El populismo sin filtros ha regresado a Washington. Cuatro años después de su marcha, con una condena criminal por 34 delitos y otras acusaciones a sus espaldas por decisiones que tomó durante su anterior mandato, el showman y empresario neoyorkino Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca tras ganar las elecciones a Kamala Harris por poco más de 2,3 millones de votos. En la ceremonia inaugural, ese evento protocolario donde se repiten los mismos pasos desde hace dos siglos, Trump ha aprovechado para dejar claro quién lo ha elegido y por qué.

Lejos de pronunciar un discurso ordenado, educado, comedido o considerado con el presidente saliente como marca la tradición, Trump ha optado por repetir las consignas de sus mítines y cargar contra el anterior gobierno, ese “establishment radical y corrupto” que ha “extraído el poder y la riqueza a nuestros ciudadanos”. A su lado, el ya expresidente Joe Biden y la vicepresidenta y candidata demócrata a las elecciones de noviembre Kamala Harris mantenían el semblante serio, mientras que en la primera fila del público se encontraban importantes integrantes del establishment tecnológico como Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Facebook e Instagram), Sundar Pichai (Google) y Tim Cook (Apple), además de Elon Musk (Tesla, SpaceX), el elegido de Trump para recortar el gasto público.

Para el magnate, la Administración Biden es responsable del, en su opinión, estado catastrófico del país, y es lo que promete empezar a remediar desde este mismo día. Trump ha anunciado que hoy mismo declarará una emergencia nacional en el borde sur, una medida que le permitirá mandar tropas al borde sur y controlar la frontera para frenar “la desastrosa invasión” de inmigrantes ilegales que entiende que está sufriendo EEUU. También designará a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, todo con el objetivo de recuperar la “justicia justa, igual e imparcial” que manda la Constitución. No ha dejado de lado ninguna de sus medidas estrella: del “drill, baby, drill” en apoyo al fracking, a la declaración de que Estados Unidos solo reconocerá dos sexos, en oposición a la cultura woke que ha defendido los derechos de las personas trans.

“La era dorada de América empieza ahora mismo. Desde hoy este país florecerá y será respetado en todo el mundo. De forma muy simple: pondré América primero. La balanza de la justicia será reequilibrada, el uso del Departamento de Justicia por parte del Gobierno terminará. Mi prioridad será crear un país que sea orgulloso, próspero y libre. América será pronto más grande, más fuerte y más excepcional que nunca antes”, ha declarado entre los aplausos de la Rotunda del Congreso.

El 47º presidente ha tomado posesión en una ceremonia atípica, que se ha visto obligada a trasladarse al interior del Capitolio por el frío, y en la que han estado presentes su familia, los miembros de su futuro gabinete e importantes miembros de la oligarquía tecnológica, como Biden la calificó en su último discurso. A causa de las temperaturas bajo cero que han protagonizado la jornada, el empresario no podrá disfrutar de la foto que buscaba, la de un National Mall abarrotado de sus seguidores, llegados de todas partes del país. En su anterior investidura, los medios de comunicación publicaron que apenas habían acudido un tercio de los presentes en la inauguración de Obama.

Trump ha jurado el cargo en medio de la guerra de Ucrania, que promete terminar en días, y solo varias jornadas después del deseado acuerdo de alto el fuego en Gaza, cuyo mérito se ha atribuido. A nivel nacional, la economía de EEUU está creciendo, pero a costa de unos precios insoportablemente altos para muchos, una de las razones por las que lo han elegido. "Ordenaré a que todos los miembros de mi gabinete que utilicen los enormes poderes a su disposición para derrotar lo que ha sido una inflación récord y rápidamente bajar los costes y los precios. La crisis de inflación ha sido provocada por un sobregasto y la escalada de los precios y es por lo que hoy declararé una emergencia nacional de energía. América será un país industrial otra vez".

De acabar con las enfermedades crónicas a pisar Marte

En medio de ese discurso de tinte apocalíptico y con promesas de remediar todo lo que no funciona en el país, el recién nombrado presidente ha remarcado que no se quedará ahí. Su voluntad no es solo volver al punto donde América estaba hace años, no es solo volver a hacer Estados Unidos grande de nuevo, sino más grande que nunca. "Sobre todo, mi mensaje de hoy para los estadounidenses es que es hora de que volvamos a actuar con valentía, vigor y la vitalidad de la civilización más grande de la historia. Así que mientras liberamos a nuestro país, nos dirigiremos a nuevas metas de victoria y éxito. Nada nos detendrá. Juntos, terminaremos con la epidemia de enfermedades crónicas, expandiremos nuestro territorio, construiremos nuestras ciudades, y perseguiremos nuestro destino estelar llevando a los astronautas americanos a las estrellas y a Marte".

Son metas que Trump parece querer conseguir solo. El presidente no ha mencionado a Europa, tampoco a la OTAN, ni a los países fronterizos a los que pretende imponer aranceles a menos que controlen mejor la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. A México solo lo ha mencionado para anunciar el envío de tropas y para decir que cambiará el nombre del golfo de México a golfo de América, y Panamá, para dejar claro que EEUU hizo una "idiotez" dándoselo al país homónimo. "Lo vamos a recuperar", ha dicho. Canadá ha quedado completamente fuera del discurso, pero quizá lo prefieran, porque tampoco ha mencionado los aranceles, lo que hace pensar que no será una de sus primeras órdenes ejecutivas. Ucrania, Rusia, Israel, Palestina y Gaza también han sido dejadas para otro momento, salvo para presumir de que ayer los rehenes regresaron con sus familias.

Acabar con el Green New Deal

"Con mis decisiones de hoy, acabaremos con el Green New Deal y revocaremos el mandato del vehículo eléctrico, salvando nuestra industria del automóvil y manteniendo mi promesa sagrada a nuestros trabajadores del sector. En otras palabras, podrás comprar el coche que prefieras. Construiremos coches en América de nuevo a un ritmo que nadie habría soñado posible solo hace unos pocos años, y gracias a los trabajadores del sector de nuestro país por vuestro inspirador voto de confianza", ha manifestado en contra de las políticas para frenar cambio climático.

Trump ya demostró hace ocho años que no pretendía ajustarse a los moldes del resto de presidentes. Entonces ya agitó el populismo y el nacionalismo desde sus primeros minutos en el cargo, y aseguró que cuidaría de los más vulnerables pese a rodearse de los más ricos. Este lunes, tras su discurso, Trump ha firmado la orden con la que nomina oficialmente a los miembros de su gabinete, que después deberán ser aprobados por el Senado, y esta tarde procederá a aprobar algunas de las medidas anunciadas en su intervención. Queda por ver cuáles saldrán adelante hoy y cuáles dejará para más adelante. En 2017 y pese a lo prometido, en su primer día en el cargo solo firmó una que buscaba revocar la reforma sanitaria de Obama u Obamacare, que después no consiguió el visto bueno de las cámaras.