"Es un momento único para quienes pueden facilitar la transición en Venezuela. Tienen en sus manos una oportunidad histórica". Felipe González, una de las figuras de la transición en España, ve con claridad cómo Nicolás Maduro ha perdido toda legitimidad y hasta él sabe que ya no cuenta con el favor del pueblo. Aún así Maduro está dispuesto a juramentar el próximo 10 de enero. También asegura que lo hará el ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, Edmundo González Urrutia. Así está Venezuela entre la deriva cubana, abanderada por un Maduro que se niega a aceptar su derrota, y la transición a la española, que liderarían el presidente electo y María Corina Machado.

Edmundo González Urrutia, que vive en España desde que en septiembre pasado se vio forzado a huir por la persecución del régimen madurista, ha comenzado 2025 con una gira por los países latinoamericanos que más respaldo le prestan: la Argentina de Javier Milei y el Uruguay de Luis Lacalle Pou. En Buenos Aires, una multitud de venezolanos y argentinos simpatizantes de su causa le han aclamado al salir a saludar desde el balcón de la Casa Rosada.

"Uno de los momentos más emocionantes que he vivido", escribía el ex diplomático venezolano en su cuenta de X. "Por cualquier medio que sea, voy a estar allá", prometía sobre su juramentación el día 10. Nadie sabe cómo lo hará y hay gran expectación sobre lo que sería un gran golpe de efecto.

Prueba de fuego para la democracia latinoamericana

Es relevante que el presidente electo haya empezado su viaje por Latinoamérica. Los países del continente se enfrentan a un reto con lo que está sucediendo en Venezuela: han de decantarse por la democracia o por el autoritarismo. El primero en la izquierda latinoamericana en reconocer a González Urrutia fue el presidente chileno, Gabriel Boric.

Para México, Colombia y Brasil es realmente una prueba de fuego la deriva de Maduro. Será relevante ver qué países envían representantes y cuál es su rango. Sea como sea, como apunta Anna Ayuso, investigadora sénior en el Cidob, para el brasileño Lula da Silva "está muy enfadado con Maduro porque le prometió elecciones libres y luego no cumplió".

"Hay un pulso para la democracia en América Latina. A Boric la historia le ha dado la razón. Lula se enfrentó con él. Esto se ha está extendiendo por América Latina. Lula se presentó en Brasil como el demócrata y perdería la credibilidad y el apoyo de la clase media con un respaldo claro a Maduro", señala Ayuso. Si realmente las democracias latinoamericanas se conjuraran contra Maduro, se quedaría aislado, en la línea de Cuba y Nicaragua.

La gira de González Urrutia llega a un punto culminante este lunes, cuando se encuentra con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Aún no está confirmada la entrevista con Donald Trump, que asume el 20 de enero, aunque es probable que sí se vea con Marco Rubio, quien será su secretario de Estado. Ha confirmado que recibirá a Edmundo González y a su delegación, de la que forma parte el opositor Antonio Ledezma, también afincado en Madrid, el senador republicano por Florida Rick Scott.

100.000 dólares por entregar a Edmundo González

Mientras tanto, Maduro ha puesto precio a la entrega de Edmundo González, contra quien se ha vuelto a inventar cargos. Ha empapelado el aeropuerto y otras vías de acceso al país de carteles con la imagen del presidente electo con la recompensa de 100.000 dólares por su entrega. Ahora le acusan de conspiración, usurpación de funciones y legitimación de capitales, a pesar de que al dejarle salir en septiembre los Rodríguez (Jorge y Delcy) le aseguraron que su expediente quedaba limpio. Para facilitar la marcha de Edmundo González intervino el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, siempre condescendiente con Maduro y sus acólitos.

El presidente del Parlamento de Venezuela, Jorge Rodríguez, ha pedido a los diputados este domingo, cuando se ha reunido por primera vez la nueva Asamblea Nacional, que apoyen la solicitud de arresto de Edmundo González Urrutia si regresa al país.

