Groenlandia, la isla más grande del mundo, celebra este martes sus elecciones autonómicas para elegir su próximo parlamento y gobierno. Los comicios en este territorio danés escasamente poblado suelen atraer solo la atención de la prensa local. En esta ocasión, sin embargo, la isla se halla en el centro de las discusiones geopolíticas, con la ambición pública del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de adquirirla.

Groenlandia es rica en recursos minerales y ya alberga una base estadounidense. Su ubicación estratégica entre Rusia y EE.UU. ha generado interés en Washington. "Creo que lo conseguiremos. De una forma u otra, lo conseguiremos", declaró hace unos días Trump sobre su intención de anexionarse Groenlandia.

Sus comentarios han sido firmemente rechazados por los líderes groenlandeses, que ven esta elección como un momento crucial para definir su relación con Dinamarca y el resto del mundo. Groenlandia tiene 2,2 millones de kilómetros cuadrados (un 80 % cubierto permanentemente por el hielo). La pesca supone el 90 % de sus exportaciones.

Groenlandenses asisten a un debate electoral en Nuuk. | Efe

¿Quién vota?

De los aproximadamente 56.000 habitantes de Groenlandia, unos 41.000 tienen derecho a votar para elegir a los 31 miembros del Inatsisartut, el parlamento groenlandés. La elección sigue un sistema de representación proporcional, distribuyendo los escaños en función del porcentaje de votos de cada partido.

Se espera una alta participación electoral, en torno al 70-75 %, con resultados iniciales disponibles pocas horas después del cierre de las urnas y los definitivos confirmados al día siguiente.

Principales partidos

Los principales partidos en liza tienen visiones distintas sobre el futuro de Groenlandia, aunque todos reconocen la importancia de la independencia.

Inuit Ataqatigiit (IA): Partido de izquierda liderado por el actual primer ministro Mute Bourup Egede. Apoya la independencia y ha planteado la posibilidad de un referéndum en los próximos años, aunque sin un calendario definido.

Siumut: De tradición política más antigua, ha liderado el parlamento en varias ocasiones. También respalda la independencia, pero prefiere un enfoque gradual con prioridad en el desarrollo económico.

Naleraq: Defiende una independencia inmediata, con énfasis en la identidad cultural y la autodeterminación de Groenlandia. Es el partido más a favor de estrechar lazos con EE.UU., con el que quiere firmar un tratado de libre asociación a cambio de dinero y seguridad, aunque ya tiene una base en Groenlandia y podría contar con más, gracias a un acuerdo con Dinamarca de hace siete décadas.

Demokraatit: Partido de centro-derecha que prioriza la economía, la educación y la sanidad. Si bien apoya la independencia, insiste en que debe garantizarse la estabilidad económica antes de dar el paso.

Atassut: Partido liberal-conservador que favorece el mantenimiento de fuertes lazos con Dinamarca y cree que la configuración actual de autonomía es beneficiosa para el crecimiento económico de la isla.

¿Cuáles son los principales asuntos a debate?

Independencia: Es el tema central de la elección. La intervención de Trump ha intensificado el debate, dividiendo a los groenlandeses entre quienes ven la independencia como una oportunidad para redefinir su posición internacional y quienes temen que la isla no esté preparada financieramente para separarse de Dinamarca. Aunque la mayoría apuesta por la independencia, el 85 % de los groenlandeses no quiere formar parte de Estados Unidos, según un sondeo reciente.

Desarrollo económico: Groenlandia depende en gran medida de la pesca y de los subsidios daneses. Algunos partidos abogan por expandir sectores como la minería y el turismo para fortalecer la autonomía financiera. Sin embargo, la extracción de minerales enfrenta retos ambientales y sociales, con resistencia de la población indígena.

Bienestar: Según un sondeo del diario Sermitsiaq, el 85 % de los groenlandeses cree que la principal tarea del próximo Gobierno debe ser solucionar los problemas en sanidad, finanzas y vivienda. Las deficiencias sanitarias y en educación son uno de los motivos que explican por qué el número de groenlandeses que residen en Dinamarca ha aumentado un 23 % desde 2008, hasta unos 17.000.

¿Qué pronostican los sondeos?

El único sondeo publicado hace más de un mes y con un 30 % de indecisos apunta a un triunfo del socialista Inuit Ataqatigiit (IA) del presidente Múte B. Egede con el 31 %, por delante del socialdemócrata Siumut. Ambos partidos gobernaron juntos los últimos tres años, aunque retrocederían varios puntos respecto a los comicios de 2021.

El Demokratiit sería la tercera fuerza, con casi el 19 %, desbancando al Naleraq, el partido que más rápido quiere romper los lazos con Dinamarca, a pesar de subir varios puntos. De cumplirse ese escenario, podrían repetir gobierno el IA y el Siumut, las dos únicas fuerzas que han encabezado ejecutivos groenlandeses desde la implantación de la autonomía en 1979.

Un tjnel en Nuuk. | Efe

¿Cuál es la relación actual con Dinamarca?

Groenlandia es ahora un territorio danés autónomo y ha ido aumentando gradualmente su autonomía de Dinamarca a lo largo de los años. Se le concedió un autogobierno limitado en 1979, seguido de un autogobierno más amplio en 2009, que incluye el derecho a declarar la independencia de Dinamarca mediante un referéndum.

Hoy en día, Groenlandia gestiona la mayoría de sus asuntos internos, incluida la policía y la gestión de recursos, pero Dinamarca sigue supervisando la política exterior y los asuntos de defensa.

Copenhague concede a Groenlandia una subvención global anual que asciende a unos 570 millones de dólares, lo que representa más de la mitad del presupuesto total de Groenlandia y el 20 % del producto interior bruto (PIB) de la isla.

¿Qué se juega Groenlandia?

El resultado de las elecciones podría influir en las futuras alianzas de Groenlandia. Es probable que refuerce su cooperación con Dinamarca mientras explora lazos más estrechos con EE.UU., Islandia y Canadá.

Las declaraciones de Trump han generado una mezcla de rechazo y cautela. Aunque todos los partidos groenlandeses se oponen a una anexión estadounidense, hay desacuerdo sobre si se debe dialogar con EE.UU. para negociar acuerdos estratégicos o reforzar primero las alianzas con Europa y Dinamarca.

Con el creciente interés global en la región, las elecciones de hoy son más que una simple disputa política local: son una declaración de intenciones sobre el futuro de Groenlandia en el escenario internacional. Sin grandes cambios esperados en la estructura del gobierno, el verdadero impacto estará en cómo la isla negocia su posición con Dinamarca, EE.UU. y otras potencias en los años venideros.