Los conservadores alemanes de la Unión, liderados por Friedrich Merz, recurrirán a la alianza con los socialdemócratas para formar una menguada Gran Coalición de forma exprés. "El mundo no nos espera", dijo Merz. Así es. Y Alemania tampoco. La Unión (CDU y CSU) ganó las elecciones pero se quedó en el 28,5%, y el SPD logró su peor resultado histórico con un 16,4%. Por primera vez la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) será la fuerza más importante de la oposición. Ha llegado al 20,8% y tendrá 152 diputados de un total de 630. En los cinco Länder del Este han quedado en cabeza.
La candidata a la Cancillería, Alice Weidel, sentenció: "Haremos cumplir la voluntad del pueblo". Weidel se ofreció para formar gobierno, pero Friedrich Merz ha reiterado por activa y por pasiva que no va a pactar. Merz se desmarca así de las consignas procedentes del trumpismo.
Tanto el vicepresidente JD Vance como el gurú de Donald Trump, Elon Musk, habían abogado por acabar con el cordón sanitario o Brandmauer de forma injerencista. Merz reconoció que sabe que hay una nueva realidad y que no se podrá contar con EEUU como antes.
"Mi prioridad absoluta será fortalecer Europa lo antes posible para que, paso a paso, podamos lograr realmente la independencia de Estados Unidos", declaró Merz en la Elefanten Runde, la mesa redonda en la que se reúnen en la televisión pública los principales candidatos". Nunca pensé que tendría que decir algo así pero después de las declaraciones de Donald Trump la semana pasada está claro que los estadounidenses, al menos esta administración, son en gran medida indiferentes al destino de Europa".
Añadió que tenía curiosidad sobre qué pasará con la OTAN en la próxima cumbre de junio. "Veremos si seguiremos hablando de la OTAN en su forma actual o si tendremos que establecer una capacidad de defensa europea independiente mucho más rápidamente".
Liberales y Sahra Wagenknecht fuera
La lectura final de los resultados se pospuso hasta confirmar que tanto los Liberales (FDP) como la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) se quedaban por debajo del 5%, es decir, fuera del Bundestag. BSW por apenas tres décimas. Su entrada habría hecho necesario que los Verdes se sumaran a la Gran Coalición y habría complicado la formación de gobierno. El líder del FDP, Christian Lindner, dimitió por llevar a su partido desde el gobierno a ser extraparlamentario.
Al quedarse fuera la Unión y el SPD suman 328 escaños, así que podrían elegir al nuevo canciller. Será de nuevo una Gran Coalición. El 21º Bundestag contará con 630 escaños, 103 menos que el anterior. Merz dijo que su objetivo es que haya gobierno en Semana Santa, es decir, antes de que acabe el mes de abril.
Negociaciones sin Scholz
"Con el SPD las negociaciones no serán difíciles. Será un nuevo equipo. Merz tampoco es omnipotente, gana pero no arrasa. Ha de aceptar compromisos. Es consciente de que hay una crisis profunda y que se requiere un gobierno cuanto antes a nivel internacional", explica el alemán Mario Kölling, profesor de Ciencia Política en la UNED.
No será Olaf Scholz quien lidere las conversaciones de la Gran Coalición. El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, se perfila como vicecanciller. Scholz ya señaló en la noche electoral que su línea roja es que la política sobre migración no puede violar el derecho comunitario. Es más probable que levanten el freno de la deuda, aunque eso requiere una reforma de la Constitución. Sobre Ucrania, Merz va a presionar al SPD para que sean más decididos.
Merz, en plena campaña electoral, llevó al Bundestag una moción no vinculante que suponía el fin de Schengen al dar luz verde al restablecimiento de los controles fronterizos de forma permanente, y permitir las devoluciones en caliente. AfD aprobó el texto, lo que llevó a la ex canciller Merkel a llamar la atención a su propio partido.
La fórmula excepcional se convierte casi en una norma, especialmente durante los 16 años de Angela Merkel, quien gobernó con los socialdemócratas en todos sus mandatos menos en el segundo cuando sus socios fueron los liberales. Es una salida para tiempos de crisis, y Alemania aborda una policrisis, pero alimenta la alternativa, es decir, a Alternativa para Alemania, que sigue estando proscrita para formar gobiernos. Si continúa creciendo, en las próximas elecciones será imposible que se constituyan coaliciones mayoritarias.
Los extremos en auge
La Alemania en declive de 2025 es un país cada vez más polarizado en el que los partidos tradicionales van a menos y los que se sitúan en los extremos, a la izquierda (Die Linke y Alternativa Sahra Wagenknecht, BSW) y a la derecha (Alternativa para Alemania) suman cada vez más votos. Entre los tres partidos han subido un 18%, aunque finalmente BSW se queda a las puertas del Bundestag. La ultraderechista AfD ha duplicado sus resultados de 2021 y se impone en el Este.
El auge de los extremos hace cada vez más difícil que el gobierno sea estable. Como los extremos quedan fuera, las mayorías son más difíciles de formar y son más exiguas. Los partidos excluidos de las coaliciones de gobierno suman más del 34% de votos, mientras que Unión (28,5%) y SPD (16,5%) apenas llegan al 45%.
Al no entrar BSW, es posible la Gran Coalición. Con ellos dentro, habría sido necesario un tripartito con los Verdes. La formación de gobierno habría sido más costosa y su supervivencia más difícil.
"La Unión ha quedado por debajo de las expectativas. No son los grandes ganadores. Deberían ser los beneficiados de la ruptura del semáforo. Es otro indicio de que el electorado se ha polarizado. Alterativa para Alemania, de forma espectacular. Die Linke ha crecido y BSW también aunque puede quedarse fuera del Parlamento", indica Mario Kölling.
