Es uno de los periodistas más influyentes del mundo, especializado en información económica y con amplia experiencia en medios británicos, como The Times y Financial Times. fundó en 1999 la versión alemana del diario. En 2006 creó Eurointelligence, una web de información sobre la economía en la eurozona. Nacido en Alemania en 1961, Wolfgang Münchau acaba con el mito sobre Alemania como modelo económico y político en su último libro Kaput. El fin del milagro alemán (Plataforma Editorial). En conversación por zoom, Münchau explica cómo la primera potencia de la UE está en declive, una decadencia ligada a su aferramiento a un modelo industrial obsoleto que apuesta por el automóvil y la exportación. Pero también el consenso que tanto admiramos en España de los alemanes hace imposible, a su juicio, el cambio necesario. De ahí que crea que "gobierne quien gobierne no cambiará nada".

"Por primera vez los alemanes perciben que el Estado no funciona. Es algo que no hay que exagerar pero tampoco minusvalorar. En Alemania esté quien esté en el gobierno está abocado al fracaso y esto sucede por cómo funciona el sistema. La cultura del consenso hace que en la industria y en la sociedad siempre se reproduzcan las grandes coaliciones y eso quiere decir que al final no hay alternativa", explica Wolfgang Münchau, que esta semana ha estado en Barcelona y Madrid de promoción.

La obra ha sido muy bien recibida en el Reino Unido y también en España. Curiosamente se publicará después en Alemania, su país natal, donde cree que muchos verán sus tesis de forma negativa. En el libro cuenta cómo los alemanes son poco receptivos con las críticas cuando aceptarlas puede conllevar cambios. Es un ensayo disruptivo y muy revelador, ya que hasta ahora el poder industrial de Alemania no se ponía en cuestión, como tampoco su inclinación por el consenso.

Qué pasará el 23F

Alemania celebra elecciones legislativas dentro de una semana. Estaban previstas en septiembre pero se adelantaron debido a las discrepancias en el tripartito en el gobierno. Por primera vez socialdemócratas, verdes y liberales se aliaron tras las elecciones de otoño de 2021 con las que terminó la era Merkel. Los liberales provocaron la ruptura y finalmente hubo un acuerdo para adelantar seis meses la convocatoria a las urnas.

Los sondeos prevén que la Unión (CDU y CSU), encabezada por Friedrich Merz, sea la formación más votada con un 30% de los votos. En segundo lugar se quedará la Alternativa para Alemania (AfD) con un 20%, seguida de los socialdemócratas con un 16%, y los Verdes con un 14%, según los últimos sondeos. Está por ver si entran los liberales (FDP), die Linke y la Alianza Sahra Wagenknecht.

"Friedrich Merz podría ser un buen canciller, desde luego mejor que Scholz, pero no se trata de quién sea el canciller porque el problema es que en cuanto al modelo económico todos están de acuerdo y no ven que haya que cambiarlo radicalmente. Con el SPD liderado por Pistorius podría tener más margen porque sería un SPD más en el centro, aunque sus programas sociales implican un gasto elevado", señala. Con los Verdes ve más difícil el acuerdo.

Nos explica Münchau cómo la formación de coaliciones dependerá de si estos pequeños partidos entran o no. Si no están en el nuevo Bundestag, la CDU/CSU podría tener mayoría con socialdemócratas o verdes, pero si entran incluso podría precisar pactar con los dos.

En Alemania el gobierno de coalición es la norma porque el sistema electoral hace imposible prácticamente que un partido obtenga la mayoría absoluta. Pero la ultraderechista AfD está excluida de cualquier pacto de momento, lo que hace más difícil buscar coaliciones alternativas.

El auge de AfD

De hecho, recientemente el mero hecho de con sus votos una moción parlamentaria de la CDU se aprobara hizo que la ex canciller rompiera su mutismo para recordar que hay que mantenerles fuera de cualquier aliaza. Es el llamado cordón sanitario o Brandmauer, que abiertamente ha criticado JD Vance en su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich, un paso criticado por el canciller Olaf Scholz y su ministro de Defensa, Boris Pistorius.

