Volvió a ver la luz pública el pasado julio tras cuatro años entre rejas por cargos que la comunidad internacional consideró fabricados. Ahora, sin embargo, denuncia ser víctima de una campaña de difamación patrocinada por los medios de comunicación vinculados al aparato de seguridad e inteligencia marroquíes. El periodista Suleimán Raisuni acusa a la autoridades de seguridad del país vecino de urdir un hostigamiento que tiene como objetivo su regreso a prisión.

"Unos cinco meses después de mi liberación por indulto real el 30 de julio de 2024, las campañas de difamación contra mí por parte de medios de comunicación dirigidos por altos cargos de los servicios de inteligencia marroquíes no han cesado", se queja el reportero en una carta remitida a El Independiente. El pasado agosto -en una entrevista a este diario, la primera concedida tras su liberación-, Raisuni advirtió: “No me iré de Marruecos. Que se vayan los corruptos y los criminales en el poder”. La publicación de la entrevista estuvo jalonada de insultos y ataques contra entrevistado y entrevistados en la amordazada prensa marroquí.

En 2021 fue condenado a 5 años de cárcel por el presunto "asalto sexual" a un homosexual por unos hechos que se remontan a 2018, cuando el reportero realizaba un reportaje sobre la comunidad gay, una orientación sexual penada en Marruecos con cárcel. Raisuni ha negado siempre los cargos y protagonizó una huelga de hambre que casi le cuesta la vida. Su juicio sin garantías judiciales fue censurado por la ONU y las organizaciones de derechos humanos.

Ahora, el periodista marroquí asegura que las campañas de difamación "han redoblado su violencia tras su citación por el Tribunal de Apelación de Bruselas, en calidad de parte civil en el caso en el que parlamentarios europeos están siendo procesados por haber recibido sobornos de funcionarios marroquíes y qataríes (audiencia del 7 de enero de 2025), y también tras la sentencia judicial contra la empresa israelí NSO a favor de WhatsApp, por un tribunal de Florida, en el caso del programa espía Pegasus que los servicios secretos marroquíes utilizaron para espiar su teléfono".

"Pasé más de cuatro años en prisión por cargos de violación que las principales organizaciones internacionales de derechos humanos, entre ellas el Relator Especial de la ONU sobre la Detención Arbitraria, el Parlamento Europeo y el Departamento de Estado de Estados Unidos, consideran inventados en venganza por mis actividades periodísticas y de derechos humanos. Mientras todos estos organismos consideraban que mi detención era arbitraria, los medios de comunicación y las páginas web vinculadas a los servicios de inteligencia volvieron a acusarme de 'pedofilia', de 'violar a otro periodista' y de ser 'agente de un país extranjero'", arguye Raisuni.

"Me atacan continuamente"

"Pensaba que corregir el error de mi detención arbitraria, liberándome por indulto real, sería una apertura política y de derechos humanos, empezando por darme un estatuto jurídico y social que facilitaría mi vuelta a la profesión de periodista, pero me chocó la persecución de otros periodistas, por el derecho penal y no por el derecho de prensa y edición, y por las continuas detenciones y agresiones a militantes de derechos humanos por expresar posiciones y opiniones pacíficamente", clama.

"Además de la prensa afiliada a los servicios de seguridad, las autoridades marroquíes han creado una asociación que dice defender a las 'víctimas de violaciones', y que me ataca constantemente a mí, a mi familia y a quienes me apoyan. Estas campañas inmorales contra mí y contra mis compañeros Taoufik Bouachrine y Omar Radi, vigilando mis movimientos y amenazando con devolverme a la cárcel, no me impedirán expresar mis convicciones y mis ideas, ni emprender acciones legales contra todos aquellos que me detuvieron arbitrariamente y contra todos aquellos que agredieron a mi mujer difamándola y asaltando nuestra casa por la noche, cuando yo estaba en la cárcel", desliza en la misiva a la que ha tenido acceso este diario.

A la luz de los acontecimientos que ponen en riesgo sus derecho más básicos, Raisuni "hace un llamamiento a todos los defensores de los derechos humanos y de la libertad de prensa para que denuncien estas campañas y les aseguro que estoy dispuesto a facilitar todos los datos y pruebas que confirmen el acoso y las amenazas contra mí y mis colegas".

Carta abierta de Soulaiman Raissouni, periodista marroquí y ex preso de conciencia

Unos cinco meses después de mi liberación por indulto real el 30 de julio de 2024, las campañas de difamación contra mí por parte de medios de comunicación dirigidos por altos cargos de los servicios de inteligencia marroquíes no han cesado. Estas campañas redoblaron su violencia tras mi citación por el Tribunal de Apelación de Bruselas, en mi calidad de parte civil en el caso en el que parlamentarios europeos están siendo procesados por haber recibido sobornos de funcionarios marroquíes y qataríes (audiencia del 7 de enero de 2025), y también tras la sentencia judicial contra la empresa israelí NSO a favor de WhatsApp, por un tribunal de Florida, en el caso del programa espía Pegasus que los servicios secretos marroquíes utilizaron para espiar mi teléfono.

Pasé más de cuatro años en prisión por cargos de violación que las principales organizaciones internacionales de derechos humanos, entre ellas el Relator Especial de la ONU sobre la Detención Arbitraria, el Parlamento Europeo y el Departamento de Estado de Estados Unidos, consideran inventados en venganza por mis actividades periodísticas y de derechos humanos. Mientras todos estos organismos consideraban que mi detención era arbitraria, los medios de comunicación y las páginas web vinculadas a los servicios de inteligencia volvieron a acusarme de «pedofilia», de «violar a otro periodista» y de ser «agente de un país extranjero». Pensaba que corregir el error de mi detención arbitraria poniéndome en libertad por indulto real sería una apertura política y de derechos humanos, empezando por darme un estatuto jurídico y social que facilitara mi vuelta a la profesión de periodista, pero me chocó la persecución de otros periodistas, por el derecho penal y no por el derecho de prensa y edición, y por las continuas detenciones y agresiones a militantes de derechos humanos por expresar posiciones y opiniones pacíficamente.

Además de la prensa afiliada a los servicios de seguridad, las autoridades marroquíes han creado una asociación que dice defender a las «víctimas de violaciones», y que me ataca constantemente a mí, a mi familia y a quienes me apoyan. Estas campañas inmorales contra mí y contra mis compañeros Taoufik Bouachrine y Omar Radi, vigilando mis movimientos y amenazando con devolverme a la cárcel, no me impedirán expresar mis convicciones y mis ideas, ni emprender acciones legales contra todos aquellos que me detuvieron arbitrariamente y contra todos aquellos que agredieron a mi mujer difamándola y allanando nuestra casa por la noche, cuando yo estaba en la cárcel.

Hago un llamamiento a todos los defensores de los derechos humanos y de la libertad de prensa para que denuncien estas campañas y les aseguro que estoy dispuesto a facilitar todos los datos y pruebas que confirmen el acoso y las amenazas contra mí y mis colegas.

Soulaiman Raissouni