Cuarenta y cinco días después de las elecciones legislativas, los ganadores, la Unión (CDU y CSU) han logrado un acuerdo de gobierno con los socialdemócratas (SPD), que quedaron en tercer lugar. Será una coalición rojinegra (por los colores de los dos partidos) con diez Ministerios para los conservadores (tres para la CSU) y cinco para los socialdemócratas. Por primera vez en 60 años la CDU estará a cargo de Exteriores, mientras que en tiempos de guerra en Ucrania el SPD conserva Defensa, un Ministerio que adquiere mayor relevancia en tiempos de rearme en Europa.
"Este acuerdo es una clara y fuerte señal a nuestros ciudadanos y nuestros socios en la Unión. Alemania tendrá un gobierno fuerte y eficaz", ha dicho Friedrich Merz, líder de la Unión. El texto tiene 146 páginas y se titula Verantwortung für Deutschland (Responsabilidad para Alemania).
"Alemania cumplirá sus obligaciones en materia de defensa, y está dispuesta a reforzar [nuestra] propia competitividad. Y no se trata sólo de Alemania; se trata de Europa, de la Unión Europea, y Alemania volverá a ser un socio muy fuerte dentro de la Unión Europea, y haremos avanzar a la Unión Europea", ha apuntado, al preguntarle por su mensaje a Donald Trump.
Nada más ganar las elecciones, Merz fue muy claro al apuntar que Europa debía empezar a independizarse de Estados Unidos. Lo dijo después de las declaraciones de JD Vance, número dos de Donald Trump, a favor de los pactos con la ultraderecha alemana.
Reformas en marcha
El 23 de febrero la Unión fue el partido más votado con el 28,5% de los votos, seguido por AfD con el 20,8%. Sin embargo, Merz descartó pactar con la ultraderecha y optó por una coalición con los socialdemócratas, en tercer lugar con su peor resultado histórico. "La coalición va a acometer las reformas necesarias para hacer Alemania más fuerte en la Unión Europea", ha añadido.
Merz se ha referido a algunos de los objetivos acordados en el acuerdo de coalición: el impuesto sobre la electricidad se reducirá al mínimo europeo; se suprimirá la tasa sobre el precio del gas y se introducirá un precio de la electricidad industrial; las horas extraordinarias quedarán libres de impuestos y se prevé un subsidio mensual de 2.000 euros para la pensión activa.
Fin a la migración irregular
Ha puntualizado que el futuro gobierno también adoptará "un nuevo enfoque de la migración y pondrá fin en gran medida a la migración irregular, entre otras cosas mediante controles en las fronteras federales". Ha añadido que se aumentará significativamente el número de países de origen seguros.
Lars Klingbeil, jefe del grupo parlamentario del SPD, ha destacado cómo es un momento en el que hay que tender puentes para superar la creciente polarización. Ha destacado cómo el nuevo gobierno ha de acabar con el exceso de burocracia. "No todo tiene que estar regulado hasta el último detalle... hay que acabar con los fax", ha idiado Klingbeil, quien suena como ministro de Finanzas.
Klingbeil también se ha mostrado satisfecho con los resultados sobre el controvertido tema de la inmigración. "Organizamos y gestionamos la inmigración con normas claras y una actuación consecuente, también contra la inmigración irregular. Siempre ha quedado claro que el derecho fundamental al asilo sigue siendo inviolable", ha remarcado.
Más gasto, un acierto para la CSU
La CSU estará a cargo de Interior, fundamental para aplicar su visión sobre la política migratoria, aunque sus líneas principales quedan fijadas en el acuerdo de gobierno. El lider de la CSU, Markus Söder, también ha confirmado que tendrán Agricultura y Desarrollo y Tecnología. Los socialdemócratas controlarán Finanzas y Justicia. El actual canciller Olaf Scholz pasará a ser diputado raso.
Para Söder ha sido un acierto que se permita gastar más, es decir, que se acabe con el freno de la deuda, gracias al voto en el Parlamento que facilita la inversión de mil millones, la mitad en defensa y la otra mitad en infraestructuras y cambio climático.
Los pasos próximos
La jornada del martes ha sido un auténtico sprint con 13 horas seguidas de conversaciones. Conservadores y socialdemócratas han necesitado apenas 27 días para ponerse de acuerdo, con una presión in crescendo, debido a la guerra comercial desencadenada por Donald Trump, con su nefasto efecto en las Bolsas, y el avance en los sondeos del segundo partido más votado el 23 de febrero, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). En el último sondeo divulgado por el Bild, AfD empataba con la Unión con el 24% de los apoyos.
El acuerdo alcanzado tendrá que ser ratificado por los afiliados socialdemócratas del SPD de forma electrónica. La CDU ha convocado un mini congreso con representantes de la Ejecutiva y delegados regionales que podría celebrarse el 28 de abril, mientras que la CSU depende solo de sus principales líderes. De esta manera se calcula que la votación en el Bundestag en la que será elegido Friedrich Merz como canciller de Alemania tendrá lugar probablemente el 7 de mayo.
En tono distendido, Markus Söder ha dicho que el acuerdo de gobierno es "política pura". Según Söder, sería un buen best-seller. Humor bávaro porque El cuento de la criada no es.
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