La agenda de los dirigentes europeos está al rojo vivo. Donald Trump presiona a Ucrania para lograr una paz exprés, mientras consiente al agresor, el líder ruso, Vladimir Putin, que busca poner en cuestión la arquitectura de seguridad europea. Aunque no lo reconozcan de forma pública, la confianza en Estados Unidos está bajo mínimos. Urge independizarse de EEUU, como dijo el futuro canciller federal alemán, Friedrich Merz, nada más ganar las elecciones el pasado 23 de febrero. El miércoles 19 se presenta el Libro Blanco de la Defensa de la UE y 20 y 21 de marzo se celebra un Consejo Europeo, de nuevo con la asistencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. A su vez, el jueves 20 en Londres se reúnen los jefes militares de "la coalición de voluntarios" para debatir sobre "planes operativos" para Ucrania.
Europa se está moviendo a distintos niveles y en diferentes formatos para afrontar esta nueva era, caracterizada por la nueva relación con Estados Unidos. La invasión rusa de Ucrania, de la que se han cumplido tres años el 24 de febrero, confirmó que Putin era un autócrata que no respetaba las reglas de la comunidad internacional, dispuesto a retorcer los hechos de tal forma que ni siquiera reconoce que está librando una guerra en la que ya han muerto unos 700.000 soldados rusos. Convivir con la amenaza rusa a las puertas de Europa ya llevó a un cambio en el mercado energético. Alemania, por ejemplo, tuvo que renunciar a su proveedor de gas a buen precio para buscar a toda velocidad alternativas.
Pero la OTAN seguía siendo una alianza sólida con EEUU al frente. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha hecho que se tambalee la relación transatlántica, que intentan salvar los aliados tradicionales de Washington, los británicos. La guerra rusa en Ucrania está siendo un test. Si Trump finalmente no defiende la soberanía ucraniana y apoya la narrativa de Moscú, el divorcio con Europa será irremediable.
Una lección para los europeos
La lección para los europeos es crucial. Está en juego su futuro. Ya no pueden depender de EEUU, porque eso supone quedarse en manos de líderes que no defienden los mismos valores. El EEUU de Donald Trump está desvinculándose de Occidente. Lo deseable es que mantenga sus lazos, aunque sean los mínimos compromisos adquiridos por contratos comerciales, pero la confianza está rota.
El alto el fuego aceptado por Volodimir Zelenski será clave para los ucranianos y los europeos. Si Donald Trump prefiere mirar a otro lado y acepta las maniobras dilatorias de Putin, para los europeos, y en el concepto de seguridad europeo está de nuevo el Reino Unido, ha llegado la hora de la verdad. "Antes o después tendrá que sentarse a la mesa y hablar seriamente. Es el momento de que callen las armas, que cesen los ataques bárbaros sobre Ucrania, y de que acepte el alto el fuego", dijo el primer ministro británico, Keir Starmer, tras su encuentro virtual del sábado con 29 líderes internacionales.
Starmer, y su asesor, el diplomático Jonathan Powell, uno de los arquitectos de los Acuerdos de Belfast, se han empeñado a fondo por restablecer la relación entre ucranianos y estadounidenses, tras el encontronazo de Zelenski y Trump en la Casa Blanca. Los británicos siguen deseando que EEUU siga vinculada a sus aliados pero trabajan también en otros escenarios.
El presidente Macron ya ha dicho que los franceses van a formar parte de del contingente desplegado en Ucrania, una vez acordada la tregua, aunque no lo apruebe Putin. "El presidente Putin quiere conseguirlo todo y luego negociar. Ahora está en juego nuestra estrategia de paz por la fuerza. Si queremos la paz, necesitamos una respuesta clara de Rusia y una presión clara, junto con Estados Unidos, para obtener este alto el fuego", dice fuentes del Elíseo. "Ahora tenemos que planificar con antelación y recabar la opinión de cada país. Esta solidez colectiva es la que permite preservar la paz a largo plazo. Lo sabemos por experiencia".
El Reino Unido, en primera fila
Una de las consecuencias de esta sacudida geopolítica que supone la pinza entre Trump y Putin es que el concepto de Europa en cuestión de seguridad se ha enriquecido. Así vemos a los británicos implicados, interesados a los turcos y atentaos a surcoreanos o japoneses. Según The Times, los británicos participará en la fuerza de paz de Ucraia con unos 10.000 efectivos. Europa perdería a su proveedor fundamental de seguridad si Trump finalmente se desliga de sus aliados pero EEUU perderá el poder que le da esta relación especial con los Veintisiete y Reino Unido.
"Hemos de ver cómo superar nuestra sensación de falta de poder. Ahora se trata de actuar. Hay que cambiar las cosas sobre el terreno. No nos podemos quedar en los planes", explicaba Marc de Vos, autor de Superpower Europe, en un encuentro titulado Warsaw European Conversation en la capital polaca.
Hay señales de que se está pasando a la acción: los jefes militares de los países interesados en formar parte de esa coalición de voluntarios en Ucrania ya se vieron la semana pasada en París y vuelven a reunirse en Londres, ahora con tareas concretas.
También se vieron los ministros de Defensa de cinco países europeos que están en vanguardia: Francia, Alemania, Polonia, Italia y Reino Unido. Italia, a pesar de su bajo presupuesto en defensa en la OTAN, está presente en estos debates por el peso de Giorgia Meloni, como líder de los nacionalconservadores que sí apoyan a Ucrania, a diferencia del húngaro Viktor Orbán.
