La huida hacia adelante que tomó en 2011 concluye este 8 de diciembre de 2024. El régimen de Bashar Asad -tras 24 años en el poder, 13 de ellos en una cruenta guerra civil que desfiguró el país- se desmoronó este domingo tras 12 días de ofensiva relámpago de los rebeldes.

Sin apenas resistencia y ante la desbandada de su ejército, los rebeldes sirios tomaron de madrugada Damasco mientras el presidente sirio huía de la capital en un avión hacia un destino desconocido. Cientos de damascenos danzaron por el ocaso de una era en la céntrica plaza de los Omeyas de la capital entre el ruido de los cláxones, los disparos al aire y el cántico de "Libertad". A primera hora de este domingo, los rebeldes han confirmado el derrumbe del régimen en un comunicado difundido por la televisión estatal siria.

El abrupto final de Asad, tras perder rápidamente el favor de Rusia e Irán que le apuntalaron en 2015, marca una ruta que deja más de medio millón de muertos, seis millones de refugiados y más de siete millones de desplazados internos. Por mucho salvavidas que le ofrecieron Teherán y Moscú, Asad, de 59 años, no tuvo más escapatoria que ceder el poder que heredó de su padre.

Un avión de Syrian Air despegó del aeropuerto de Damasco alrededor de la hora en que se informó de que la capital había sido tomada por los rebeldes, según datos del sitio web Flightradar. El aparato voló inicialmente hacia la región costera de Siria, bastión de la secta alauita de Asad, pero poco después, a la altura de Homs, hizo un brusco giro de 180 grados y voló en dirección contraria durante unos minutos antes de desaparecer del mapa.

El primer ministro sirio Mohammad Ghazi al Jalali declaró en una grabación que permanecería en el país y que estaba dispuesto a cooperar con quienquiera que los sirios eligieran para dirigir el país. En un discurso difundido en redes sociales, Al Jalali ha señalado también que Siria "puede ser un país normal que establezca buenas relaciones con sus vecinos y con el mundo". El premier ha reconocido que perdió el contacto con Asad la tarde del sábado y que ignora dónde se encuentra. Al Jalali ha deslizado que estaba en contacto con el líder de Hayat Tahrir al Sham, Abu Mohamed Al Jolani, y ha expresado su deseo de que Siria celebre "elecciones libres".

La sensación de que el fin de una era se estaba escribiendo transitó este sábado los pasillos del Sheraton, el hotel qatarí donde se celebra el Doha Forum. Un desfile de ministros de Exteriores de estados clave -Rusia, Turquía e Irán- se dio cita en los márgenes de una cita anual de geopolítica en la que el colapso de Bashar Asad parecía ya inminente, con una semana y media de ofensiva rebelde llamando a las puertas de Damasco, con las tropas gubernamentales replegándose desmoralizadas. La estampida de los últimos leales de Asad fue frenética en horas. Imágenes en redes sociales mostraron a las unidades de élite de la milicia chií libanesa Hizbulá desertando de Homs o a los militares sirios abandonando sus uniformes en Damasco.

Los días de Asad parecen haber terminado. En el este hay combatientes de la oposición en el sur de Damasco y han irrumpido en Homs. No hay forma de que Asad pueda sobrevivir a esto. No tiene escapatoria”, reconoció a El Independiente el analista Charles Lister, uno de los referentes de la guerra civil siria, un conflicto que ha devastado el país y desfigurado su otrora tejido multiétnico. “Es solo cuestión de cuánto tiempo puede sobrevivir y cómo será su ocaso, ya sea expulsado diplomáticamente por el grupo de Astana que se está reuniendo ahora mismo; por sus propios partidarios, Rusia e Irán, o militarmente. No hay una manera real de saber hacia dónde va, pero militarmente está siendo derrotado”, agregó.

