Tres meses después de la caída de Bashar Asad y en mitad de cuatro días de violencia sectaria que han dejado alrededor de 1.500 muertos en los provincias consideradas bastiones del ex presidente, el actual líder sirio Ahmed al Sharaa ha firmado un acuerdo con las Fuerzas Democráticas Sirias, la coalición de mayoría kurda que controla el noreste de Siria, hasta ahora una región autónoma "de facto", para integrarse en las nuevas instituciones estatales. Para Damasco, se trata de un paso hacia la reunificación territorial del país tras 14 años de guerra civil.

Así lo ha anunciado la presidencia siria tras una histórica reunión entre el presidente sirio Al Sharaa y el líder de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), el general Mazloum Abdi, que allana el camino hacia la integración de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) en las instituciones gubernamentales sirias. Las SDF (por sus siglas en inglés) es una liderada por kurdos y respaldada por Estados Unidos compuesta por milicias étnicas y grupos rebeldes que sirve de fuerza militar en la Administración Democrática Autónoma del Norte y el Este de Siria (conocida extraoficialmente como Rojava).

Según el acuerdo firmado este lunes y difundido por la presidencia siria, se establece "un alto el fuego completo en todos los territorios sirios" y reconoce "a la comunidad kurda como parte integral del Estado sirio y se les garantiza todos los derechos de ciudadanía y todos los derechos constitucionales". Ambas partes en liza, hasta ahora rivales, se comprometen a "garantizar los derechos de todos los sirios en la representación, la participación en el proceso político y todas las instituciones estatales en función de la competencia, independientemente de su origen religioso o étnico".

Las SDF fueron establecidas el 10 de octubre de 2015 bajo la premisa de "crear una Siria laica, democrática y federal". Recibió el apoyo de Estados Unidos en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico. Controla aproximadamente un tercio de Siria, desde el río Éufrates y hacia el este a lo largo de las fronteras con Irak y Turquía.

Apoyo kurdo frente a las "amenazas" de las milicias de Asad

El pacto -que se produce en una coyuntura marcada por el proceso de disolución del PKK, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, en el lado turco- contempla "integrar todas las instituciones civiles y militares del noreste de Siria bajo la administración del Estado sirio, incluidos los pasos fronterizos, los aeropuertos y los yacimientos de petróleo y gas". Se ofrecen garantías para "el regreso de todos los sirios desplazados a sus ciudades y pueblos, con garantías de seguridad por parte del Estado sirio".

En mitad de la violencia sectaria y de los ataques de leales a Asad en las provincias de Latakia y Tartús, los kurdos ofrecen su apoyo "al Estado sirio en su lucha contra las milicias de Asad y todas las amenazas a su seguridad y unidad" y "rechazan los llamamientos a la división, el discurso del odio y los intentos de incitar a la lucha entre todos los componentes de la sociedad siria". "Los comités ejecutivos trabajarán y se esforzarán por aplicar el acuerdo a más tardar a finales del año en curso", apunta el texto rubricado este lunes.