A su vez, Diosdado Cabello, ministro del Interior y de Justicia, ha ordenado el despliegue de 20.000 efectivos del DGCIM (contrainteligencia militar). Hay temor a que haya un quiebre en las Fuerzas Armadas, cuyos cuadros intermedios están siendo muy vigilados. El 28 de julio quedó claro que Maduro también perdió el apoyo de los uniformados, salvo la élite corrupta que sigue a su lado. El Palacio de Miraflores está ultraprotegido. Es la residencia oficial de Maduro, aunque él pernocta en Fuerte Tiuna, una de las mayores instalaciones militares del país.

Durante la inauguración del Complejo de Especialización de Fuerzas Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en el estado Vargas, Diosdado Cabello mostró armamento moderno y se dejó filmar disparando como demostración de fuerza. Aseguró que habría una "respuesta brutal" contra quien "se meta con Venezuela".

"La manera de sobreactuar de Maduro, amenazar, arengar, sacar a Padrino y Cabello, denota que hay preocupación. Pero tras la represión es dudosa la capacidad de movilización", apunta Anna Ayuso. "La oposición no tiene nada que hacer si no hay una quiebra en el Ejército. Es lo que tratan de promover".

La idea de que le dejarían pasar para que al juramentarse pudieran presentar cargos contra él parece descartada. Ya han creado la acusación y en caso de que acceda al país parecen decididos a echarle el guante. Sin embargo, después de que la oposición venezolana lograra la proeza de hacer públicas las actas electorales que mostraban la aplastante victoria de Edmundo González no se descarta que haya algún plan encaminado a desconcertar al régimen madurista. Diosdado Cabello habría propuesto que la ceremonia en la que asuma Maduro sea de madrugada para que nada la entorpezca.

La oposición no tiene nada que hacer si no hay una quiebra en el Ejército. Es lo que tratan de promover"

ANNA AYUSO, INVESTIGADORA EN CIDOB

A las calles el 9 de enero

Ahora estamos pendientes del 10 de enero porque es la fecha en la que el presidente de Venezuela jura su cargo. María Corina Machado, en la clandestinidad donde sufre al ver cómo van arrestando a quienes han colaborado con ella, asegura que la transición no está ligada a una fecha pero en su mensaje de año nuevo, pero a la vez llama a la calle sin día ni hora específica.

"Venezuela entera se encontrará en la calle, abrazándonos en un rito hermoso y poderoso de libertad, en toda Venezuela, pueblos y ciudades y en todas las ciudades del mundo donde hay un venezolano, al mismo tiempo gritaremos el Gloria al Bravo Pueblo", dijo Machado en un video publicado en X.

Este domingo 5 ha sido más concreta. Ha llamado a la población venezolana a movilizarse el jueves 9 de enero. "Yo voy contigo. Este 9 de enero, todos a las calles, en Venezuela y el mundo", ha escrito en X María Corina Machado.

El punto de inflexión en Venezuela se marcó el 28 de julio y las jornadas posteriores. Las elecciones presidenciales tuvieron lugar en condiciones de absoluta inequidad. El régimen inhabilitó a María Corina Machado, la vencedora de las primarias de la oposición. Tras ensayar con varias alternativas, finalmente la oposición logró que el diplomático Edmundo González contara con el visto bueno para ser su candidato. Maduro estaba convencido de que ganaría y en el peor de los casos sería una derrota tan por la mínima que sería fácil amañar el resultado. Pero la derrota fue abrumadora y las actas lo confirman. Por eso el régimen no las ha presentado.

Y lo mejor es que la oposición estaba preparada para desmantelar el fraude. Logró tejer una red de voluntarios que consiguieron hacerse con gran parte de las actas, hasta un 85%, con las que se demuestra la victoria de Edmundo González Urrutia. En el último balance, del 3 de enero, Maduro pierde con un 30% de los votos (3,3 millones de apoyos) frente al 67% (7,4 millones) de González Urrutia.

