La motosierra que Javier Milei regaló a Elon Musk no ha quedado relegada en un rincón. El plan de recortes que está gestándose para el Departamento de Estado (como el Ministerio de Exteriores) reduce su presupuesto a la mitad y elimina la contribución a la ONU, la OTAN, y borra del mapa varias embajadas y consulados. Obra de Russell Vought, jefe de la Oficina del Presupuesto, ha de ser aprobado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y por el Congreso, que lo debatirá a fines de abril. Hasta ahora no han puesto reparos a otros planes como la práctica supresión de USAID (Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional).

Todas las actividades del Departamento de Estado y lo que queda de USAID tendrían en 2026 un presupuesto total de 28.400 millones de dólares, lo que representa una disminución de 27.000 millones de dólares, o el 48%, de los niveles de financiación aprobados por el Congreso para 2025. Al documento elaborado por la oficina que dirige Vought ha tenido acceso The Washington Post.

El apoyo a las organizaciones internacionales sufrirá recortes especialmente drásticos, ya que la propuesta elimina casi el 90% de la financiación. De este modo, de acuerdo con la información del Post, se pondría fin a la financiación de las Naciones Unidas, la OTAN y otras 20 organizaciones.

El memorando también alude al fin del apoyo financiero a misiones internacionales de paz con la alusión, sin concretar casos, a "fracasos recientes". Como anticipó El Independiente, la misión de la ONU para el Sáhara Occidental sería disuelta.

Golpe a la OTAN

Desde el otro lado del Atlántico, preocupa el giro que está dando Estados Unidos con Trump, que parece despreciar el valor del vínculo transatlántico. Durante su primer mandato, Trump negoció una disminución de la parte estadounidense del presupuesto de la OTAN, que es independiente de la financiación indirecta en gasto militar de cada uno de los 32 miembros de la alianza.

Según la nueva fórmula, adoptada en 2019, la cuota de EEUU es del 16%, igual que Alemania. Este año EEUU contribuirá aún con 800 millones de los 5.000 millones de dólares del fondo común. Es apenas el 0,1% del presupuesto del Pentágono. Pero, si sale adelante el plan de recorte, en 2026 dejaría de aportar esos 800 millones, lo que obligaría a los otros 31 aliados a buscar cómo compensar este déficit justo en un momento en que la amenaza de Rusia se siente especialmente en el flanco oriental.

EEUU no lo reconoce abiertamente, pero si deja de financiar a la OTAN lanza un mensaje claro a Rusia, su principal amenaza. Aunque el secretario general, Mark Rutte, insiste en que EEUU sigue valorando el vínculo transatlántico a nadie se le oculta que la cumbre de junio en La Haya puede marcar un antes y un después. Una cuestión es exigir a los aliados que eleven sus contribuciones en defensa y que se hagan más responsables de la seguridad europea, y otra cortar el grifo.

Donald Trump está decidido a dejar a su suerte a Ucrania, como queda en evidencia por su cercanía a las tesis de Putin sobre una guerra que el líder ruso inició el 24 de febrero de 2022. A su vez, las tropas de EEUU están reubicándose desde el aeropuerto de Jasionka, donde se encuentra el hub desde donde parte la ayuda a Ucrania. De momento aseguran que las tropas seguirán en Polonia, un aliado fiel a EEUU y buen pagador. El presupuesto en defensa aumentará hasta el 5% en 2026. Pero cada vez parece más probable que EEUU retire parte de las 80.000 tropas que tiene desplegadas en Europa.

La OMS, Unicef y Acnur, afectadas

El fin de la financiación de la ONU y sus agencias asestará un golpe devastador a esta organización creada a instancias de EEUU después de la Segunda Guerra Mundial. EEUU aporta el 22% de los gastos de la ONU, unos 13.000 millones de dólares. Si deja de aportar, corren peligro UNICEF, dedicada a la ayuda a la infancia; ACNUR y sus programas para los refugiados o la OMS, la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, seguirá aportando fondos para la Agencia Mundial de la Energía Atómica y la Autoridad Internacional de la Aviación Civil.

El propio Departamento de Estado va a verse afectado por una reducción de personal. La mitad de los 80.000 empleados a tiempo completo serán despedidos. El resto verá congelado su salario y se reducirán incentivos y ayudas para viajes. Varias embajas va a verse afectadas. En concreto podrían eliminar las legaciones en Sudráfrica y el Sahel, y también Oceanía. También varios consulados en Europa.

El Programa Fulbright, establecido por el Congreso en 1946, con el fin de promover los intercambios educativos, se suprimirá. Unos 40 líderes que luego han sido jefes de Estado y de gobierno ha participado en este exitoso programa. Trump está decidido a acabar con el soft power de EEUU.

Este paso confirma la reorientación de la política exterior de Donald Trump, que asocia su Make America Great Again con un aislacionimo propio de otras épocas y desprecia el papel como líder de Occidente y del mundo libre que ha tenido Estados Unidos durante décadas. A ojos del mundo, si sigue por este camino, América será cada vez más pequeña. Trump está cargándose todo lo que hacía América realmente grande. su defensa de la libertad y la democracia allá donde pudiera verse atacada. Ahora es un país que defiende al agresor frente a la víctima... por la oportunidad de hacer negocio.

Además, estos recortes no servirán para nada después de que Trump haya convertido al país en el reino de la incertidumbre. La deuda se dispara. Y los inversores huyen de un escenario donde todo fluye y no hay nada seguro.