La campaña electoral de las elecciones presidenciales en Polonia se ha calentado este fin de semana con el primer debate oficioso el viernes por la noche y una concentración por los mil años de la coronación del primer rey polaco. Los nacionalpopulistas del partido Ley y Justicia (PiS) han aprovechado este acontecimiento para intentar demostrar su fuerza en las calles y mostrar su respaldo a su candidato, el historiador Karol Nawrocki, que aspira a suceder al presidente Andrzej Duda, el último bastión del PiS en el poder nacional. "Karol, Karol", gritaban los asistentes, unos 20.000, según las autoridades municipales, y 100.000, según los organizadores.
La cuenta atrás ha empezado. Faltan 36 días para la primera vuelta, que tendrá lugar el 18 de mayo. Las presidenciales en Polonia serán otro capítulo más del enfrentamiento entre las fuerzas populistas y las liberales. El gobierno actual está liderado por Donald Tusk, de Plataforma Cívica, que encabeza una coalición con Lewica (Izquierda) y Tercera Vía. Juntos desbancaron al PiS en octubre de 2023, tras ocho años en el poder.
Sin embargo, el PiS sigue al frente de la Presidencia con Duda. Las elecciones presidenciales se resuelven por sufragio universal y de ahí que el perfil de los candidatos tenga mucho peso. Según los sondeos, está en cabeza el alcalde de Varsovia y candidato liberal, Rafał Trzaskowski, con un 36%, seguido por Nawrocki con el 22% a cuatro puntos del aspirante de Konfederacja, Sławomir Mentzen, de ultraderecha.
Queremos una gran Polonia, con aspiraciones y sueños"
KAROL NAWROCKI, CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE POLONIA
Jarosław Kaczyński llama a los patriotas
En la Gran Marcha celebrada este sábado en Varsovia se ha visto a Nawrocki, arropado por el gran gurú del PiS, Jarosław que es la mano que lo decide todo en Ley y Justicia. Pequeño y bastante envejecido, Kaczyński se ha dejado querer por los seguidores que desde distintas partes de Polonia se han acercado a la capital a conmemorar el primer milenio de la fundación del Reino.
Kaczyński pidió a "todos los patriotas" a que se unieran a la marcha. Nawrocki ha clamado: "Queremos una gran Polonia, con aspiraciones y sueños". El centro histórico de Varsovia estaba inundado de banderas rojas y blancas.
Sin embargo, Roman, que vende en un camión bufandas, gorras y camisetas con los colores de la bandera nacional, se quejaba de que no había sido un día tan bueno como esperaba. "Vendo mucho más cuando hay partidos de fútbol que en las concentraciones políticas", contaba cerca de Nowy Swiat. Por 40 zlotys, algo menos 10 euros, puede adquirirse una bandera o un gorro. También tiene camisetas con la inscripción Polska o bufandas.
La marcha iba precedida por un grupo de personas que han bailado La Polonesa, vestidos de época. La celebración evocaba la coronación, en 1025, del primer rey de Polonia, Bolesław el Valiente, así como los 500 años de que el Ducado de Prusia fuera feudo del reino de Polonia.
Los participantes portaban carteles pidiendo la liberación de políticos encarcelados por corrupción o con la palabra "Republika" por la televisión de ultraderecha que corre el riesgo de perder su licencia. El PiS acusa al gobierno de Donald Tusk de perseguir estas cadenas favorables a los nacionalpopulistas, mientras que durante su mandato el PiS controló la televisión pública y pretendió acabar con la privada TVN.
Cierre de fronteras
Dariusz va repartiendo octavillas en las que demanda que "se cierre la frontera oeste", con Alemania. "Nos están trayendo a los inmigrantes que no quieren, son delincuentes que luego atacan con navajas. Si los alemanes cierran sus fronteras y acaban con Schengen, nosotros también tenemos que reaccionar", explica. El sentimiento antialemán fue utilizado por Kaczyński contra Donald Tusk en las legislativas de 2023, cuando le describía como un agente al servicio de Alemania.
Pero Dariusz también esgrime otro de los temores de muchos en Polonia: la inmigración de origen musulmán. "No quiero que Varsovia sea como esas ciudades alemanes donde hay ataques continuos. Hay que cerrar la frontera", insiste. ¿Polonia ha de aislarse entonces? Ahí tiene dudas porque el enemigo está claro que es Putin.
También la Iglesia está presente en la Gran Marcha. Un capuchino confiesa que asiste por "patriotismo", no por compromiso con el partido Ley y Justicia. Sin embargo, reconoce que a la marcha convocada por el alcalde Trzaskowski el 25 de mayo no asistirá "porque no ha sido invitado".
