Del Mitte (centro) de Angela Merkel a los extremos. La Alemania en declive de 2025 es un país cada vez más polarizado en el que los partidos tradicionales van a menos y los que se sitúan en los extremos, a la izquierda (Die Linke y Alternativa Sahra Wagenknecht, BSW) y a la derecha (Alternativa para Alemania) suman cada vez más votos. Entre los tres partidos han subido un 18%. La ultraderechista AfD ha logrado un resultado histórico al superar el 20,7% (151 escaños), el doble de lo logrado en 2021.
El auge de los extremos hace cada vez más difícil que el gobierno sea estable. Como los extremos quedan fuera, las mayorías son más difíciles de formar y son más exiguas. Los partidos excluidos de las coaliciones de gobierno suman más del 34% de votos, mientras que Unión (28,5%) y SPD (16,5%) apenas llegan al 45%.
La Unión (CDU y CSU) ha sido la fuerza más votada en las elecciones de este domingo en Alemania, pero se ha quedado por debajo de sus propias expectativas. El objetivo era superar el 30% y, según las últimas proyecciones, ronda el 28,5%. Sin embargo, su candidato a la Cancillería, Friedrich Merz, es quien podrá buscar socios de coalición. Lo más probable, sobre todo si se confirma que no entran los liberales ni BSW, al no superar el 5%, es que intente pactar con los socialdemócratas. BSW tiene más opciones de contar con representación parlamentaria.
Mini Gran Coalición o tripartito
No será Olaf Scholz, el actual canciller, quien esté a cargo de las conversaciones, según ha anunciado. Los socialdemócratas se han hundido como nunca antes en unas legislativas. El SPD se queda en el 16,5%, es decir, pierden casi diez puntos con respecto a 2021. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, ha calificado el resultado como "devastador". Es posible que sea Pistorius la figura clave en el próximo gobierno.
Sería una mini Gran Coalición, ya que apenas llegan juntos al 45%. Su mayoría suma 32 diputados, 13 más de la mayoría. Merz quiere esperar las conversaciones cuanto antes. "El mundo no nos espera", ha comentado en la celebración en la Konrad Adenauer Stiftung. Poco después, ha sido más concreto: su intención es que haya gobierno para Semana Santa, a finales de abril.
"La Unión ha quedado por debajo de las expectativas. No son los grandes ganadores. Deberían ser los beneficiados de la ruptura del semáforo. Es otro indicio de que el electorado se ha polarizado. Alterativa para Alemania, de forma espectacular. Die Linke ha crecido y BSW también aunque puede quedarse fuera del Parlamento", explica Mario Kölling, profesor de Ciencia Política en la UNED.
Fracaso del semáforo: adiós a Lindner
Los tres partidos que formaban la coalición semáforo (por los colores que los identifican) han recibido un castigo de los votantes en las urnas. El SPD llega a su peor resultado desde finales del siglo XIX. Los Verdes bordean el 12% así que son los menos damnificados gracias a la buena imagen de sus dos ministros estrella, Annalena Baerbock, en Exteriores, y Robert Habeck, en Economía.
Los liberales (FDP) han perdido tantos apoyos que todo apunta a qu se queden fuera del Bundestag con el 4.4%. El líder del FDP, Christian Lindner, ha asumido la responsabilidad de esta derrota y ha anunciado su retirada. En su cuenta de X, Lindner ha reproducido lo que ha dicho en la Elefanten Runde: "Las elecciones en Alemania se saldan con una derrota del FDP, pero confío en que sea un nuevo comienzo para Alemania. Por ello he luchado. Ahora me retiro de la política activa con el agradecimiento por estos 25 años..."
Liberales, socialdemócratas, CDU y CSU representan ese centro que tan bien supo ocupar y representar Angela Merkel. El propio Scholz, que había sido su vicecanciller en su última Gran Coalición, trasladó ese mensaje de continuidad en la campaña de 2021 y gracias a eso protagonizó un sprint en las últimas semanas que le llevó a ganar de forma ajustada. Los Verdes alemanes son difíciles de clasificar en el eje izquierda/derecha, pero no son en ningún caso extremistas.
