Más de seis millones de sirios se vieron obligados a salir de su país desde 2011 debido a la guerra fratricida que ha sufrido el país y al cruento régimen de Bashar Asad. Muchos de ellos ya ni siquiera soñaban con regresar. Otros muchos murieron sin ver el final del sátrapa. Sin embargo, como pasó en la URSS, en apenas diez días se precipitaron los acontecimientos y ahora Bashar Asad es huésped de otro tirano, Vladimir Putin, en Moscú. Los más de tres millones de refugiados en Turquía ven más cerca la vuelta. Muchos de ellos se han precipitado hacia la frontera para regresar a su país, aún sin rumbo. Mientras tanto, en varios países europeos, crece la presión para dejar de conceder asilo pese a la incertidumbre que rodea la incipiente transición siria.

Según la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), en 2023 había unos 6,4 millones de refugiados sirios en todo el mundo. De ellos, 5,1 millones se ubican en los países vecinos: Turquía encabeza la lista con tres millones, seguido de Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Otros 7,2 millones son desplazados internos. Filippo Grandi, Alto Comisionado, ha subrayado que la nueva situación en Siria podría permitir que "la mayor crisis de desplazamiento forzado del mundo pueda avanzar hacia soluciones justas", aunque ha remarcado que la situación es aún incierta.

Turquía alberga la mayor población siria fuera de su país en el mundo. El gobierno turco les otorga el estatus de protección temporal, lo que les permite residir legalmente, aunque no les garantiza la ciudadanía. En marzo de 2016 la Unión Europea alcanzó un acuerdo con Turquía con el fin de detener la emigración a Grecia, y de ahí a otros países europeos. El pacto incluía un sistema para reasentar a un refugiado sirio en un país de la UE por cada migrante que Grecia devolviera a Turquía. La UE ha dado a Turquía más de 6.000 millones de euros para cubrir las necesidades básicas y apoyar a los refugiados.

Más pasos fronterizos desde Turquía

La mayoría de los que se quedaron en Turquía tienen ganas de regresar a su país. Están cerca y sus condiciones de vida son las propias de quienes están de paso, aunque muchos lleven años. El fin de la dictadura de Bashar Asad les ha despertado y por ello cientos apenas se lo han pensado y se han acercado a los puestos fronterizos.

Turquía ha ampliado la capacidad de sus pasos fronterizos para dar cabida a la oleada de refugiados sirios que desean regresar a sus hogares, según ha informado el ministro del Interior, Ali Yerlikaya. Desde el domingo, cuando cayó Asad, cada día son más los sirios que quieren cruzar de vuelta a su país. El domingo pasaron unas 300 personas, pero a mediodía del lunes se había duplicado el número. Ahora pueden pasar hasta 3.000 diarios pero se cree que el número se quintuplicará en breve.

Hubo mucha algarabía entre los sirios refugiados en Turquía el fin de semana. "Aquí no nos queda nada. Es hora de volver a Siria. Reconstruiremos si es necesario, incluso empezando desde cero. Hoy, el día en que tenía previsto casarme, Siria se ha vuelto libre. Nunca olvidaré esta fecha", decía un joven que lleva más de una década en Turquía, en declaraciones a la BBC.

Ankara confía en que el cambio experimentado en el país vecino permita regresar a la mayoría de los tres millones de sirios que acoge. Desde 2016 han vuelto más de 700.000. Pero no es una decisión fácil. Siria está devastada por la guerra que comenzó en febrero de 2011 con unas protestas en demanda de reformas políticas que fueron reprimidas salvajemente. También causaron enormes daños los terremotos de 2023.

Aquí no nos queda nada. Es hora de volver a Siria. Reconstruiremos si es necesario, incluso empezando desde cero"

Joven originario de Alepo, en Turquía

Un país con infraestructuras destrozadas

Entre 2011 y 2021 Siria perdió el 87% de su PIB. Muchos de los que salieron no saben si sus casas seguirán en pie. Según la ONU, 13 millones de personas en un país de unos 26 millones de habitantes sufren inseguridad alimentaria. Casi todo el país vive con menos de siete dólares al día, según informa Politico.

