rumanos de la Segunda Guerra Mundial como "héroes nacionales".
Su victoria levantó las sospechas de injerencia extranjera de modo que ha tenido que evaluar los resultados el Constitucional. Finalmente ha dado por válidos los resultados y Georgescu, con un 23% de los votos, se enfrentará a la liberal Elena Lasconi en la segunda vuelta del domingo 8 de diciembre.
Lasconi sumará los apoyos de los seguidores del tercero en liza, el actual primer ministro Marcel Ciolacu. La diferencia entre los dos era escasísima, hasta el punto de que fueron los votos de la diáspora los que decantaron la balanza por la mínima hacia Lasconi.
Los analistas señalan que Georgescu atrajo el voto protesta de los que culpan a los dos principales partidos, socialdemócratas y liberales, de la elevada inflación. El coste de la vida sube y los rumanos buscan a quién culpar y hacen caso de quienes ofrecen soluciones fáciles. Los continuos casos de corrupción tampoco ayudan a mejorar la imagen de los partidos tradicionales.
Tras el susto en las presidenciales, los partidos europeístas lograron la mayoría en las elecciones legislativas del primer día de diciembre. Ganaron los socialdemócratas con un 22,3%, pero han perdido muchos votos. Su resultado es el peor en décadas.
A pesar de esto, el avance ultranacionalista en Rumanía es sobresaliente. Tres formaciones, encabezadas por la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), consiguieron un tercio de los votos. AUR, liderada por George Simion, superó el 18,2%. De esta manera, en el Parlamento rumano habrá un bloque ultranacionalista de gran impacto.
George Simion tiene prohibida la entrada en Moldavia y Ucrania debido a que las ideas que promueve su partido, que estos países consideran que atentan contra su soberanía. Está a favor de la unión de Rumanía con Moldavia. A la vez, ha prometido en la campaña que Rumanía dejará de prestar ayuda militar a Ucrania. Sin embargo, Simion asegura que no es prorruso y que cree que Rusia ha sido nefasta para Rumanía, incluida la Rusia de Putin.
Como Georgescu, los partidos ultranacionalistas han captado el voto de castigo. Simion espera que los socialdemócratas fracasen a la hora de formar gobierno y su formación, AUR, pueda pactar con otros partidos. Solo descarta a los socialdemócratas.
Tras años de vacas gordas, la economía rumana ha comenzado a desacelerarse: crecerá solo un 1,4% en 2024. El déficit fiscal supera el 8% y eso va a exigir medidas de ajuste ya que el límite en la UE es del 3% y hay que respetarlo para los fondos europeos.
Aunque el sistema rumano es parlamentario, si Georgescu logra la Presidencia en las elecciones del domingo la inestabilidad aumentará, y eso es lo que busca en suma el Kremlin en los países de la UE y de la OTAN. Nada mejor que sembrar el caos y tener en puestos de poder a dirigentes a los que les gustaría sentarse al lado de Putin.
La penetración rusa en Bulgaria
En Bulgaria hay partidos abiertamente prorrusos como Renacimiento o el Partido Socialista. Pero no es el único factor que explica cómo en este país cala el discurso pro Kremlin. También influye la corrupción que lleva a partidos tradicionales a dejarse seducir por los cantos de sirena putinescos. Incluso el GERB, un partido de centroderecha, ha promovido una ley que prohíbe la propaganda homosexual similar a la rusa por "tacticismo electoral".
Al principio de la guerra rusa en Ucrania, la embajada rusa se desenvolvía en Bulgaria con una soltura escandalosa y dejaba en evidencia al gobierno proeuropeo de Petkov. Otro factor de influencia viene de la presencia de la gigantesca refinería propiedad de la petrolera rusa Lukoil en las afueras de Burgas, en el este del país.
Orbán en Hungría y Fico en Eslovaquia
El mayor aliado de Putin en la Unión Europea sigue siendo el húngaro Viktor Orbán, quien está en horas bajas, por el ascenso de Peter Magyar, que estuvo casado con su ministra de Justicia, pero aún queda tiempo para las legislativas de 2026. Hungría ha ejercido la presidencia del Consejo de la UE torpedeando a la UE hasta el punto de que el Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell, tuvo que aclarar en julio pasado que el encuentro de Orbán con Putin era a título personal. Orbán dijo que buscaba intercambiar puntos de vista sobre un eventual acuerdo de paz. "No se puede hacer la paz en Ucrania desde un sillón en Bruselas", replicó Orbán a los críticos en la UE.
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, a quien casi matan en un atentado la primavera pasada, ha anunciado que el próximo año tiene previsto verse con Putin. El primer ministro de Eslovaquia anuncia un próximo viaje a Moscú por invitación de Putin. Asistirá en mayo a los actos por el 80 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi. En una entrevista en la televisión pública rusa, afirma que considera "un honor" esta invitación y que estará encantado de hablar con Putin.
Fico rechaza de forma tajante que Ucrania pueda entrar en la OTAN. Ha llegado a decir que no autorizaría la detención de Putin si aterrizara en Eslovaquia, a pesar de la orden de arresto internacional que pesa contra el líder ruso, al que admira como también se considera cercano a Orbán. Como el húngaro, en sus inicios fue un europeísta convencido.
Andrej Babiš en ascenso en Chequia
A los líderes centroeuropeos afines al Kremlin, como Orbán y Fico, puede unirse en 2025 el ex primer ministro checo Andrej Babiš, con opciones de ganar las legislativas del otoño. Al igual que Fico, el magnate checo ha indicado que quiere reducir el apoyo a Ucrania.
Primer ministro entre 2017 y 2021, este empresario agrícola lidera Acción de Ciudadanos Descontentos (ANO). El partido se unió en verano al grupo europeo de los Patriotas, que lidera el español Santiago Abascal, de Vox. Patriotas integra al húngaro Fidesz.
Babiš fracasó en su intento de ser presidente en 2023 con un discurso que atizaba el temor a una guerra entre la OTAN y Rusia. Su partido ha cosechado buenos resultados en las regionales: ANO venció en diez de las 13 regiones y logró un 35% del voto en septiembre.
El gobierno del primer ministro Petr Fiala, que apoya claramente a Ucrania, apenas tiene un 24% de popularidad, la peor de todos los gobiernos checos desde 2013.
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hace 19 horas
¡Ay, la pobre de Doña Ana, no gana para disgustos! ¿No van a pedir al TC la revisión de los votos de las elecciones legislativas en Rumanía o sólo lo hacen cuando no gana el candidato «bueno»?
Que sí, que ya nos conocemos de memoria el argumentario progre, que cuando no gana el candidato de la UE y de la OTAN es porque hay injerencia rusa, la gente está manipulada, las redes sociales desinforman, bla bla bla bla bla. Hay que considerar a los votantes tontos porque no votan lo que Lady Anne quiere. En cambio cuando ganan los candidatos del consenso progre es «el triunfo de la democracia y los ciudadanos se han movilizado contra el fascismo».
Cordialmente, váyase a pastar con su sectarismo, señora.