Mark Rutte ha congregado este miércoles or la noche a los líderes europeos "más decididos" a una minicumbre en su residencia en Bruselas a la que asiste el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. En el encuentro convocado por el secretario general de la OTAN han participado representantes de Alemania, Italia, Reino Unido, Francia, Polonia, Dinamarca y Países Bajos junto a la presidenta de la Comisión Europea. No hubo sitio para España en este foro donde se ha tratado sobre cómo trabajar conjuntamente en la era Trump y qué planes hay que poner en marcha para Ucrania. La ausencia de España tiene mucho que ver con la falta de cumplimiento con el objetivo mínimo del 2% del PIB a defensa fijado en la OTAN.
Cuando falta poco más de un mes para que Donald Trump asuma el poder en Estados Unidos, es decisivo que los europeos coordinen sus acciones, sobre todo, en relación a la invasión rusa que sufre Ucrania desde hace más de 1.200 días. Es lo que han hecho Rutte, el canciller alemán, Olaf Scholz, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el primer ministro polaco, Donald Tusk, el ministro británico de Exteriores, David Lammy y el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Noël Barrot, ya que el presidente Macron ha emprendido viaje a la isla de Mayotte, asolada por un ciclón. También han asistido la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
Cómo preparar la paz o la tregua
Los europeos quieren apoyar a los ucranianos en el momento en que sea posible negociar la paz, aunque será más una tregua que ha de ser muy vigilada, pero siempre será mejor que lo hagan desde una posición de fuerza. A su vez, van a demostrar a Trump su determinación a ayudar a Kiev.
En varios foros comienza a hablarse cómo podrán darse garantías de seguridad a Ucrania. Lo ideal para Ucrania sería un ingreso exprés en la OTAN, pero en caso de que no sea viable solo el despliegue de fuerzas europeas en su territorio podrían disuadir a Putin de volver a violar el territorio ucraniano.
Es cierto que aún es pronto para esta conversación porque Rusia no da señales de querer negociar, como dijo la nueva jefa de la diplomacia de la UE, la estonia Kaja Kallas. Al contrario, Rusia quiere aprovechar el invierno para intensificar los ataques contra infraestructuras y para tratar de recuperar el territorio atacado en Kursk. Sobre el terreno los rusos avanzan con ayuda de soldados norcoreanos. Zelenski insiste en que necesitan más sistemas de defensa aérea.
Macron mueve ficha
Macron ya tuvo ocasión de ver a Trump con motivo de la reinauguración de Notre-Dame el pasado 7 de diciembre, le trasladó que para negociar un alto el fuego en Ucrania hay que escuchar a los ucranianos y a los europeos.
Pocos días después Macron se lo expuso al primer ministro polaco, Donald Tusk, a quien vio en Varsovia justo la víspera de que anunciara la designación de François Bayrou como primer ministro. Fuentes diplomáticas confirman la relevancia de Polonia para Francia. En muchos aspectos como defensa, energía nuclear o el Mercosur París se alinea con Varsovia, más que con Berlín. Y desde luego mucho más que con Madrid.
Varsovia ha reemplazado a Madrid para la diplomacia francesa. El desaguisado diplomático relacionado con la reinauguración de Notre-Dame muestra cómo el Ministerio español de Exteriores está in albis. Ni sabía que los Reyes habían declinado asistir por cuestión de agenda ni reaccionó a la ausencia del ministro de Cultura. Nadie se dio cuenta de que Macron había aprovechado el evento para sondear a Trump y para propiciar un encuentro entre Trump y Zelenski.
Sin papel por el débil presupuesto de defensa
Pero torpezas de ese calado se unen a problemas graves que pesan sobre España a la hora de desempeñar un papel en la Europa actual. Lo dejó claro el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, cuando le preguntaron en Berlín por esos países que contribuyen mucho menos del 2% del PIB a defensa, en un encuentro al que sí asistió el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, que logró colarse en la fórmula de Cinco Grandes más Reino Unido en el último minuto cuando se convocó en Varsovia la primera vez. "Si estamos todos de acuerdo en que Putin es una amenaza al orden establecido en toda Europa, también toda Europa ha de contribuir a la defensa", dijo Sikorski, quien añadió que Polonia estaba de acuerdo en que el mínimo en la OTAN sea un 3% del PIB para defensa.
El apoyo verbal del presidente del gobierno Pedro Sánchez a la causa de Ucrania contrasta con ese raquítico presupuesto, que no es acorde con los tiempos. Sin embargo, todo líder político en España sabe que no va a ser popular un anuncio de un incremento de partidas a la defensa. Todo lo contrario de lo que sucede en Polonia, donde el ciudadano se siente más tranquilo al ver en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas que su ejército se ha modernizado a gran velocidad.
Desde Polonia, que dedica el 4,7% del PIB a defensa, no se entiende a los que se quedan atrás, sobre todo, tan atrás. Según los datos de la OTAN, España habrá gastado 19.723 millones en defensa durante el 2024, lo que representa el 1,3% del PIB. El mínimo fijado hace una década era del 2%. Para alcanzarlo en 2029 España tendrá que aumentar un 50% su inversión militar.
El argumento de que España contribuye de otras formas (misiones internacionales), que es el mantra del gobierno, no le sirve al nuevo secretario general, ni tampoco a países como Polonia o los Bálticos, que saben bien qué supone la amenaza rusa, ni tampoco le servirá a Trump. Si Rutte no sienta a su mesa a un representante español por no ser "decidido", imaginemos lo que pensará el presidente de EEUU de un aliado que va a la zaga. En una reciente entrevista, Trump ha dicho claramente que seguirán en la OTAN si los europeos "pagan sus cuentas".
Rutte habla de "mentalidad de guerra"
En un discurso reciente en Bruselas, Rutte dijo que había que gastar más en defensa "para que podamos seguir viviendo en paz". El secretario general de la OTAN dijo claramente que la Alianza Atlántica ha de cambiar "a una mentalidad de guerra". A medio plazo ya no considera suficiente el 2%. En la actualidad, 23 de los 32 aliados gastan al menos el 2% en defensa. Sin embargo, aparte de Estados Unidos, solo tres, Polonia, Grecia y Estonia, destinan actualmente más del 3% del PIB a este fin.
"Si nos quedamos en el 2%, sí, ahora estamos seguros, pero dentro de cuatro o cinco años puede que ya no lo estemos, y la disuasión podría estar demasiado debilitada para mantenernos a salvo de lo que ocurra en Rusia y en otras partes del mundo", remarcó Rutte, que recordó cómo en la Guerra Fría se gastaba más del 2% en defensa. Y dejó claro: "No estamos en guerra, pero tampoco estamos en paz".
Si España quiere tener voz en la Europa de 2025, ha de estar a la altura de los desafíos a los que nos enfrentamos aunque Rusia quede más lejos de Madrid que de Varsovia.
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