"Desde la localidad de Narva, en Estonia, han reportado la incursión de decenas de soldados rusos a bordo de carros de combate que habrían cruzado la frontera a primera hora del día. Narva es la tercera ciudad de Estonia y se ubica en su extremo oriental, junto al río del mismo nombre, limítrofe con Rusia. Han colocado banderas en el ayuntamiento y han llamado a los ciudadanos a entregar todas las armas que posean". Este relato es todavía una distopía pero no sabemos durante cuánto tiempo. Los europeos, tras comprobar que Donald Trump les ha dejado de lado con el fin de entablar relaciones con el Kremlin, son más conscientes que nunca antes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial de que la amenaza rusa les concierne. ¿Estamos preparados los europeos para defendernos?

Desde que el presidente Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca, en Europa se han confirmado los peores escenarios. Ya no se trata de que amenace día sí y día también con una guerra comercial, sino que ha trasformado a Rusia, enemigo declarado así en la última cumbre de la OTAN por los aliados, en su aliado. Y lo hace a costa de Ucrania, el país agredido por Rusia en una guerra total que lleva más de tres años en curso, y de sus aliados europeos. El discurso de Trump y el de Putin son cada vez más parecidos: es el discurso de la fuerza frente al discurso de la razón.

Los europeos ya sabían que a Donald Trump la OTAN no le volvía loco. En su primer mandato reprochó a los europeos que la mayoría no hubiese llegado al 2% del PIB en defensa, como se había acordado en 2014, cuando estaba Barack Obama en la Casa Blanca. Pero ahora amenaza con no dar protección a los que paguen menos, pero de hecho lo peor es que está jugado con la razón de ser de la Alianza Atlántica, la protección mutua. ¿Alguien cree que Trump intervendría contra Putin si realmente atacara a los Países Bálticos? Ya solo dudarlo pone en cuestión a la OTAN. Como dice Fran Dacoba, general de brigada retirado, "en 75 años de historia de la Alianza a nadie se le habría ocurrido que el artículo 5 no implique a EEUU, una vez que el líder de la Alianza se da abrazos con el líder de la gran amenaza".

"Estamos en una nueva era", afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, al presentar el nuevo plan de rearme, con el que se busca movilizar unos 800.000 millones de euros. "Europa ha de convertirse en un puercoespín", dijo gráficamente. Es un primer paso, pero aún faltaría que los Veintisiete aprueben la mutualización de la deuda y descongelaran los 200.000 millones de euros de activos rusos congelados en bancos en Bélgica.

Hay países de dentro y fuera de la UE donde está claro que sus dirigentes han tomado conciencia de que "estamos en otra pantalla", en palabras de una fuente comunitaria. El presidente francés, Emmanuel Macron, fue muy claro en su mensaje a los franceses el pasado miércoles. "La amenaza rusa nos afecta a los franceses, a todos en Europa", dijo Macron. Y añadió que ya no se podía contar con los EEUU de Trump de forma incondicional como en legislaturas pasadas.

Aún así, Macron y el premier británico, en vanguardia a la espera de que el alemán Friedrich Merz asuma como canciller en Alemania, abogan por no tirar la toalla con Trump. Sobre todo, porque a Europa le falta tiempo para contar con una defensa fiable y necesita la ayuda de EEUU durante la transición. El alemán Merz fue contundente al ganar las elecciones: "Europa debe independizarse de EEUU". Merz está dispuesto a que Alemania asuma riesgos y vuelva a la escena europea en primer plano.

Carrera contrarreloj

En Polonia llevan muchos años preparándose y avisando a los otros europeos para que lo hagan. Por razones históricas conocen muy bien cómo actúa el Kremlin. Muchos líderes europeos ahora se arrepienten de no haber aplicado la doctrina polaca. Polonia dedica el 4,7% del PIB a defensa y su Ejército es uno de los mejor armados y preparados. Aún así, el primer ministro, Donald Tusk, ha anunciado que los varones mayores de edad van a recibir entrenamiento militar, y no descarta que para contar con las mejores capacidades se haga con el arma nuclear.

