Solo una de las adquisiciones automovilísticas de los últimos meses de Bashar Asad, uno de los 349 Ferraris F50 que hay en el mundo, cuesta 5,2 millones de euros. El Ferrari F50 es una de las joyas con volante del ex dictador de Siria, un país que ha perdido el 87% de su PIB en los 13 años de guerra civil y donde la mayor parte de la población sobrevive con apenas siete euros al día. Hace apenas una semana Bashar Asad tuvo que dejar sus Lamborghinis y Aston Martins en el megagaraje de su palacio de Damasco para huir con destino a Moscú. Allí ha recibido asilo "por razones humanitarias". Los deportivos son apenas un destello de su inconmensurable fortuna, formada por propiedades en varios países, obras de arte, concesiones petrolíferas y reservas en oro y efectivo. La familia Assad tendría más de 60.000 millones de euros, y su patrimonio personal sería de más de 2.000 millones.
"Has perdido", le habrían dicho los rusos a su aliado sirio Bashar Asad cuando viajó en plena ofensiva a Moscú y solo entonces se dio cuenta de que realmente no tenía nada que hacer. Hasta entonces se había negado a admitirlo, a pesar de que le habían instado a salir del país funcionarios egipcios y jordanos. Una operación del Ejército sirio en Idlib, bastión de Hayat Tahrir al Sham, la Organización para la Liberación del Levante, se volvió en su contra cuando los rebeldes empezaron a tomar localidades cercanas a Alepo y vieron cómo se dispersaban las fuerzas sirias. En poco menos de dos semanas el régimen de Bashar Asad, tras 24 años, se derrumbaba. La familia Asad llevaba más de 50 años en el poder en Siria.
Aún el 4 de diciembre Bashar Asad animaba a sus militares a reaccionar y los subió el sueldo el 50%. Pero cuando vio que no había salida no se lo dijo a nadie de su entorno, ni siquiera a su hermano Maher, comandante de la 4ª División Blindada del Ejército, según ha desvelado una investigación de la agencia Reuters. Maher voló poco después en helicóptero a Irak y desde allí a Moscú. Dos primos maternos de Asad, Ehab y Eyad Majlouf, también se quedaron atrás y quisieron salir hacia el Líbano, pero cayeron en una emboscada de los rebeldes. Ehab murió y Eyab resultó herido.
Las últimas horas en Damasco
Horas antes de huir a Moscú, el sábado 7 de diciembre, Asad informó a unos 30 jefes del ejército y de seguridad en el Ministerio de Defensa que el apoyo militar ruso estaba en camino al tiempo que pedía a las fuerzas terrestres que resistiesen, según uno de los asistentes al encuentro. Al director de la oficina presidencial le dijo que se iba a palacio, pero se dirigió al aeropuerto. Incluso indicó a su asesora de medios de comunicación, Buthaina Shaaban, que le escribiera un discurso.
Los restos de comida que se han encontrado en el palacio presidencial, así como una maleta de Vuitton valorada en varios miles de euros, indican que Bashar Asad salió de forma apresurada. Salió de Damasco en avión volando por debajo del radar con el transpondedor apagado para no ser detectado. Pasó por Hmeimim, en la ciudad costera siria de Latakia, y de allí a Moscú.
Su esposa Asma y sus tres hijos, Hafez, Karim, varones, y la única chica, Zein, ya le esperaban en la capital rusa. Los padres de Asma, de nacionalidad británica, Fawaz Akhras, cardiólogo, y Sahar Akhras, diplomática jubilada, han dejado su residencia en North Acton hace diez días, según el Daily Mail.
Su destino ideal era Dubai, en Emiratos Árabes Unidos, pero los emiratíes miraron a otro lado. Habría complicado sus relaciones con los europeos y su lavado de imagen internacional.
Baravikha, villa de lujo cerca de Moscú
Los rusos se negaron a intervenir militarmente para mantenerlo en el poder, pero aceptaron que se aloje en su territorio. Su salida hacia Moscú contaría con el visto bueno de Qatar y Turquía, que han ganado peso en la nueva Siria.
En la capital rusa la familia Asad posee decenas de pisos de lujo, valorados en más de 40 millones de euros. Su tío Mohamed Majlud compró hace cuatro años 18 viviendas. Probablemente, ya que nadie le ha ubicado aún, donde se ha instalado es en Baravikha, al oeste de Moscú, una población que se ha convertido en refugio de ex dictadores y hogar de nuevos ricos. Según indica el investigador Mark Galeotti en The Spectator, este reducto de villas y dachas donde vivía la nomenklatura soviética y lo más selecto de sus referentes culturales dará cobijo a Bashar Asad y familia.