Récord histórico de la ultraderecha
El ganador de la jornada ha sido Alternativa para Alemania. Están creciendo de forma exponencial desde 2017 cuando entraron en el Bundestag por primera vez. Entonces lograron el 12,6% de los votos. Bajaron ligeramente en 2021, cuando se quedaron en el 10,7%, y ahora han doblado hasta el 20,5% y 150 escaños. Por primera vez son la fuerza más numerosa de la oposición en Parlamento federal. Superan a todos los partidos que formaban la coalición en el gobierno hasta ahora.
La candidata a la Cancillería, Alice Weidel, insistió a Friedrich Merz que ellos estaban dispuestos a negociar la formación de gobierno. El candidato conservador ha negado por activa y por pasiva en la campaña que tenga intención de acabar con el Brandmauer (cortafuegos) o cordón sanitario que respetan todos los partidos en Alemania. Por hacerlo, el vicepresidente de EEUU, JD Vance, echó la bronca a las formaciones alemanas. El hombre más rico del mundo, Elon Musk, les ha apoyado en su red social X.
Dejan fuera del poder a AfD, tanto ayuntamientos, gobiernos de los Länder y a nivel federal. Su ambigua relación con el pasado nazi, el hecho de que alberguen a políticos que frivolizan el Holocausto, hace que de momento queden apartados del poder.
Sin embargo, cada vez más alemanes respaldan sus tesis. Y otros partidos están adoptando su agenda. Han sabido apropiarse del discurso anti inmigración y las propuestas de la Unión son similares a las de AfD. "Vamos a pillarles", dijo Weidel, en relación a cómo piensan seguir ganando partidarios. De momento, como cada vez son más, hacen cada vez más difícil mayorías alternativas.
La sorpresa roja
La novedad inesperada en estas elecciones ha sido el crecimiento de Die Linke, el partido heredero de los comunistas de la antigua República Democrática Alemana, que sufrió una escisión por la salida de Sahra Wagenknecht, a la cabeza de su propia alianza, BSW. Die Linke y BSW coinciden en su política antimilitarista, que en el caso de Ucrania se traduce en ese pseudopacifismo que claramente beneficia al agresor, Rusia. Pero se diferencian sobre la política migratoria.
Die Linke, que ha llegado al 8,7% y 64 scaños, es la fuerza que más han apoyado los jóvenes. Uno de cada cuatro ha dado su voto a este partido, que ya había visto cómo se incrementaban sus militantes en las últimas semanas. Curiosamente, en las elecciones de 2021 fue AfD el partido con más éxito entre los jóvenes.
Su éxito se debe en que han capitalizado la reacción contra el discurso anti migratorio de la mayoría de los otros partidos, salvo los Verdes. "El resultado de Die Linke es una de las grandes sorpresas. Son los que se han postulado en contra de endurecer la política migratoria. La buena notica es que ha aumentado mucho la participación, pero en lugar de fortalecerse el centro, han sido los extremos los más beneficiados".
Más díficil una coalición 'Kenia'
Merz ha logrado el sueño que creía inalcanzable cuando fue desplazado por Merkel hace dos décadas. Será canciller de la República Federal, pero en un momento extraordinariamente delicado. Además, no tiene carta blanca. Su primer reto será formar gobierno.
Si se trata de pactar con los socialdemócratas, es posible que logre que no se demoren las conversaciones. Como tampoco ha arrasado sabe que ha de buscar compromisos. En el caso de que tenga que recurrir también a los Verdes, la denominada coalicion Kenia (por los colores de la bandera y los de los partidos), lo tendrá más complicado. De partida, Markus Söder, líder de la CSU, dijo en campaña que no quería nada con los ecopacifistas. No le costará desdecirse, pero es cierto que sus programas económicos son muy divergentes.
En el Parlamento federal tendrá que enfrentarse a una oposición de ultraderecha muy fuerte, y a los diputados de izquierda que lucharán por políticas sociales y contra sus medidas migratorias.
Merz sabe que se juega mucho. Ha de resetear el modelo productivo para que Alemania vuelva a crecer en un mundo que se ha vuelto del revés. El declive económico es una de las razones que explican el crecimiento de la ultraderecha. Ahora todavía hay mayorías alternativas que permiten que se queden fuera del gobierno, pero si su plan resulta fallido y los alemanas siguen sintiéndose inseguros y temerosos del futuro buscarán respuestas en la ultraderecha. Cada vez son menos los que miran a su pasado y se piensan dos veces antes de votarles.
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