El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha regresado este lunes al Tribunal de distrito de Tel Aviv que le juzga por corrupción tras su retorno de Washington y en mitad de la presión popular para que inicie las negociaciones de la segunda fase del alto el fuego en Gaza, que debería entrar en vigor a principios de marzo, y la censura por sus declaraciones recientes y su impacto negativo en esas conversaciones.

Netanyahu no compareció ante el tribunal para testificar la semana pasada, al encontrarse en Estados Unidos, y la semana anterior se cancelaron dos de las tres audiencias porque uno de los jueces tenía gripe. Al inicia de su audiencia, Netanyahu aseguró este lunes que se enfrenta a "dificultades" médicas y que le han recetado altas dosis de antibióticos.

Recién llegado de Washington, el premier insistió en calificar de "histórica" su encuentro con Donald Trump, que anunció su intención de "vaciar Gaza", expulsar a los palestinos y tomar el control de la Franja para dedicarla a desarrollos urbanísticos. El republicano volvió este domingo a repetir un plan que ha suscitado el rechazo de la comunidad internacional.

Netanyahu se sometió a una cirugía para extirparle la próstata en diciembre de 2024 y ha experimentado complicaciones postoperatorias, incluidas infecciones. El juicio en el que Netanyahu está acusado de corrupción arrancó en 2020 y sobre él pesan acusaciones de soborno, fraude y abuso de confianza.

Hasta tres casos de corrupción y soborno

Los fiscales alegan que Netanyahu concedió favores normativos por valor de unos 1.800 millones de shekels (unos 500 millones de dólares) a Bezeq Telecom Israel a cambio de una cobertura positiva de él y su esposa Sara en un sitio web de noticias. En este caso, Netanyahu ha sido acusado de soborno, fraude y abuso de confianza.

Netanyahu ha sido acusado de fraude y abuso de confianza. Según las pesquisas, él y su esposa recibieron indebidamente casi 700.000 shekels (210.000 dólares) en regalos de Arnon Milchan, un productor de Hollywood y ciudadano israelí, y del empresario multimillonario australiano James Packer.

Netanyahu supuestamente negoció un acuerdo con Arnon Mozes, propietario del periódico israelí Yedioth Ahronoth, para obtener una mejor cobertura a cambio de una legislación que frenara el crecimiento de un periódico rival. Ha sido acusado de fraude y abuso de confianza.

Netanyahu, bajo presión del ala más ultra de su gabinete, se enfrenta también a la presión de una sociedad en shock que asiste cada semana al regreso de rehenes que han pasado cerca de 500 días en la Franja de Gaza. Este lunes su residencia en Jerusalén ha sido escenario de protestas. Le piden que, con sus declaraciones, no sabotee las negociaciones para la segunda fase que debería completar el regreso de los rehenes.

"Os deseamos una mala mañana en vuestra cálida y protegida morada. Aquí en Jerusalén, [estamos parados en el] frío glacial y la lluvia afuera, ¡mientras nuestros hermanos torturados pasaron otra noche en el infierno de Hamas! ¡No os atreváis a sabotear el acuerdo!", han reclamado los manifestantes.