Rusia e Irán le dan la espalda

La ofensiva que la coalición liderada por los islamistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS) lanzó sin el plácet turco desde la provincia norteña de Idlib hace semana y media ha logrado lo que pocos podían imaginar: sacudir la parálisis de un conflicto que había permanecido con sus fronteras inalteradas desde 2020 y avanzar velozmente desafiando el poder de Asad. En un progreso sin apenas resistencia, la oposición ha capturado por completo Alepo -que llegó a dominar parcialmente hasta 2016- y Hama, conquistada el pasado jueves. Este sábado irrumpieron en Homs, cuyo control total reivindicación a primera hora del domingo, y amenazaban a Damasco. En 24 horas arrebataron a las tropas gubernamentales casi todo el suroeste del país y, a última hora del sábado, se hallaban a 30 kilómetros de la capital.

“Los rebeldes sirios están avanzando más allá de las previsiones y expectativas de cualquiera”, admite a este diario Ömer Özkizilcik, director de estudios turcos del centro de estudios OmranDirasat. “Varias razones explican este rápido avance. Desde 2020, los rebeldes sirios han trabajado en la creación de capacidades; se han profesionalizado y jerarquizado mucho más. El HTS y el Ejército Nacional Sirio parecen actuar como un verdadero ejército”, señala el experto. “Por el contrario, vemos que las capacidades del régimen de Asad han disminuido desde 2020, por lo que parecen más milicias que un verdadero ejército. Y en segundo lugar, las sanciones sobre el régimen de Assad, así como la mala gestión y la corrupción dentro del régimen ha llevado a este declive”, desliza.

A lo largo del sábado Irán y Rusia, los países que hace una década le proporcionaron el salvavidas cuando el régimen naufragaba ante el empuje de los rebeldes, comenzaron a darle la espalda. Teherán inició la retirada de su personal militar, incluidos comandantes de la Guardia Revolucionaria Iraní, y Moscú, que mantiene una base naval y aérea en territorio sirio, evitó ofrecer una defensa cerrada de Siria. Desde Doha el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov llamó al “diálogo entre el Gobierno sirio y la oposición legítima”. Una sensación de fatiga y frustración con el régimen baazista podría hallarse en la decisión de ambos de dar un paso atrás.

“Asad ha conservado el apoyo de ambos pero ha hecho muy poco para conservar su lealtad. Y francamente, si Bashar Asad hubiera sido pragmático, se habría comprometido constructivamente con los Estados árabes que normalizaron sus lazos con él hace 18 meses, y habría aceptado la oferta de normalización de Turquía a principios de este año. Y si hubiera hecho esas dos cosas y hubiera actuado de manera pragmática e inteligente, no estaríamos teniendo esta conversación ahora mismo. El juego habría terminado para la oposición hace varios meses. Entonces, y creo que por esa razón, ha frustrado particularmente a los rusos que dedicaron una buena cantidad de recursos a rescatarlo de una posible derrota en 2015. Y Asad ha hecho muy poco para mostrar su agradecimiento por eso. Y creo que eso ha marcado la diferencia aquí”, arguye Lister.

Militantes opositores en el aeropuerto de Hama. | Efe

54 de años de la dinastía de Asad

En el último año y medio tanto Rusia como Irán han tenido que restablecer sus prioridades, empujadas por sus necesidades más directas. Moscú ha tenido que dedicar sus recursos a la invasión de Ucrania mientras que Teherán ha tenido que lidiar con los ataques directos de Israel y el apoyo a otros apoderados regionales, desde Hamás hasta Hizbulá y los hutíes en Yemen. “El régimen de Asad nunca fue una fuerza capaz de mantener a Siria. Por el contrario, fueron las milicias de Irán y el poder aéreo ruso los que mantuvieron al régimen de Asad con vida y el control sobre estas zonas. Así que con la disminución del poderío militar de Rusia debido a Ucrania y con la reducción del papel de las milicias iraníes debido a la escalada con Israel, ahora vemos que el régimen de Asad no es capaz de mantener las líneas del frente”, agrega el experto turco.