"La guerra, la incertidumbre geopolítica y la nueva carrera de armamentos, la empezó Putin que no ha dejado elección a Europa. Europa ha de estar preparada para esta carrera y Rusia la perderá como lo hizo la Unión Soviética hace 40 años. Desde hoy, Europa se armará mejor y más rápido que Rusia", ha escrito Tusk en X.

Tras lo que estamos viendo en Ucrania, y una vez comprobado que Rusia busca reconfigurar al arquitectura de seguridad en Europa, la posibilidad de que si capitula Ucrania después atacará otro país europeo es cada vez más real. Según Guntram Wolff, uno de los autores de un informe reciente del think tank Bruegel y el Instituto Kiel, "Rusia podría tener la fuerza militar necesaria para atacar a los Estados de la UE en los próximos tres a diez años. Debemos calificarlo de peligro real. Esta es otra razón por la que a Europa le interesa evitar una victoria rusa en Ucrania, que podría alimentar aún más la agresión de Rusia".

El almirante Juan Rodríguez Garat coincide con la visión del investigador. "La mejor defensa para los europeos ahora es apoyar a Ucrania. Y para ello se precisa dinero, y los europeos pueden disponer de ello, y a la vez aumentar el presupuesto de defensa para ganar en fuerza y poder estar en las mesas de negociación. En el tiempo que dure esta guerra necesitamos poner a Europa en condiciones de defenderse. Es una labor que require un esfuerzo pedagógico: hemos de estar convencidos de que hemos de defendernos juntos. No solo es cuestión de armas, sino también de voluntad".

Un gigante con pies de barro

Compara a Europa con un gigante con los pies de barro. "Tenemos los almacenes vacíos porque ya dimos a Ucrania lo que teníamos. Hay que fabricar y comprar munición. Nuestro cuerpo es deforme y carecemos de suficientes brigadas. Y, sobre todo, nos falta lo más caro: sistemas de inteligencia avanzados, y sistemas de defensa aérea, aunque seis de los siete Patriot que tiene Ucrania fueron entregados por países europeos", señala Garat. "Otro problema es la cabeza: necesitaríamos estructura militar y política. Al no ser un Estado, nos falta ese liderazgo político".

Sin embargo, el almirante afirma que Rusia "es todo barro". La prueba sería que lleva tres años de guerra con un enemigo mucho más débil y no ha logrado sus objetivos. Ahora está estancada en una guerra de desgaste. "Lo que hace poderosa a Rusia es el arma nuclear, sobre todo las armas tácticas que puede usar sin que ello desemboque en la destrucción mutua asegurada".

El factor tiempo, como destaca el general de brigada Fran Dacoba, corre en contra de los europeos. "No hicimos los deberes a tiempo. Es el gran problema de Europa", subraya. En tiempos normales, Europa tardaría una década en ponerse al día, según Camille Grand, ex subsecretario General de la OTAN, autor de un informe sobre el problema para el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores el año pasado. Podría acelerarse el proceso pero quizá tres años sea muy poco tiempo.

Para ponernos al día los europeos necesitaríamos dinero, personal, tiempo y cooperación. Habría que plantearse también cómo forjar un Ejército de europeos, más que europeo ya que no hay una nación europea por mucho que Trump pude contribuir a formarla. Y ya se ha puesto sobre la mesa la cuestión nuclear. Francia es el único país de la UE que ahora cuenta con armamento nuclear. También tiene el Reino Unido, que ha vuelto a cobrar protagonismo en este nuevo escenario geopolítico junto a sus aliados europeos. Pero no son armas estratégicas ni el número es comparable al de Rusia o EEUU. Aún así se ha abierto el debate y Alemania ha pedido a Francia que estudien compartir el paraguas nuclear. Polonia quiere mejorar sus capacidades sin descartar el tema nuclear.

Money, money

Es quizá lo menos complejo de resolver, siempre que haya voluntad política en los diferentes Estados. Según la investigación del think tank Bruegel y del Instituto de Economía Mundial de Kiel, si no pudiéramos contar con EEUU, la UE tendría que invertir al menos 250.000 millones de euros anuales en defensa para contrarrestar eficazmente la fuerza militar rusa.

