Golpe excepcional al Ejército ruso. El teniente general ruso Igor Kirillov, encargado de las fuerzas de protección biológica, química y nuclear, ha muerto en un atentado en Moscú, según ha informado la comisión de investigación del país. Kirillov, que llevaba en el puesto desde 2017, murió frente a un edificio de apartamentos en Ryazansky Prospekt, al sureste del Kremlin. Fuentes del servicio de Inteligencia ucraniana han confirmado a The Guardian que están implicados en la operación.

La explosión fue causada por un artefacto oculto en un patinete eléctrico. Llevaba entre 100 y 300 gramos de TNT, según la investigación. También murió su asistente. Justo la víspera los fiscales ucranianos acusaron al teniente general de ordenar el uso de armas químicas en Ucrania, según informó Kyiv Post.

Reino Unido impuso sanciones al teniente general Kirillov en octubre de este año, según The Guardian. Según Londres, Kirillov era también "un importante portavoz de la desinformación del Kremlin", en referencia a las sesiones informativas públicas en las que acusaba regularmente a Kiev de conspirar para utilizar armas químicas y desarrollar una "bomba sucia" nuclear.

El año pasado, Kirillov dijo que Ucrania tenía planes para lanzar drones especiales diseñados en Estados Unidos que transportaban «mosquitos infectados» que propagarían la malaria entre las fuerzas rusas.

Las tropas rusas de defensa radiactiva, química y biológica, conocidas como RKhBZ, son fuerzas especiales que operan en condiciones de contaminación radiactiva, química y biológica. Hay una investigación criminal sobre el caso.

Es el militar ruso de mayor alto rango que ha muerto desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022.

Acusación del SBU

El SBU (servicio de inteligencia de Ucrania) declaró el lunes que Kirillov era "responsable del uso masivo de armas químicas prohibidas por parte de los rusos contra las Fuerzas de Defensa en los frentes oriental y meridional de Ucrania". Se le culpaba de más de 4.800 casos de uso de municiones químicas.

El Departamento de Estado estadounidense ha afirmado que Rusia ha utilizado el agente químico cloropicrina contra las fuerzas ucranianas, en violación de la Convención sobre Armas Químicas de 1993.

El atentado tiene el sello de las agencias de espionaje ucranianas que operan dentro de Rusia, según el Financial Times. Cuentan con una red de agentes encubiertos para llevar a cabo asesinatos selectivos de personal militar clave y actos de sabotaje.