El conflicto ha destrozado las infraestructuras cruciales del país, desde la atención sanitaria hasta las redes de alcantarillado y electricidad. La mitad del país no tiene acceso a agua potable y saneamiento. Lo poco que quedaba en pie resultó dañado por los terremoto de 2023. Más del 40% de los hospitales no funcionaban plenamente en 2023, según ONU-Hábitat, la agencia de la organización para los asentamientos humanos. Al menos 328.000 viviendas han sido destruidas.

Es lo que constata Ayah Majzoub, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Medio Oriente y el Norte de África, en la BBC. "Muchos sirios que podrían plantearse regresar han perdido sus hogares, sus empleos y a sus seres queridos. La economía de Siria ha quedado diezmada por años de conflicto y sanciones. Las agencias humanitarias deben garantizar urgentemente que los retornos sean voluntarios, seguros y dignos. Los retornados necesitan acceso a alojamiento, alimentos, agua, saneamiento y atención sanitaria".

Y destaca que hay que evitar la repatriación forzosa. "Los gobiernos de acogida no deben obligar a nadie a regresar. Los retornos han de ser voluntarios".

Los países europeos suspenden el asilo

En 2015 Alemania acogió a más de un millón de refugiados, la mayoría sirios y afganos, tras la conocida frase "wir schaffen das (podemos hacerlo)" de la canciller Angela Merkel. Aún viven en Alemania más de 900.000 sirios.

La Oficina Federal para la Migración y los Refugiados de Alemania no tramitará por el momento las 47.000 solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos sirios a la espera de la evolución de los acontecimientos. Es decir, dará prioridad a o los procedentes de otros países aún en guerra. Y lo mismo han anunciado en Francia, Austria, que incluso prepara un plan de retorno, Bélgica, Países Bajos, Finlandia, Suecia, Dinamarca y Suiza.

España se ha desmarcado. El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, ha dicho que no ve necesaria ninguna medida adicional, ya que el número de solicitudes no es muy elevado. En España viven unos 8.000 sirios.

No se puede decir que se pueden volver ahora a su país. Es un enfoque equivocado. No les hacíamos un favor. Les reconocemos un derecho universal"

Francesco Pasetti, investigador principal en el CIDOB

"No se puede decir que se pueden volver ahora a su país. Es un enfoque equivocado. No les hacíamos un favor al acogerles, les reconocemos un derecho universal. Ha cambiado el contexto geopolítico, es cierto. Puede que haya un cambio de valoración y se tomarán las decisiones en función de esto. Hasta que no haya una situación clara en Siria el derecho de asilo tiene que seguir manteniéndose. Haría un llamamiento a la calma y la racionalidad", señala Francesco Pasetti, investigador principal del área de Migraciones del CIDOB. Subraya Pasetti que el derecho de asilo se garantiza individualmente.

Según datos de la Agencia de Asilo de la Unión Europa, citada en el informe de CEAR de 2024, en el conjunto de la UE la tasa de reconocimiento de la protección internacional fue del 41,8% en 2023. La nacionalidad siria es la que tiene mayor tasa de reconocimiento, del 93%.

Los que quieren quedarse

Haytham salió de Damasco cuando tenía 18 años justo al principio de la guerra. Vivió en el Líbano, donde conoció a su esposa, ahora en Siria, y hace casi tres años se estableció en Madrid con su madre y su hermana. Está a gusto en España, tanto que está pendiente de la reunificación familiar. Esperaba que su mujer pudiera salir de Siria y sigue con la misma idea.

"Veremos cómo es la vida en mi país a partir de ahora. Tengo esperanza de que vaya mejor. Hubo mucha muerte y destrucción", explica Haytham, como puede, en español. "No volvería a Siria. Quiero quedarme en España. Me siento español. En Siria hay mucha incertidumbre", añade Haytham, quien aún parece no creerse que haya caído Bashar Asad.

El fin del régimen de terror de Bashar Asad permitirá que algunos regresen a quedarse o a reencontrarse con la familia a la que no ven hace años. Pero hace falta mucha ayuda para reconstruir un país que ha sido arrasado tanto tiempo que para algunos resulta increíble concebir que allí sea posible una vida próspera.