El presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol, Fouzi Lekjaa, ha vuelto a hacer pública su intención de llevarse la final del Mundial 2030 y de que el Gran Estadio Hasán II, cuya construcción acaba apenas de iniciarse, se la arrebate a los candidatos españoles, el Santiago Bernabéu y el Camp Nou.

Su apuesta, además, es que la final la protagonicen las selecciones de fútbol de España y Marruecos. "Espero que Marruecos y España jueguen la final del Mundial 2030 en Casablanca", ha admitido Lekjaa en el marco de la inauguración del World Football Summit (WFS) 2025 en la Universidad Mohammed VI Politécnica.

Lekjaa hizo tales declaraciones en un acto con presencia de Enrique Ojeda, el embajador de España en Marruecos nombrado por José Manuel Albares, y Achraf Fayda, director de la Oficina Nacional Marroquí de Turismo (ONMT).

El régimen alauí no oculta su intención de acoger la final y de hacerlo en un estadio aún sin construir que obtuvo la misma valoración técnica por parte de la FIFA en un informe reciente. En febrero el director de diseño y arquitecto principal del nuevo Gran Estadio Hassan II, Tarik Oualalou, aseguró que "la propuesta de Marruecos es hacer el estadio más grande del mundo para la gran final de la Copa del Mundo en Marruecos". "Así que no sólo está calibrado, sino que está diseñado para esto, está imaginado para esto", reconoció.

Las palabras de Oualalou se producen después de que el pasado noviembre el informe de evaluación publicado por la FIFA alimentara las esperanzas de la federación marroquí. Tras la evaluación exhaustiva de la oferta planteada por la candidatura tripartita, incluidas las visitas de inspección a los países candidatos, la FIFA otorgó la misma valoración técnica a los tres estadios, los únicos con posibilidades de albergar los partidos inaugural y final del torneo. Las tres instalaciones empatan con un 4,3.

El dato más llamativo es que del Gran Estadio Hasán II apenas existe más certeza que la del diseño pergeñado por el estudio de arquitectura Oualalou + Choi y Populous y cuya recreación fue presentada en público el pasado verano por Rabat. La firma, especializada en estadios de fútbol está detrás, por ejemplo, del estadio de Lusail, una de las instalaciones del Mundial de Qatar 2022.

De hecho, uno de los campos levantados en Doha presenta una estructura exterior similar a la del nuevo estadio marroquí. El icono de la instalaciones al otro lado del Estrecho llevará el nombre de Hasán II, el padre del actual monarca Mohamed VI y el urdidor de la Marcha Verde que ocupó en 1975 el Sáhara Occidental, hasta entonces provincia española. Desde hace unos meses los camiones y las excavadoras han comenzado su construcción en un páramo hasta ahora baldío.

El estadio "más grande del mundo"

De hecho, en la ficha del estadio que incluye el informe de la FIFA se califica al Hasán II como "un ambicioso proyecto de nueva construcción que prevé crear el estadio de fútbol de mayor capacidad del mundo, con modernas infraestructuras e instalaciones". A su favor juega su capacidad: "sus 115.000 localidades superarán con creces el requisito mínimo de 80.000 asientos para un partido inaugural y/o una final", esboza la FIFA. Los arquitectos que firman el diseño aseguran que se inspira en "la tradicional reunión social marroquí conocida como 'moussem', con la estructura del estadio bajo un gran techo de carpa que emerge como una intervención dramática en el paisaje boscoso". Los diseñadores deslizan la intención final para el que fue ideado: "El estadio será totalmente apto para las competiciones de la FIFA, con capacidad para albergar la final de la Copa Mundial de la FIFA 2030".

Según el arquitecto principal del diseño, su ubicación en las afueras de la ciudad, a 38 kilómetros de Casablanca, es una ventaja frente a los estadios españoles, emplazados en el corazón de sus respectivas urbes.

Oualalou, que dice ser madridista, subrayó en declaraciones a Efe que la nueva infraestructura marroquí será "de última generación", tiene en cuenta las directrices de la FIFA, las experiencias de las anteriores ediciones y que va a ofrecer un equipamiento técnico para los jugadores, el público y los medios de comunicación "como nunca ha existido antes".

El estadio tiene un presupuesto inicial de 5.000 millones de dirhams (459 millones de euros), según el pliego de condiciones del concurso arquitectónico publicado el pasado octubre por Sonarges y ANEP, las empresas públicas marroquíes dedicadas a inversión deportiva y equipamientos públicos.