Un primer ministro vinculado a Hayat Tahrir el Sham para liderar hasta el próximo marzo la transición siria. Mohamed al Bashir ha sido presentado este martes como nuevo primer ministro de Siria. Ahmed al Sharaa (conocido anteriormente como Abu Mohamed al Jolani), el líder islamista que encabezó la ofensiva que derrocó a Bashar Asad, y el ex primer ministro sirio Mohamed Ghazi al Jalali ha sido quienes ha optado por Al Bashir para capitanear capitanear esta nueva era en Siria, que ha vivido más de cinco décadas bajo la familia Al Asad.

Mohamed al Bashir ejercerá de primer ministro de Siria hasta el 1 de marzo de 2025. Este martes se ha reunido con miembros del anterior gobierno del país para facilitar la transición política.

Nacido en Jabal Zawiya (noroeste de Siria) en 1983, Mohamed al Bashir ha sido designado por los rebeldes para liderar la transición en Siria tras el derrocamiento de 24 años de régimen de Bachar Asad por una ofensiva insurgente. El político islamista se graduó en Ingeniería Eléctrica y Electrónica en la Universidad de Alepo en 2007 y, posteriormente, en Sharía (ley islámica) en la Universidad de Idlib, la provincia nororiental que sirvió de principal feudo opositor del Gobierno de Al Asad en los últimos años y de donde es oriundo, informa Efe.

En 2011, trabajó en la Compañía Siria de Gas como responsable del departamento de instrumentos de precisión, de acuerdo a su currículo. También cuenta con diferentes diplomas, entre los que destaca sus cursos en inglés avanzado, así como certificados en gestión de proyectos y planificación administrativa.

Pero el salto a la política lo dio tras las revueltas populares de 2011 contra Asad, en el marco de la llamada "Primavera Árabe" que, posteriormente, se extendieron por toda Siria y fueron duramente reprimidas por el Gobierno de Asad y de sus aliados, entre ellos Irán y Rusia.

Al Bashir fue nombrado el pasado enero como jefe del Gobierno de Salvación, una suerte de rama política que está vinculada al Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), y cuya sede está en Idlib.

Primera reunión del Gobierno de Al Bashir.

Gobierno de Salvación y su papel

Antes de pasar a ser el jefe del Gobierno de Salvación, estuvo como ministro de Desarrollo y Asuntos Humanitarios bajo el que era entonces el cabecilla de esa administración en Idlib, Ali Keda.

Durante ese periodo de tiempo, se centró en modernizar esta región tan castigada por la guerra y atender las necesidades humanitarias de las alrededor de tres millones de personas en esa provincia, la mitad de ellas desplazadas y que han sufrido terribles ataques del Gobierno sirio y bombardeos de la aviación rusa.

Establecido en 2017, esta administración que cuenta con ministerios, departamentos y autoridades judiciales y de seguridad se creó para ayudar a las personas que estaban en las zonas que escapaban al control de Damasco y que no podían volver para obtener los servicios gubernamentales.

No obstante, Al Bashir se tuvo que enfrentar a varios problemas durante su cargo como jefe del Gobierno de Salvación. El pasado febrero, grupos de manifestantes salieron a las calles de algunas ciudades de Idlib pidiendo la caída de Al Jolani, según informaron activistas en ese momento, en unas protestas que continuaron durante algunos meses.
Sus demandas iban desde el fin de las violaciones de derechos humanos en las cárceles, así como reformas económicas en la región por sus malas condiciones de vida y la oposición al monopolio de la toma de decisiones por parte de HTS, que es tan solo uno de las decenas de grupos que componen la oposición a Al Asad en Siria.

Las unidades de seguridad de HTS atacaron a los manifestantes con porras y gases lacrimógenos y prosiguieron de forma esporádica durante meses, mientras que Al Bashir emitió un decreto de amnistía general para autores de delitos que hubieran mostrado buena conducta con el fin de contentar a la población.

Según el informe de septiembre de 2024 de la Comisión de Investigación sobre Siria, creada por la ONU, las protestas siguieron a campañas de arrestos contra miembros del HTS, grupos rivales, partidos políticos y civiles, incluidos mujeres y niños de hasta 7 años, mientras que los detenidos fueron sometidos a tortura.