Desde el 2 de marzo, ningún camión con alimentos, agua, medicinas o kits de higiene ha podido acceder a la Franja de Gaza, dejando a más de dos millones de personas en una crisis humanitaria extrema. A punto de cumplirse ocho semanas desde que Israel impusiera un bloqueo total al acceso de ayuda humanitaria, bienes comerciales y suministros esenciales en la Franja de Gaza, organizaciones como Oxfam Intermón califican la situación de catastrófica y sin precedentes.

La organización alerta de que cientos de miles de personas desplazadas viven hacinadas en condiciones inhumanas, sin agua potable, alimentos suficientes, ni acceso a servicios médicos básicos. Los continuos bombardeos, las restricciones extremas al movimiento y la parálisis total de las operaciones humanitarias hacen que el sufrimiento humano aumente cada día.

La ONG denuncia que el asedio total, sumado a los constantes bombardeos y órdenes masivas de desplazamiento forzoso, ha paralizado las operaciones de ayuda y ha dejado a la población civil en una situación de desesperación total. Según datos recientes, cerca del 70% del territorio está bajo órdenes de desplazamiento o declarado zona de exclusión, afectando directamente a más de 500.000 personas.

“Es una pesadilla diaria”, relata una trabajadora de Oxfam Intermón desplazada en dos ocasiones en menos de una semana. Testimonios del personal en Gaza describen escenas de destrucción, familias atrapadas bajo los escombros sin posibilidad de recibir ayuda, y niños llorando en las calles sin saber adónde huir. “La gente lloraba sin saber adónde ir. Nos metimos nueve personas en un coche pequeño. Dejamos todo atrás. Mis sobrinas no paraban de llorar”, recuerda.

Sin capacidad de movimiento

Además del bloqueo externo, las restricciones internas también impiden el movimiento del escaso personal humanitario restante, lo que agrava la ya crítica distribución de los limitados recursos. Los precios de los alimentos se han multiplicado y el agua potable es prácticamente inaccesible. Los generadores de emergencia no pueden operar por la falta de combustible, mientras las personas recurren a quemar plásticos para sobrevivir.

Oxfam Intermón advierte de una inminente hambruna y pide con urgencia el fin del asedio, un alto el fuego permanente y el acceso inmediato y sin restricciones de ayuda humanitaria. También reitera su llamado a la comunidad internacional para frenar la venta de armas a Israel, que podría implicar complicidad con posibles crímenes de guerra.

El bloqueo, según el derecho internacional humanitario, vulnera múltiples normativas, incluido el artículo 49 del Cuarto Convenio de Ginebra, que prohíbe expresamente el traslado forzoso de población civil. La ONU ha confirmado que las zonas designadas como “refugios” no cumplen los requisitos mínimos de protección, higiene ni atención médica.

“Hay que levantar urgentemente este asedio”, afirma Clemence Lagouardat, responsable de la respuesta de Oxfam en Gaza. “No se puede permitir que el mundo mire hacia otro lado mientras una población entera es sometida al hambre, la violencia y el abandono total”.

Un asedio sin respiro

Desde la reanudación de los ataques el 18 de marzo, Israel ha emitido repetidas órdenes de desplazamiento forzoso. Según Oxfam Intermón, no existe lugar seguro en Gaza, y muchos desplazados se ven forzados a instalarse en tiendas improvisadas, escombros o espacios abiertos sin ningún tipo de protección.

Desde el 2 de marzo, ninguna agencia humanitaria ha logrado introducir ayuda a través de los pasos fronterizos. Oxfam Intermón y sus socios locales han agotado casi por completo sus reservas. No quedan kits de higiene, apenas unos pocos tanques de agua, y la distribución de los pocos recursos que aún existen se ve obstaculizada por las restricciones de movimiento, los ataques a la infraestructura y el riesgo permanente que corren los trabajadores humanitarios.

“La ayuda no entra, y la poca que tenemos es imposible de distribuir”, advierte Lagouardat. “Nuestros equipos han sido desplazados y algunos han perdido sus hogares. La población está atrapada, sin opciones, sin futuro”. La mayoría de las familias no puede permitirse una comida completa al día. La falta de electricidad, el colapso del sistema sanitario y la contaminación del agua están disparando el riesgo de hambruna y enfermedades masivas. Algunas personas han comenzado a quemar plástico para cocinar o generar calor.

“Las historias que escuchamos parecen sacadas de una película de terror”, explica otro miembro del personal local de Oxfam Intermón. “Mensajes desesperados desde debajo de los escombros. Familias heridas esperando ambulancias que no llegan. Madres que no saben si alimentar a sus hijos o buscar un lugar más seguro para dormir esa noche”.

Violaciones del derecho internacional

Las condiciones impuestas por Israel no cumplen estas excepciones, y además impiden el cumplimiento de las obligaciones básicas de protección y asistencia “La ocupación no puede justificar el desplazamiento masivo sin ofrecer garantías básicas. El derecho internacional es claro: deben protegerse la vida, la dignidad y los derechos de la población civil”, denuncia Oxfam Intermón.

La situación humanitaria en Gaza alcanza niveles críticos y sigue deteriorándose. “Este terror y esta masacre deben detenerse de inmediato”, subraya Lagouardat. “El mundo no puede permanecer indiferente mientras una población entera es sometida al hambre, al desplazamiento forzado y a la violencia incesante”.

Oxfam Intermón y otras organizaciones humanitarias insisten: la única forma de evitar una catástrofe humanitaria aún mayor es levantar el bloqueo, garantizar la protección de la población civil y permitir la entrada urgente de ayuda. Cada día que pasa, más vidas corren peligro.