"En Alemania se descarta el pacto con la extrema derecha y con la extrema izquierda. Todo el mundo quiere estar en el centro. No hay prácticamente discordancias sobre políticas fundamentales. Por ejemplo, todos estaban de acuerdo en comprar energía barata a Rusia. Y luego votes a quien votes al final no pueden aplicar su política realmente. En realidad no puedes elegir. Si te inclinas por la CDU, aunque ganen, van a tener que pactar con el SPD así que tampoco podrán aplicarla totalmente. El consenso solo funciona para tiempos de gran crisis", apunta Münchau, que ve "más sano" que la izquierda pueda buscar socios entre partidos afines, igual que la derecha, como ocurre en España.

A su juicio, es uno de los factores por los que Alternativa para Alemania va aumentando su apoyo. "Van a conseguir buenos resultados en estas elecciones, o tanto como para formar gobierno o participar, pero en las próximas elecciones pueden llegar al 30%. Incluso así todos los demás partidos podrían aliarse parar formar gobierno, pero no me parece sano. Sería mejor que la CDU pudiera pactar con AfD y el SPD con Die Linke o los Verdes, pero es cierto que para eso la AfD debería cambiar", señala el periodista.

Münchau reconoce que Alternativa para Alemania es extrema derecha dura. "Alberga entre sus dirigentes a neonazis. Les sirve para ganar votos pero con ellos dentro no hay opción de que puedan llegar al poder. Necesitan moderarse. En el Parlamento Europeo estos partidos se integran en tres partidos y representan las diferentes tendencias. AfD está en el extremo. Quieren salir de la UE. No son lo mismo que Agrupación Nacional de Marine Le Pen. De hecho, el nacionalismo francés es contrario al alemán", añade el autor de Kaput.

"Si Alemania continúa en declive, no descarto que alcancen el 30% en 2029. De momento lo que hacemos es posponer la agonía en la industria del automóvil en lugar de buscar cómo generar crecimiento de otra forma, cómo dar el salto a la digitalización, y cómo ayudar a las pequeñas empresas de forma eficaz", dice Münchau.

Sostiene que la CDU podría aplicar su programa económico mucho mejor si pudiera aliarse con AfD porque los ultraderechistas no tienen propuestas. "En ese sentido, serían unos buenos socios, ya que les dejarían hacer lo que quieren hacer mucho más que los socialdemócratas", señala. Sin embargo, indica que AfD es muy reaccionaria en política exterior, por ejemplo, no ven problema en negociar con Putin y dejar de lado a los ucranianos. Critican que se les siga prestando ayuda, aunque presentan sus planteamientos, y en eso coinciden con la Alianza de Sahra Wagenknecht, como una apuesta por "la paz". Es la paz de Putin, es decir, la paz del agresor.

Solución europea

Los recientes acontecimientos en relación a Ucrania demuestran, a juicio de Münchau, que la UE debería haber empezado hace tiempo a independizarse de Estados Unidos y a reforzarse como unión. "Los miembros europeos de la OTAN tendrían que moverse hacia una defensa conjunta, pero en la UE no hay un liderazgo y falta una estrategia clara", indica.

Por un lado, cree que "la solución para Alemania es europa". Sin embargo, es pesimista sobre todo después de la crisis del euro, que sostiene que debería haber conducido a que se acelerara la creación de eurobonos, y que hubiera unión fiscal y de mercados de capital. "La UE se ha convertido en una máquina regulatoria y es muy intrusiva. Ahora vienen unos años con Trump en los que estaremos sometidos a mucha presión por los aranceles, que es algo que obsesiona al presidente de EEUU, y por lo que hemos visto en Ucrania. Es hora de que la UE reformule sus intereses y no lo haga en función de EEUU".