La campaña de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado primero divulgó copias de las actas escaneadas a través de un enlace, apenas unas horas más tarde del primer parte electoral oficial. Cuatro días después, se dio acceso público a las bases de datos directamente. Aquello marcó un hito: probaron que habían ganado y así lo certificó incluso el Centro Carter, al que el régimen madurista había permitido cumplir la función de observador electoral. En este caso, como ha señalado Carmen Beatriz Fernández, doctora en Comunicación Pública, "la tecnología ha jugado un rol positivo para la democracia".

Escenarios después del 10E

Maduro pretende actuar como si no hubiera ocurrido nada. En su entrevista del 1 de enero con Ignacio Ramonet, uno de los mayores propagandistas del régimen, Maduro asegura que "Venezuela está en paz, tranquila y segura de su destino" y presume de "democracia popular, directa, democracia de los vecinos" . Y lo dice tras arrestar a 2.000 personas después del 28 de julio, muchas de ellas civiles sin más delito que haber participado en una manifestación opositora y no pocos menores de edad.

A todos los activistas los amedrenta haciéndoles desaparecer, como le sucedió a Jesús Armas, y luego torturándolos para que denuncien a sus compañeros o den información sobre el paradero de María Corina Machado. La novia de Jesús Armas, la dirigente de Bandera Roja Saimar Rivas, afirmaba en El Independiente que el objetivo de esta persecución es aterrorizar y amedrentar a la población para abortar cualquier movilización en torno al 10 de enero.

Lo que va a pasar el día 10 de enero ha de interpretarse desde ahí. Hasta el 9 de enero el pecado de Maduro es ocultar los resultados. A partir de ahí será usurpar el rol de otro"

CARMEN BEATRIZ FERNÁNDEZ, PHD COMUNICACIÓN PÚBLICA

"Lo que ha pasado estos meses en Venezuela es un punto de quiebre muy importante. Hace a Maduro mucho más insostenible. Es un peso más duro de cargar ara sus aliados. Maduro quedó al desnudo por las evidencias tan claras de cómo había perdido y cómo ha pretendido burlar la voluntad popular. La transparencia de los resultados por parte de la oposición versus la manipulación de Maduro. Eso tiene implicaciones muy serias. Lo que va a pasar el día 10 de enero ha de interpretarse desde ahí. Hasta el 9 de enero el pecado de Maduro es ocultar los resultados. A partir de ahí será usurpar el rol de otro", señala Carmen Beatriz Fernández. 

Apunta que el 10 de enero abre una ventana de oportunidad a la transición. "Hay una oportunidad clara para que se dé una transición política. Es un escenario probable", apunta esta experta en comunicación pública, nacida en Venezuela de origen español.

Explica que si asume el poder González Urrutia debería hacerse ante una Asamblea Nacional no reconocida por la oposición, de modo que habría un intercambio en el estatuto de transición. "Hay un claro espacio de negociación. Los actores más relevantes pueden encontrar espacios parciales", añade Fernández. 

Pero reconoce que también existe la posibilidad de que no se dé este paso. "Maduro dice que va a asumir pero puede cambiar de opinión o ser obligado a hacerlo. Lo que me parece improbable es que asuma y no pase nada".

En este caso Maduro sería depuesto por un golpe y habría una transición a otro tipo de dictadura. Pensemos que Maduro quedó al desnudo frente a los suyos al darse a conocer las actas. Quedó en evidencia su fragilidad. Antes o después, en su entorno podrían hacer cuentas y darse cuenta de que Maduro está hundiéndose y quieran salvarse. Por ello, Felipe González en un desayuno en Madrid poco antes de Navidad evocaba la figura de Bashar Asad y su salida de Damasco hacia Moscú. "Cuando los tiranos se va se llevan lo que cabe en un avión".

Hay otro escenario temible: que un Maduro aún más despiadado suceda al actual Maduro. Si Maduro se mantiene, solo lo podrá hacer con más represión, lo que provocará una nueva sangría interna y externa, una nueva oleada de venezolanos dejarán su país presa de la desesperación. A Maduro, como a sus maestros cubanos, esa sangría le viene bien. A ver qué Venezuela queda cuando finalmente Maduro no esté.