El secretario de Estado estadounidense Marco Rubio escenificó en una reunión con su homólogo marroquí Naser Burita la posición de la administración Trump en el conflicto del Sáhara Occidental. Si Joe Biden optó por reconocer el plan de autonomía para el Sáhara de Marruecos como “unos de los marcos posibles”, los republicanos insistieron a última hora de este martes que la iniciativa de tres folios presentada por Rabat en 2007 y nunca desarrollada es “el único marco posible” paras las negociaciones con el Frente Polisario en línea con el reconocimiento de la soberanía marroquí que Trump firmó en 2020, en las últimas semanas de su primer mandato.

Un lustro después de la medida anunciada por Trump, el paso no ha modificado un ápice el estatus del contencioso en el derecho internacional. El Sáhara Occidental, la exprovincia número 53 de España, es considerado por la ONU un territorio no autónomo y el último de África por descolonizar. España sigue siendo la potencia “de iure” del territorio y, a efectos legales, el Sáhara sigue ocupado ilegalmente por la monarquía alauí, que ha convertido el asunto en el centro de su agresiva política exterior.

“El secretario reiteró que Estados Unidos reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y apoya la propuesta de autonomía seria, creíble y realista de Marruecos como la única base para una solución justa y duradera a la disputa”, señala la secretaría de Estado estadounidense en un breve comunicado. “Estados Unidos sigue creyendo que la verdadera autonomía bajo la soberanía marroquí es la única solución viable. El secretario reafirmó el llamamiento del presidente Trump a las partes para que entablen conversaciones sin demora, utilizando la propuesta de autonomía de Marruecos como único marco, para negociar una solución mutuamente aceptable. El secretario señaló que Estados Unidos facilitaría el progreso hacia este objetivo”, añade.

Trump, al final de su primer mandato, reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental como parte de un acuerdo por el que Marruecos aceptaba normalizar sus relaciones con Israel. El sucesor de Trump, Joe Biden, evitó hacer una declaración sobre la medida de Trump, dejando la posición de Estados Unidos ambigua. En las declaraciones de su diplomacia, dejó la puerta abierta a considerar otras vías, lo que provocó indignación en Rabat.

A punto de cumplirse medio siglo de la invasión del territorio, el conflicto es uno de los más longevos del planeta. Mientras Marruecos insiste en el plan de autonomía del que expertos y observadores recelan por la falta de regionalización de Marruecos y la naturaleza autocrática de la monarquía de Mohamed VI, el Polisario mantiene su apuesta por un referéndum de autodeterminación en el que se dirima el futuro del Sáhara. Argelia, principal valedor internacional del Polisario, apoya la vía del plebiscito.