El procedimiento es tan rutinario como macabro. De un día para otro deja de saberse del paradero de un ciudadano venezolano. Desaparece. Es la primera táctica que emplea el régimen para aterrorizar. Ahí empieza el calvario de la familia que se pasa días tratando de averiguar dónde está el desaparecido. Si vive o no. Si está en uno u otro penal. Una vez ubicado, la familia lucha contra un sistema enloquecido para que el apresado tenga alimentos, medicinas si necesitara, lo más básico. A la vez intenta averiguar su condición y que un abogado pueda asistirle. Son las prácticas siniestras de una dictadura que quiso aparecer ante el mundo disfrazada de democracia pero ya no aguanta más la escenificación.

Jesús Armas, dirigente caraqueño del círculo de María Corina Machado, desapareció el 10 de diciembre. Es hijo único y sus padres, de 87 y 75 años, le buscaron con ayuda de su novia, Sairam Rivas, activista con experiencia en la asistencia a presos políticos. El lunes pasado supieron que había sido detenido. Horas antes el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, le dedicaba atención en su programa Con el Mazo Dando. Ahí alude a un supuesto informante que vincula a Jesús Armas con contrataciones de personas que estaba realizando para "incendiar las calles". Ese capítulo también es conocido: el régimen se inventa una trama en la que implica sin pruebas a los dirigentes políticos más relevantes, por su cercanía a María Corina o por su relevancia social.

Cuando hablamos con Sairam Rivas, los allegados de Jesús Armas, que fue concejal de Caracas entre 2014 y 2018, acaban de confirmar que está en El Helicoide, la mayor cárcel de presos políticos de América Latina. Casi expresa alivio, aunque no es así. Pero ya le han ubicado. Antes estuvo en Boleíta, sector 7, y compareció telemáticamente sin tener acceso a abogados independientes. "En general, cuando tú eres un preso político en Venezuela nunca estás seguro en ningún lado, porque cuando ellos quieren pueden este atentar contra contra ti".

Así lo hemos visto que ha sucedido con Osgual Alexander González Pérez, de 43 años, que murió el lunes en la cárcel de Tocuyito. Allí mismo también falleció Jesús Rafael Álvarez, de 44 años. En noviembre perdió la vida Jesús Martínez Medina por falta de atención médica. Las condiciones de las cárceles venezolanas son infrahumanas.

En el equipo de María Corina Machado

¿Por qué Jesús Armas era incómodo para el régimen de Maduro? "Era parte del equipo de Caracas de María Corina. Ingeniero de formación, ha estudiado a fondo los fallos en los servicios públicos en la ciudad. A su vez, jugó un papel importante en la recolección de actas, el escaneo, y eso que en democracia es normal, lo están persiguiendo", explica Sairam Rivas, quien también estuvo presa en 2014.

Por primera vez en la historia, la oposición venezolana pudo demostrar con las actas electorales que se negó a entregar el régimen de Maduro que se había cometido un fraude masivo. Estos documentos confirmaron la victoria de Edmundo González, desde entonces presidente electo, el candidato avalado por María Corina Machado. El Centro Carter, al que Maduro permitió actuar como observador, certificó el fraude para indignación del chavismo. De esta forma, Maduro y sus correligionarios se quedaron solos y el mundo vio claramente el engaño al que siguen aferrados.

Jesús Armas, como otros activistas y dirigentes políticos, sabía que corría peligro. "Muchos perfiles parecidos al de él habían sido perseguidos, habían sido detenidos y habían sido privados de libertad. Sabía que en algún momento podía pasarle a él". Cuenta Sairam que habían hablado que había que denunciar inmediatamente y hacer una campaña por su libertad. "Es lo único que en situaciones así te puede proteger. Yo también fui preso política en el 2014. He estado acompañando la conformación de un comité de familiares y amigos por la libertad de los presos políticos, por ello sabemos que la visibilidad y la denuncia se han convertido mecanismos de protección para quienes están privados de libertad".

