Las informaciones que apuntan a un acuerdo para la reapertura de una aduana de Melilla bajo mínimos han sido celebradas por la prensa marroquí, que lo considera un paso en "la soberanía marroquí de los presidios de Ceuta y Melilla", una de las reivindicaciones de las tesis expansionistas del régimen alauí.

Los rotativos del país vecino subrayan especialmente las condiciones impuestas por Marruecos y aceptadas por España que impiden el acceso de productos que no hayan sido fabricados en Melilla mientras que Rabat podrá transportar áridos, frutas, verduras y pescado a través de la frontera.

"Al imponer estas condiciones, Marruecos busca afirmar su visión soberana sobre las dos ciudades ocupadas, Melilla y Ceuta, ya que garantiza que las transacciones comerciales permanezcan bajo su plena supervisión y en consonancia con sus intereses nacionales", desliza Tanja24, un medio de comunicación radicado en Tánger. "Marruecos también rechaza cualquier fórmula que pueda abrir el camino a ampliar el alcance del intercambio comercial de una manera que perjudique su soberanía económica y sirva a los intereses de la ocupación española", agrega.

Las tesis se reproducen en otros medios de comunicación marroquíes, que se hacen eco de la llamada de la delegada del Gobierno de Melilla a los comerciantes y empresarios de la ciudad autónoma, que consideran muy perjudicial una apertura bajo tales condiciones y restricciones para el lado español.

Así, el digital Barlamane -habitual altavoz de los servicios de seguridad marroquíes- recalca que Marruecos "ha decidido prohibir la reanudación del contrabando, tolerado hasta 2019, entre Melilla y la localidad de Fnideq". "Este tráfico irrigó la economía local pero privó a las aduanas marroquíes de ingresos considerables: entre siete y ocho mil millones de dirhams al año", denuncia el medio.

Críticas a los empresarios de Ceuta y Melilla

Para Hespress, otra de las cabeceras oficialistas, las medidas anunciadas por Moncloa están en línea con el rechazo de Marruecos a reabrir la aduana en las condiciones previas a 2018. "Marruecos ya había señalado que no habrá vuelta atrás y que ya no existirá el fenómeno de las 'mulas' que cargaban a lomos de enormes cantidades de mercancías de contrabando a lo largo de varios kilómetros". Según el periódico, las condiciones "no agradarán a los comerciantes de los dos presidios [el término que usa Rabat para referirse a Ceuta y Melilla] que arrojaron toneladas de productos al año a Marruecos sin pagar impuestos, acumulando ganancias indecentes a costa de mujeres en situación precaria".

"Los informes españoles, a falta de cifras claramente establecidas, concluyeron que la mayoría de las importaciones de los dos presidios estaban destinadas a exportarse a Marruecos, lo que indica que la mayor parte de la economía de estos dos territorios se basaba en esta reventa a través del circuito no oficial. Estamos hablando de exportaciones a Marruecos de entre 400 y 700 millones de euros, o incluso hasta 150 millones de euros según determinadas fuentes", recuerdan desde el citado medio, que también se apunta a la tesis de que el acuerdo en ciernes favorece a Marruecos frente al supuesto agravio pasado.

"La balanza comercial no favoreció a Marruecos ya que las importaciones de la ciudad desde Marruecos representaron sólo el 1% de sus importaciones totales. La mayoría de sus importaciones procedían de España y consistían en gran medida en alimentos, bebidas y tabaco destinados al contrabando", recuerdan.