Lo dice a pocos metros de dirigentes relevantes como Przemysław Czarnek, ex ministro de Educación y Ciencia, que no para de hacerse fotos con los asistentes a la concentración. "¿No sería usted mejor candidato que Nawrocki? Hemos visto que es muy popular", le dice el periodista de TVP a Czarnek. "Aquí quieren mucho a Nawrocki", replica el ahora diputado del PiS.
El sentimiento anti inmigración es común entre los asistentes a la marcha en Varsovia y los que vimos en el mitin de Mentzen en Białystok. La diferencia es la edad. Los partidarios de Metzen son mayoritariamente jóvenes en la treintena o menores. La edad media en la Gran Marcha de los patriotas polacos del PiS superaba los 50 años con creces.
Es en el pasado donde los populistas del PiS se mueven como pez en el agua. Cuando ganaron en 2015, sin embargo, guiados por Jarosław Kaczyński, uno de los más lúcidos políticos conservadores europeos, ofrecieron ayudas sociales a los más desfavorecidos. Entonces se fijaron en aquellos de quienes los liberales y la izquierda se habían olvidado.
¿No sería usted mejor candidato que Nawrocki? Hemos visto que es muy popular", le dice el periodista de TVP a Czarnek. "Aquí quieren mucho a Nawrocki"
Un debate múltiple en una elección polarizada
Como preludio de esta concentración, el viernes por la noche, en Końskie, una localidad de 30.000 habitantes del centro de Polonia, se celebró el primer debate oficioso entre varios contendientes en las presidenciales. El alcalde de Varsovia, el liberal Trzaskowski, buscaba un cara a cara con el nacionalpopulista Nawrocki, que hasta última hora no confirmó su asistencia. Sin embargo, otros aspirantes se presentaron con intención de participar, como finalmente hicieron.
Hubo caos e incertidumbre hasta el último minuto. El debate estaba organizado por TVN, TVP y PolSat. Las dos cadenas más conservadoras, TV Republika y wPolsce24 fueron excluidas, lo que llevó a Nawrocki a protestar por lo que consideraba un planteamiento tendencioso de partida. Las dos cadenas organizaron un debate previo, a las afueras del estudio, en el que no estuvo Trzaskowski.
Sin embargo, el recuerdo de la ausencia en un debate del candidato Komorowski, que pesó en su contra probablemente le llevó a aceptar el reto. También Trzaskowski se vio atrapado porque habría sido malinterpretado si hubiera rechazado ampliar la participación de otros aspirantes.
Quien se ausentó fue Mentzen, ya que dijo que aquello le parecía "un circo". El candidato de Konfederacja, como otros líderes de ultraderecha europeos, desdeña las entrevistas en medios tradicionales, solo participa en las televisiones afines, y prefiere emplearse a fondo en las redes sociales. Metzen ha visto frenado su ascenso en los sondeos después de declarase radicalmente opuesto al aborto, incluso en caso de violación, "un inconveniente" que pueden sufrir las mujeres.
Nawrocki intentó aprovechar el debate para presentarse como el patriota pura sangre frente al liberal Trzaskowski a quien quiso retratar como un líder de izquierda woke. El alcalde de Varsovia es de centro derecha, si bien como muchos dirigentes del Partido Popular en España, defiende los derechos de los homosexuales, o apoya la lucha contra el cambio climático.
La polarización es de trazo grueso y no acepta grises. O eres patriota o eres amigo de los gays. Y por ello Nawrocki le entregó una banderita con el arco iris, que la candidata de Lewica (Izquierda), Magdalena Biejat, quiso quedarse en un gesto que le hará ganarse algunas simpatías en la primera vuelta. Apenas tiene ahora un 3% en los sondeos. Polonia no es un país con una izquierda fuerte.
Trzaskowski se presentó como un líder con experiencia de gestión y claramente europeísta. Encarna esa Polonia que ve en la Unión Europea un símbolo del progreso de su país, y la vía para poder hacer frente a desafíos como la amenaza rusa. El alcalde de Varsovia aspira a pasar como favorito a la segunda vuelta del 1 de junio, cuando cualquiera de los finalistas necesitará más del 50% para ganar, un desafío mayúsculo en un país tan polarizado.
Para los liberales es crucial ganar para poner e marcha todo lo que ha frenado el presidente del PiS con su poder de veto. Para el PiS también para no quedar sepultado entre el ascenso de la ultraderecha y el control de Presidencia y gobierno por los liberales.
Una semana antes el alcalde de Varsovia ha convocado una gran manifestación en la capital en la que quiere movilizar de forma masiva a sus partidarios, como lo hizo Donald Tusk antes de las legislativas de otoño de 2023. "Entonces sacaré también las banderas de la Unión Europea. Hoy habría sido imposible venderlas. Y por mi experiencia anterior también habrá más compradores de banderas polacas que hoy. Habrá más gente", dice Roman, en su puesto rodante.
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