La escenografía es importante. Las primeras palabras del líder ruso, Vladimir Putin, sobre la propuesta de alto el fuego en Ucrania, avalada por Donald Trump, las hemos escuchado en una rueda de prensa junto al presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, alguien que no estaría en el poder si no fuera su súbdito. Putin ha dicho que está "a favor" de la propuesta, pero que hay "asuntos que discutir". Un "sí pero no" de factura rusa.

"Estamos de acuerdo con las propuestas de detener las acciones militares, pero partimos del hecho de que este cese debe ser tal que conduzca a la paz a largo plazo y elimine las causas profundas de la crisis", ha declarado.

La respuesta de Putin indica que va a plantar exigencias maximalistas, referidas a la soberanía de Ucrania y la arquitectura de seguridad en toda Europa. Es decir, quiere volver a la casilla de salida, a su objetivo inicial que pasa por controlar Ucrania para que no esté en la UE ni en la OTAN, y además hacer que EEUU deje de proteger el flanco oriental de la OTAN.

De hecho, en un momento de la rueda de prensa los dos han reconocido que si EEUU y Rusia se ponen de acuerdo, "Europa está acabada". Con risas y sin disimulos. Ha sido Lukashenko quien ha apuntado: "Si Rusia se pone de acuerdo con Estados Unidos, Ucrania y Europa estarán acabadas. El proceso de negociación entre Estados Unidos y Rusia tiene en sus manos el destino de Europa, aunque se comporte de forma miope, al menos en los medios de comunicación. Y de nuevo, no nos van a engañar. Conocemos nuestros intereses. Conocemos nuestros objetivos".

Las preguntas de Putin

Ha indicado que el alto el fuego no debe servir para que los ucranianos movilicen más tropas y se rearmen para nuevos enfrentamientos. Ha enumerado una serie de cuestiones prácticas, como la resolución de la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk y la vigilancia de las posibles violaciones.

"¿Significaría eso que todos los que están allí se marcharían? ¿Deberíamos liberarlos después de que hayan cometido allí numerosos crímenes contra civiles, o los dirigentes ucranianos les ordenarán que se rindan? ¿Qué sucederá? Eso no está claro", ha dicho Putin, ante su leal Lukashenko. Las tropas rusas prácticamente han recuperado el control de Kursk, tras siete meses desde que Ucrania lanzó allí su ofensiva. Ahora Putin, que por primera vez se ha desplazado a la región, dice que va a tratar a los soldados ucranianos presos allí como "terroristas".

Y ha añadido: "Las tropas rusas están avanzando prácticamente en todos los sectores de la línea de contacto, y se dan todas las condiciones para que asediemos unidades bastante grandes. Entonces, ¿qué ocurriría durante esos 30 días? ¿Permitiría eso a Ucrania continuar una movilización forzosa, un suministro de armas a Ucrania, para que las nuevas unidades movilizadas puedan ser entrenadas, o no se hará?", ha indicado, con lo que deja claro que sus avances recientes hacen que el alto el fuego les perjudique.

También se ha planteado cómo se controlará el alto el fuego. "¿Quién dará las órdenes de cese de hostilidades? ¿Y qué valor tendrán estas órdenes, a lo largo de 2.000 kilómetros? ¿Quién decidirá si ha habido una violación del posible acuerdo de alto el fuego a lo largo de toda la línea de 2.000 kilómetros, y a quién se culpará? ¿A quién se culpará de violar el alto el fuego? Todas estas cuestiones deben ser estudiadas detenida y minuciosamente por ambas partes", ha indicado.

En resumen, ha concluido que "la idea es buena y la apoyamos absolutamente, pero hay cuestiones que tenemos que discutir y creo que tenemos que negociar con nuestros colegas y socios estadounidenses". Donald Trump ha enviado a Steve Witkoff para exponer los detalles del alto el fuego a Putin, quien ha preferido exponer sus dudas junto a Lukashenko, y así mostrar que no está solo.

Horas antes, el principal asesor internacional del Kremlin, Yuri Ushakov, decía que había comunicado al asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Mike Waltz, que Moscú consideraba el alto el fuego de 30 días propuesto como "nada más que un breve indulto para las fuerzas ucranianas". Y añadía: "El documento, me parece, tiene un carácter precipitado… Habrá que trabajar, pensar y tener en cuenta también nuestra posición. Sólo esboza el enfoque ucraniano". Sus palabras fueron interpretadas como un rechazo al alto el fuego pero Putin sabe que no puede dar un "no" por respuesta a Trump.

Está pendiente una conversación telefónica entre Putin y Trump. Aún se desconoce cuándo tendrá lugar. En su primera impresión Trump no se ha mostrado entusiasta con la reacción de Putin, aunque también prefiere hablar con él. "La declaración es prometedora pero ha de completarse. Hemos de trabajar sobre el alto el fuego", ha dicho Trump. La estrategia del líder ruso es clara: dar vueltas de nuevo para evitar dar la orden de parar los ataques y seguir con su objetivo de someter a Ucrania, y a medio plazo a Europa.