"En términos económicos, es una cantidad manejable en relación con la fortaleza económica de la UE, ya que los costes adicionales sólo ascienden a alrededor del 1,5% del producto interior bruto de la UE. Es mucho menos de lo que hubo que movilizar para superar la crisis durante la pandemia de Covid, por ejemplo", afirma el profesor Guntram Wolff, coautor del análisis y Senior-Fellow del Instituto de Economía Mundial de Kiel.

Los países como España que apenas dedican un 1,3% del PIB al presupuesto de defensa han de hacer un especial esfuerzo para ponerse al día. Habrá incentivos desde Bruselas para conseguirlo, según el plan anunciado por Von der Leyen. El futuro canciller alemán, Friedrich Merz y el actual Olaf Scholz han acordado acabar con el freno de la deuda para aumentar el presupuesto en defensa. El estudio recomienda que se aumente hasta un 3,5% del PIB el presupuesto dedicado a defensa.

Adiós a los ejércitos bonsai

Europa ha ido reduciendo sus Ejércitos, ya que durante años se preparaba para crisis fuera del área de la OTAN. Además, EEUU fue el primer interesado durante años en que la Alianza girara en torno a ellos. "Ucrania demuestra que los ejércitos bonsai no son los adecuados. Los Ejércitos estaban concebidos hasta ahora para intervenciones puntuales. Son unas Fuerzas Armadas profesionales y reducidas. Pero ese formato en el caso de la amenaza actual ya no sirve. En Ucrania hemos visto que se ha tenido que involucrar toda la sociedad. Hay decenas de miles soldados sobre el terreno. Para operaciones fuera de área sirve con tener 70.000 efectivos pero ahora vemos que Rusia moviliza medio millón de soldados", señala el general retirado Fran Dacoba.

 En Europa EEUU tiene desplegados unos 100.000 efectivos. Todo apunta a que en el mejor de los casos Donald Trump retirará una buena parte. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ya dijo en Varsovia, la víspera de la Conferencia de Múnich, que no estaba asegurada la presencia de soldados de EEUU en Europa.

Según el informe de Bruegel y el Instituto de Kiel, "Europa tendría que desplegar unas 50 brigadas adicionales con un total de 300.000 soldados [en caso de ataque en el flanco oriental]. Para ello se necesitarían al menos 1.400 nuevos carros de combate principales y 2.000 vehículos de combate de infantería, lo que superaría las existencias actuales de la totalidad de las fuerzas terrestres alemanas, francesas, italianas y británicas. Además, Europa tendría que producir unos 2.000 aviones no tripulados de largo alcance cada año".

27 Ejércitos

El mayor de los retos sigue siendo la coordinación militar dentro de Europa. Mientras que las fuerzas armadas estadounidenses operan como un cuerpo unificado, los ejércitos europeos están repartidos entre 27 fuerzas armadas nacionales. "Si cada país intenta defenderse solo, le costará más. El autoseguro es más caro que la seguridad colectiva. Por eso son esenciales una coordinación más estrecha y adquisiciones conjuntas", señala Wolff, coautor del análisis.

Es el debate sobre el Ejército europeo que una vez que si la OTAN quedara coja por parte americana tendría sentido volver a recuperar. Sin embargo, en sentido estricto, haría falta que existiera una nación europea, como apunta Dacoba.

"Sí podemos mejorar la cooperación y la interoperabilidad. Y no partimos de cero porque pertenecemos a la OTAN. Habrá que desarrollar la cultura de defensa europea y el sistema de mando y control", añade.

El coronel Manuel Morato apela al realismo, como a su juicio hace Donald Trump. "A Europa le falta la potencia militar. Podrá mejorarse, pero sin unión política es imposible ese poder militar", indica. "Deberíamos estar agradecidos a EEUU porque puede ser un impulso a una mayor unión de la UE y desde el punto de vista de la seguridad. Pero no dejaremos de depender de las grandes potencias". 

De haber sido realista, sin embargo, Ucrania llevaría tres años siendo un satélite de Rusia, como lo es Bielorrusia. Pero la guerra de Putin ha ayudado a forjar la identidad ucraniana. De la misma forma quizá Trump pase a la historia por haber dado el empujón necesario para crear la nación europea.