La posibilidad del final de la dinastía Asad, tras 54 años sojuzgando Siria, era a última hora del sábado un pronóstico cada vez más cierto para la administración Biden. El otrora muro gubernamental se desplomaba sin tregua. Por las redes sociales circularon imágenes de uniformados sirios huyeron hacia la frontera iraquí. Las líneas del frente se fueron derrumbando por todo el país, a una velocidad desconocida. Deraa, la cuna de la revolución de 2011 sofocada a sangre y fuego, cayó del lado rebelde junto a Suweida -a unos 50 kilómetros al este de Deraa- y Deir Ezzor, hasta ahora principal bastión del gobierno en el este del país y desde este sábado en manos kurdas. La posible captura de Homs propinaría un golpe severo al régimen al dividir su territorio en dos y poner en jaque su línea de suministro.

La rebelión se abría paso también en las zonas gubernamentales. En varios barrios de Damasco, los manifestantes tomaron las calles y derribaron incluso una estatua de su padre, el ex presidente Hafez al Asad, entre las llamadas a los rebeldes a que los soldados gubernamentales desertaran o los rumores de un golpe de Estado. En un breve comunicado, también desde Doha, el enviado especial de la ONU a Siria Geir O. Pedersen reconoció que “la situación está cambiando a cada minuto”. “Mientras me dirijo a ustedes, las cosas están cambiando dentro de Siria. Ya he tenido algunas reuniones hoy y tendré algunas más también mañana. Acabo de reunirme con los ministros de Irán, Rusia y Turquía. Y también he mantenido consultas con representantes de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania y la Unión Europea. Y sigo manteniendo amplias consultas. He convocado conversaciones políticas urgentes en Ginebra para aplicar la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad. Me complace decir que los ministros y todos mis interlocutores respaldan este llamamiento”, esbozó.

Vecinos de Hama ondean una bandera de la Siria revolucionaria.

El futuro de Siria sin Asad

“Mi esperanza es poder anunciar muy pronto una fecha para ello. La necesidad de una transición política ordenada nunca ha sido más urgente, empezando por la formación urgente de acuerdos de transición inclusivos y creíbles en Siria. Para ello, necesitamos un proceso urgente y serio, fundamentalmente diferente de lo que ha habido hasta ahora. Este debe ser el inicio de un proceso que conduzca a la realización de las aspiraciones legítimas del pueblo sirio y a la restauración de la soberanía, la independencia y la unidad e integridad territorial”, apuntó. La resolución de la ONU, aprobada en diciembre de 2015, abre la puerta a un proceso de negociaciones entre las partes en liza del conflicto, la redacción de una Constitución y el comienzo de la resolución de un conflicto que ha modelado la última década en Oriente Medio.

El presidente electo de Estados Unidos , Donald Trump, señaló que Estados Unidos no debería involucrarse en el conflicto y debería “dejar que se desarrolle”. Durante la noche del sábado los ministros de Exteriores de Turquía, Irán, Rusia, Irak, Egipto, Jordania, Qatar y Arabia Saudí celebraron una reunión en Doha con Siria como orden del día. En una declaración conjunta, apostaron por "una solución política a la crisis siria que conduzca al fin de las operaciones militares" sin "derramar más sangre" ni hundir al país en "el caos y el terrorismo".

Mientras en Qatar la diplomacia escribía el destino de Siria, los interrogantes bullían por el Sheraton, entre especulaciones sobre el día después de un país sin Asad, el sueño que muchos revolucionarios anhelaron sin éxito en las calles de Hama, Alepo o Deraa en 2011. “Es la pregunta del millón. Lo que veremos es que la gran mayoría de los sirios, sin importar dónde hayan vivido, sin importar bajo el control de quién haya vivido, se están dando cuenta ahora de que hay una luz al final del túnel de 14 años, que se puede salir del infierno. Y a pesar de que tienen diferentes puntos de vista políticos y diferentes orígenes étnicos y sectarios, creo que les da a los sirios una buena oportunidad de intentar unirse de una manera que quizás no hayamos visto en otros conflictos en el extranjero como Libia o Irak. A juzgar por los eventos en el terreno, la gente parece estar uniéndose en lugar de dividirse”, concluye Lister.