Dicho y hecho. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el lunes que paralizaba la ayuda a Ucrania y horas después el primer ministro polaco, Donald Tusk, confirmaba que no tenía motivos para dudar de que se limitaban a meras declaraciones. En Polonia, concretamente en la ciudad de Rzeszow, se encuentra el gran centro logístico de abastecimiento de armas y ayuda humanitaria de los aliados a Ucrania.

Tusk dijo el martes que "nuestras informaciones procedentes de la frontera, así como de nuestro centro logístico, corroboran que EEUU ha interrumpido sus envíos". Y ha añadido: "La situación es seria". El Ministerio polaco de Exteriores indicó que EEUU había procedido "sin informar ni consultar" a sus aliados en la OTAN.

La repentina decisión de Trump sucede después del encontronazo en la Casa Blanca entre el presidente de EEUU, su segundo, JD Vance y el ucraniano, Volodimir Zelenski. Trump y Vance le reprocharon que no hubiera dado las gracias a su Administración, e incluso el presidente de EEUU llegó a acusarle de no querer la paz e incluso de actuar irresponsablemente y arriesgarse a provocar la Tercera Guerra Mundial.

La ayuda de EEUU comparada con la europea

Trump ha interrumpido la ayuda ya aprobada por la Administración de Joe Biden, mientras sigue aprobando asistencia a Israel. Tanto los aliados como Ucrania destacan que el apoyo de EEUU ha sido clave, no por el monto de la ayuda, sino de sistemas antiaéreos como los Patriot difícilmente sustituibles por sistemas europeos: misiles intercontinentales; y el sistema de comunicaciones Starlink, propiedad de Elon Musk. Sin embargo, es Polonia quien tiene la propiedad del servicio de Starlink del que se sirve Ucrania.

"Los funcionarios de defensa ucranianos estiman que alrededor del 20% del material militar que se utiliza en la guerra procede de Estados Unidos (más aproximadamente el 55% de Ucrania y el 25% de Europa), aunque se reconoce que ese 20% se encuentra entre los más capaces -y los más difíciles de reemplazar por Europa o cualquier otro lugar", según informa The Guardian. Aún así, hasta ahora Rusia avanza muy lentamente y a un coste enorme: unas mil víctimas al día.

Hasta ahora, Estados Unidos ha donado 31.800 millones de dólares en armas y municiones y ha proporcionado a Kiev financiación por otros 30.000 millones para comprar armamento de fabricación estadounidense. La ayuda militar europea se ha situado en un nivel monetario casi idéntico, de 62.000 millones de euros, según la Universidad de Kiel en Alemania, así que habría que duplicar la ayuda. Los 300.000 millones de dólares de activos congelados de los bancos centrales rusos podrían ser un recurso, aunque hay países que se oponen hasta ahora a adoptar esta medida.

En el total de la ayuda aportada a Ucrania, en términos de porcentaje del PIB el país que figura en cabeza en Europa es Dinamarca, seguido de los Países Bálticos y Finlandia. En el vagón de cola están Italia Y España. Noruega se está planteando utilizar parte de la riqueza de su fondo soberano para ayudar a Ucrania.

Eurpa se activa y se rearma

El domingo una decena de líderes europeos, junto con el primer ministro canadiense y el ministro turco de Exteriores, se reunieron en Londres y cerraron filas con Zelenski. El premier británico, Keir Starmer, anunció la creación de una "coalición de voluntarios", de la que formarían parte Reino Unido y Francia, más otros países, que garantizarían la seguridad de Ucrania cuando se firmara la paz. Canadá y Turquía se ha mostrado dispuestos.

Pero británicos y franceses insisten en que sería necesario el apoyo de EEUU, a lo que Trump no parece dispuesto. Con el fin de limar asperezas, Zelenski ha lamentado este martes lo sucedido en la Casa Blanca, ha agradecido la ayuda militar de EEUU y se ha declarado dispuesto a firmar el acuerdo sobre minerales, siempre con garantías de seguridad.