"Resulta significativo cómo Elon Musk amenazó con retirar Starlink el fin de semana pasado pero finalmente dijo que no lo haría. ¿Llamaría Meloni para decir que no podrían fiarse de que Starlink fuera su proveedor en estas circunstancias? No deja de ser una empresa con contratos comerciales", señala el investigador Camille Grand, quien fue asistente del secretario general de la OTAN para inversión en defensa en el foro en Varsovia.
Grand destaca que Ucrania podría seguir adelante contra Rusia si contara con el apoyo de los europeos, aunque habría que sustituir a toda velocidad la guían servicios de inteligencia que da EEUU, ahora menos importante que en otras fases de la guerra. El investigador subrayaba cómo para que Ucrania sobreviva como nación es vital que conserve un Ejército sólido. "Será su principal garantía de seguridad. Para una paz aceptable ha de tener también derecho a decidir su futuro, en la UE, por su puesto", añade.
Alemania vuelve: cambio de mentalidad
La señal que indica que hay un cambio de mentalidad es que el formato de los Veintisiete no va a encorsetar las iniciativas, sino que es uno más. La Comisión Europea se ha puesto las pilas. Ursula Von der Leyen presentó el plan de rearme, que tiene como objetivo movilizar 800.000 millones de euros. El cálculo proviene de un incremento del 1,5% del PIB en defensa. Es una señal de la dirección a la que ha de dirigirse la UE.
El plan debería ser un punto de arranque. Lo deseable sería que se mutualizara la deuda y que se usaran los activos rusos congelados en bancos belgas.
Serán los países los que han de modificar sus presupuestos nacionales, pero está claro el impulso que están dando Francia, Polonia, así como los países bálticos y nórdicos. Alemania también ha llegado a un pacto entre el futuro canciller democristiano con socialdemócratas y verdes para levantar el freno de la deuda y así permitir una inversión millonaria en defensa, infraestructuras y cambio climático. Friedrich Merz va a unirse a Macron a la hora de dibujar cómo será esa Europa independiente de EEUU.
Compras conjuntas y compras europeas
La UE es un superpoder económico, aunque no lo sea militar, y la industria ha de emprender su transformación. El presidente francés, Emmanuel Macron, ya está abanderando una campaña para que los países europeos dejen de comprar armamento a EEUU y lo sustituyan por firmas europeas. "Mi intención es convencer a los Estados europeos que se han acostumbrado a comprar americanos. A los que compren Patriot, hay que ofrecerles el SAMP/T franco-italiano de nueva generación. A los que compren el F-35, habría que ofrecerles el Rafale. Esa es la manera de aumentar el ritmo de producción", señala en una entrevista con varios medios franceses.
En este sentido, el ministro de Defensa, Nuno Melo, ha anunciado en una entrevista con Publico.pt que no seguirán adelante con la compra de aviones Lockheed Martin F-35 que se había anunciado en 2024, y que habría supuesto una inversión de 5.500 millones de euros en 20 años, debido al cambio de política de EEUU. Es un paso simbólico pero poco a poco otros pueden seguir esta senda.
En el Libro Blanco de Defensa que se presenta este miércoles se dice claramente: "Sólo juntos, los Estados miembros podrán marcar la diferencia". El texto, avanzado por la agencia Reuters, tiene como objetivo "impulsar la compra de material bélico por parte de los socios del bloque para cubrir lagunas esenciales en sus capacidades". Bruselas identifica las principales carencias, recomienda la creación de arsenales estratégicos, aboga por la integración de la "industria de defensa ucraniana en la industria de defensa europea" y se insiste en la idea de que los países de la UE compren juntos equipos de defensa.
Puede sonar utópico pero en la pandemia recordemos que se negociaron compras conjuntas de vacunas. Hay trabajo por hacer a la hora de explicar a las opiniones públicas cómo no se trata de "cañones o mantequilla, sino de cañones y mantequilla", como dice la investigadora Alexandra de Hoop Sheffer, del German Marchall Fund. "Hay que explicar que se trata de invertir en resiliencia".
En el Consejo Europeo del jueves y el viernes se abordarán los detalles del Libro Blanco y los Veintisiete tendrán que retratarse sobre sus planes en defensa. Asistirá Zelenski, cuya presencia es una señal que indica que el camino de Ucrania en la UE es irreversible. Hay países como Alemania que ya han mostrado sus prioridades. "Alemania ha vuelto", dijo Merz, tras lograr el acuerdo que se vota el martes en el Bundestag. Ahora es necesario que todos los países tomen conciencia de que su contribución es vital para que Europa siga siendo un espacio de paz y libertad.
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hace 4 semanas
Europa sigue metiendo la pata
hace 4 semanas
Me pierdo en éstos extensos y explicativos artículos de la Sra Alonso respecto a lo que está pasando por el centro y este de Europa. Da para una serie tipo La frontera del Este.
Pienso que Trump se lo pensará muy mucho alejarse de la UE si Inglaterra va en común con ella. Y más también, si se añaden Turquía y Canadá.
No hay que olvidar por otra parte, que Alemania perdió la segunda guerra mundial y tiene limitado su crecimiento militar. Aunque sea la primera en Europa en poder económico e industrial.
En el primer país de freno de Rusia, aparte de Ucrania claro, como puede ser Polonia, me dicen que allí todo está aparentemente tranquilo, aunque tal vez la procesión vaya por dentro.
En fin, seguiremos leyendo e informándonos.