Galeotti señala que en Baravikha acabó la familia del criminal de guerra Slobodan Milosevic y el ex presidente ucraniano Viktor Yanukovich, que huyó en 2014 tras la Revolución de la Dignidad. Las propiedades cuestan más de 40 millones de euros, pero en ese entorno podrán seguir moviéndose en Ferraris y vistiendo de Prada sin desentonar.
Los Asad no tendrán que costear la seguridad, que estará en manos de agentes del servicio secreto o FSB (antes llamado KGB). A cambio, como apunta Galeotti, "los Asad deben hacer lo que convenga al Kremlin. Por ahora, su trabajo consiste probablemente en guardar silencio y no recordar al mundo que Moscú respaldó a un líder que cometió el pecado capital de ser a la vez ferozmente dictatorial y fracasado".
Los Asad deben hacer lo que convenga al Kremlin. Por ahora, su trabajo consiste probablemente en guardar silencio"
Mark Galeotti, The Spectator
Asma, el glamour y el gasto
Bashar Asad llegó al poder por un desatino del destino. Era su hermano mayor, Basel, quien iba a suceder a su padre Hafez, pero murió cuando conducía su Mercedes de lujo a gran velocidad con destino al aeropuerto. Tenía planeadas irse a a esquiar a los Alpes. Bashar se había formado como oftalmólogo y vio cómo aquel accidente cambiaba su vida. Su padre llevaba en el poder desde 1971 y amasando una fortuna. Le sucedió a su muerte en el año 2000. Ese mismo año se casaba con Asma Akhras, nacida en Londres en una familia originaria de la localidad siria de Homs.
Asma aportó glamour a Bashar, mucho menos atractivo y carismático que su hermano Basel. Su formación occidental, con estudios en finanzas en la London School, ayudaron a trasladar una imagen más moderna del país, pero en 2012 los cables de WikiLeaks desvelaron su pasión por el lujo. Mientras los sirios morían y pasaban calamidades por la guerra, Asma se gastaba 250.000 euros en menos de un año para adquirir mobiliario o enviaba a su estilista a Dubai a adquirir modelos exclusivos, o zapatos de Louboutin.
Empresas pantalla y paraísos fiscales
La guerra ha provocado que más de seis millones de sirios hayan dejado el país. De ellos unos tres millones se refugiaron en Turquía. Además de sufrir persecución y torturas, la vida cotidiana era un infierno: el 90% de la población vive por debajo del umbral de pobreza.
Los Asad han establecido hábilmente un complejo sistema de empresas pantalla, intermediarios fiables y cuentas en paraísos fiscales para mantener un férreo control sobre partes clave de la economía siria, como las telecomunicaciones, el sector inmobiliario, el petróleo y la banca. Esta extensa red financiera se construyó cuidadosamente durante las tres décadas de la dictadura de Hafez Asad, y se siguió desarrollando con Bashar Asad, según Monitor Finance.
El patrimonio neto personal de Bashar Asad ronda los 2.000 millones pero es solo una pequeña parte de todo lo acumulado por la familia y su entorno que llegó a representar tres cuartas partes de la economía siria. De hecho, su tío Rami, hermano de Hafez, es la persona más rica de Siria, con una patrimonio que puede llegar a los 10.000 millones de euros.
Los Asad tienen participaciones en diversos sectores como el inmobiliario, fábricas, plantas energéticas y licencias para productos extranjeros. Las estimaciones sugieren que la riqueza total de los Asad sería superior a los 60.000 millones de euros y algunas fuentes creen que alcanzaría los 120.000 millones.
Esta riqueza está hábilmente oculta en numerosas empresas y fideicomisos, todos ellos diseñados para ocultar el verdadero alcance de los activos y riquezas vinculados al régimen sirio. Varios países, desde Reino Unido a Suiza o Bélgica, han congelado activos del dictador o de sus parientes, pero en ocasiones sus abogados consiguen revocara las órdenes.
La fortuna del tío de Bashar en España
En España recaló Rifaat, hermano de Hafez Asad, tío de Bashar. Rifaat dio un golpe de Estado contra Hafez pero no tuvo éxito. Hafez le perdonó pero le ordenó que dejase Siria. Rifaat se llevó la fortuna que había reunido como jefe de los Servicios de Información. Amasó millones gracias a su control del contrabando. También el régimen le dio más de 200 millones de euros para que no diera más guerra. Tendría más de 4.000 millones de euros.
Rifaat se estableció primero en Francia y a partir de 1986 comenzó a invertir en España y adquirió varias inversiones en Marbella, cuyo valor actual rondaría los 700 millones. En España hay una causa contra Rifaat, dos de sus esposas y seis de sus hijos, como informaba El Confidencial. La familia ya fue investigada en Francia y condenada. Uno de los hijos, Ribal Assad, se ha rebelado contra los demás y va por su cuenta. Ribal, primo de Bashar, se presenta como defensor de los derechos humanos y opositor al régimen. El clan tiene pendiente el juicio en España.
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