A su vez, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, anticipó que había llegado la hora de que Europa se rearme. Este martes Von der Leyen ha anunciado un plan para movilizar unos 800.000 millones de euros para este fin. Este jueves los Veintisiete abordarán cómo llevar a cabo este proyecto. Lo fundamental sería que se descongelaran los activos rusos y se dedicaran a ayudar a Ucrania y a su vez se emita deuda conjunta.

Plan creíble y sin EEUU

Será el primer desafío que han de afrontar los europeos: presentar un plan creíble para Ucrania. La "coalición de voluntarios" es una idea que apoyan británicos y franceses para garantizar la seguridad del país invadido por Rusia hace más de tres años. Pero hay pocos países que se hayan sumado y Starmer ya dijo que no se imaginaba cómo implementarlo sin EEUU.

Ahí se comprende que Zelenski haya tendido la mano a Trump. Es la última oportunidad para ver si realmente EEUU va a secundar a los europeos a la hora de garantizar la seguridad de Ucrania. Rusia va a rechazarlo, sea como sea. Su objetivo no es territorial: quiere que Ucrania no esté ni en la OTAN ni en la UE, sino sometida al Kremlin, como Bielorrusia.

Lo más probable es que Europa haya de apoyar a Ucrania sin contar con EEUU. Ucrania ya vio cómo la ayuda se interrumpía durante seis meses por orden de Trump a sus acólitos en el Congreso. Ucrania se ha convertido en líder en la producción de drones, lo que le ha permitido frenar el avance ruso y causar numerosas bajas. Fuentes del Gobierno polaco aseguran que Ucrania podría aguantar al menos hasta fin de año. Los soldados y sus mandos en Ucrania siguen dispuestos a luchar y no aceptar una capitulación, según testimonios de periodistas que han estado en el frente en los últimos días.

Alemania en vanguardia

A marchas forzadas, Europa ha de aumentar su gasto en defensa y producir más armamento y municiones. Alemania está dando ejemplo. Antes de formarse el nuevo gobierno y de que empiecen las conversaciones entre los conservadores del que será próximo canciller, Friedrich Merz, y los socialdemócratas, ya hay un acuerdo que haya una disposición por la que se exima el gasto en defensa por encima del 1% de las normas del freno de la deuda, lo que permite que aumente su gasto en Fuerzas Armadas de forma ilimitada.

"Quiero decir con toda claridad que, ante las amenazas a la libertad y la paz en nuestro continente, nuestra defensa debe aplicar ahora [la postura de] 'cueste lo que cueste'», declaró Merz, junto a los líderes de los partidos SPD y Unión Socialcristiana de Baviera, en una rueda de prensa celebrada el martes en Berlín. Será el Parlamento saliente, que sigue en activo hasta el 25 de marzo, el que votará esta medida, ya que se requiere mayoría de dos tercios, que lograrían con el apoyo de los Verdes. En el Parlamento resultante de las elecciones del 23 de febrero sería más difícil sumar los dos tercios porque los extremos, Alternativa para Alemania y Die Linke, se opondrían.

El paso dado por Alemania es un ejemplo de cómo se puede dar un giro de 180 grados a la política llevada a cabo en las últimas décadas con voluntad política. La Comisión Europea va a buscar fórmulas para favorecer que aumente el presupuesto en defensa, como evitar que cuente para el déficit, pero países como España o Italia han de dar un salto gigantesco. Lo mínimo es que se dedique el 3% del PIB a defensa. España apenas llega al 1,3%.

Si los Veintisiete dan ese paso, sería realmente un cambio de paradigma. Recordemos que Rusia tiene un PIB similar al de Italia. Tiene los pies de barro, aunque es un país volcado en la guerra. Si Europa supera estos desafíos, Trump habrá hecho tanto por forjar la identidad europa como Putin por apuntarla la identidad ucraniana.