Fracaso del 'semáforo': adiós a Lindner
Los tres partidos que formaban la coalición semáforo (por los colores que los identifican) han recibido un castigo de los votantes en las urnas. El SPD llega a su peor resultado desde finales del siglo XIX. Los Verdes bajan al 11,6% así que son los menos damnificados gracias a la buena imagen de sus dos ministros estrella, Annalena Baerbock, en Exteriores, y Robert Habeck, en Economía.
Los liberales (FDP) han perdido tantos apoyos que se han quedado fuera del Bundestag con el 4.3%. El líder del FDP, Christian Lindner, ha asumido la responsabilidad de esta derrota y ha anunciado su retirada. En su cuenta de X, Lindner ha reproducido lo que ha dicho en la Elefanten Runde: "Las elecciones en Alemania se saldan con una derrota del FDP, pero confío en que sea un nuevo comienzo para Alemania. Por ello he luchado. Ahora me retiro de la política activa con el agradecimiento por estos 25 años..."
Liberales, socialdemócratas, CDU y CSU representan ese centro que tan bien supo ocupar Angela Merkel. El propio Scholz, que había sido su vicecanciller en su última Gran Coalición, trasladó ese mensaje de continuidad en la campaña de 2021 y gracias a eso protagonizó un sprint en las últimas semanas que le llevó a ganar de forma ajustada. Los Verdes alemanes son difíciles de clasificar en el eje izquierda/derecha, pero no son en ningún caso extremistas.
Récord histórico de la ultraderecha
El ganador de la jornada ha sido Alternativa para Alemania. Están creciendo de forma exponencial desde 2017 cuando entraron en el Bundestag por primera vez. Entonces lograron el 12,6% de los votos. Bajaron ligeramente en 2021, cuando se quedaron en el 10,7%, y ahora han doblado hasta el 20,5% y 150 escaños. Por primera vez son la fuerza más numerosa de la oposición en Parlamento federal. Superan a todos los partidos que formaban la coalición en el gobierno hasta ahora.
Los conservadores alemanes dejan fuera del poder a AfD, tanto ayuntamientos, gobiernos de los Länder y a nivel federal. Su ambigua relación con el pasado nazi, el hecho de que alberguen a políticos que frivolizan el Holocausto, hace que de momento queden apartados del poder.
Sin embargo, cada vez más alemanes respaldan sus tesis. Y otros partidos están adoptando su agenda. Han sabido apropiarse del discurso anti inmigración y las propuestas de la Unión son similares a las de AfD. "Vamos a pillarles", dijo Weidel, en relación a cómo piensan seguir ganando partidarios. De momento, como cada vez son más, hacen cada vez más difícil mayorías alternativas.
La sorpresa roja
La novedad inesperada en estas elecciones ha sido el crecimiento de Die Linke, el partido heredero de los comunistas de la antigua República Democrática Alemana, que sufrió una escisión por la salida de Sahra Wagenknecht, a la cabeza de su propia alianza, BSW. Die Linke y BSW coinciden en su política antimilitarista, que en el caso de Ucrania se traduce en ese pseudopacifismo que claramente beneficia al agresor, Rusia. Pero se diferencian sobre la política migratoria.
Die Linke, que ha llegado al 8,7% y 64 escaños, es la fuerza que más han apoyado los jóvenes. Uno de cada cuatro ha dado su voto a este partido, que ya había visto cómo se incrementaban sus militantes en las últimas semanas. Curiosamente, en las elecciones de 2021 fue AfD el partido con más éxito entre los jóvenes.
Su éxito se debe a que han capitalizado la reacción contra el discurso anti inmigratorio de la mayoría de los otros partidos, salvo los Verdes. "El resultado de Die Linke es una de las grandes sorpresas. Son los que se han postulado en contra de endurecer la política migratoria. La buena notica es que ha aumentado mucho la participación, pero en lugar de fortalecerse el centro, han sido los extremos los más beneficiados".
Los retos de Merz
Merz ha logrado el sueño que creía inalcanzable cuando fue desplazado por Merkel hace dos décadas. Será canciller de la República Federal, pero en un momento extraordinariamente delicado. Ha reconocido que Europa está sola y que ya no se puede contar con EEUU, el gran socio de la República Federal desde 1949. Es un cambio de paradigma.
Además, no tiene carta blanca. Su primer reto será formar gobierno. En el Parlamento federal tendrá que enfrentarse a una oposición de ultraderecha muy fuerte, y a los diputados de izquierda que lucharán por políticas sociales y contra sus medidas migratorias.
Merz sabe que se juega mucho. Ha de resetear el modelo productivo para que Alemania vuelva a crecer en un mundo que se ha vuelto del revés. El declive económico es una de las razones que explican el crecimiento de la ultraderecha.
Ahora todavía hay mayorías alternativas que permiten que se queden fuera del gobierno, pero si su plan resulta fallido y los alemanas siguen sintiéndose inseguros y temerosos del futuro buscarán respuestas en la ultraderecha. Cada vez son menos los que miran a su pasado y se piensan dos veces antes de votarles.
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1 Comentarios
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hace 2 horas
Con la entrada de Trump en la casa blanca y la limpieza de la USAID da la sensación de que el globalismo y la agenda 2030 se va desmoronando, si esa agenda que pone por encima de las personas de la UE a las empresas, la inmigración masiva musulmana, las LGTB, etc.
Una gran coalición psudo derecha socialdemócrata ya pasó en Alemania con Ángela Merkel, no es nuevo.
Eso sí será la muestra el camino de lo que pasará en las próximas elecciones nuestras la gran coalición PPSOE.
La sorpresa la dará VOX lo mismo que en Alemania la ha dado AFD