Oleada represiva descomunal

Sairam Rivas, quien a pesar de su juventud cuenta con una amplia trayectoria como defensora de los derechos humanos en Venezuela, confirma que desde que se celebraron las elecciones presidenciales del 28 de julio el régimen de Maduro ha intensificado la represión. "Los días siguientes se desarrolló una oleada represiva en Venezuela que nosotros nunca habíamos visto. Llegamos a más de 2.000 presos políticos. Hubo hasta 150 detenciones diarias. Muchos de ellos eran jóvenes, muchas personas de sectores vulnerables... Ya previamente habían arrestado a muchos jefes de campaña o gente que había ayudado a María Corina o simplemente se había colocado a su lado en una asamblea. Entonces fue un patrón de persecución continuado y después del 28, cuando la gente salió a la calle para festejar la victoria opositora procedieron a activar mecanismos de delación. Incitaron a los afectos al régimen a que señalaran quién había acudido a una protesta o hubiera llamado a la movilización".

Explica cómo se han documentado detenciones masivas, que han provocado situaciones de gran desesperación en las familias, ya que en los penales pasan hambre, sed, y padecen torturas. En las últimas semanas, debido a la presión local e internacional, hubo algunas excarcelaciones. Es lo que en Venezuela llaman puerta giratoria: liberan a unos y apresan a otros.

"A Jesús no sabemos qué cargos le imputan, ni de qué le acusan. Hay una total opacidad. Su mamá fue para El Helicoide a llevarle comida y aceptaron los alimentos. Parece que va a ser su centro de reclusión desde ahora", comenta, convencida de que han tenido que responder por la campaña de visibilidad que han acometido.

Tramas inventadas

Diosdado Cabello vincula a Jesús Armas con la preparación de un atentado el 10 de enero, cuando se lleva a cabo la toma de posesión, a la que Edmundo González ha prometido que se presentará. "Sabíamos que ellos iban a inventar una trama porque es lo que hacen durante todo este tiempo, secuestran dirigentes, se los llevan privados de libertad y luego los hacen grabar videos o luego inventan que supuestamente estaban planificando una conspiración o que están envueltos en corrupción", señala la activista.

La detención de Jesús Armas indica, a su juicio, que el régimen va a seguir con la persecución y los arrestos. "Van a afianzar el terrorismo. Detienen a dirigentes como Jesus para aterrorizar y abortar cualquier tipo de movilización y acción ciudadana de cara al 10 de enero. Quieren frenar la disposición al cambio político que tiene la mayoría del pueblo venezolano".

¿Es realmente efectiva la presión de la comunidad internacional? "No es lo único necesario para que haya pun cambio político. Tiene que estar acompañado de escenarios en los cuales la ciudadanía también pueda tener una expresión. Lo que pasa es que eso es lo que quieren frenar. Todo este terrorismo persigue que no haya ni una sola persona en las calles manifestando su voluntad de cambio político. Hasta ahora se garantizaba el derecho de manifestación pacífica, pero ahora han criminalizado la protesta".

El 10 de enero

¿Qué pasará el 10 de enero? ¿Logrará Edmundo González entrar en Venezuela y desafiar a Maduro? ¿Habrá movilizaciones, a pesar de la represión? "En Venezuela nunca se sabe. En esta situación en la que en la que nosotros estamos realmente es muy, muy, muy complejo. Por supuesto, nosotros quisiéramos un enero donde haya un cambio político, pero sabemos que la situación de riesgo y de persecución es enorme. Sin embargo, nosotros no podemos trabajar con una fecha definitiva y si en esa fecha no pasa algo entonces se acabó la lucha por la democracia en Venezuela, sino que esto tiene que ser un trabajo de construcción de tejido social, de ganar fuerzas y de construcción de capacidades organizativas ante el debilitamiento tan grande que ha hecho este régimen del tejido social y de las organizaciones ciudadanas. El compromiso debe ser continuar la defensa de los resultados del del 28 de julio, más allá de una fecha particular".