Es la crónica de una caída anunciada. Desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció que tendría que renunciar al cargo Andrew Cuomo, de 63 años, estaba sentenciado. El gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, ha anunciado este martes que renunciará en catorce días a su puesto tras el escándalo por las acusaciones de acoso sexual que le han mantenido en el punto de mira en los últimos días.
"Dadas las circunstancias, la mejor manera en que puedo ayudar ahora es si me hago a un lado y dejo que el gobierno vuelva a gobernar", ha dicho Andrew Cuomo, hijo del también gobernador Mario Cuomo y del periodista Chris Cuomo. El informe de la Fiscalía ha sido tan demoledor que no le ha quedado otra salida que tirar la toalla.
Será Kathy Honchul, su número dos, quien ocupe su puesto. Es la primera mujer que es gobernadora de Nueva York.
En su primera intervención tras el informe de la fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo ha insistido en que jamás tuvo intención de acosar a nadie, si bien reconoció que podría haberse extralimitado por exceso de confianza. A sus hijas les dijo: "Desde el fondo de mi corazón os digo que nunca tuve intención de hacer nada que no os hiciera a vosotras".
Víctima de un clima político tóxico
Cuomo se considera víctima de un clima político tóxico. Ha señalado que un impeachment o juicio político haría perder tiempo en un momento crucial. "Es una época de vida o muerte y lo mejor que puedo hacer para ayudar es dejar el cargo", ha afirmado.
El gobernador de Nueva York había destacado en la gestión de la pandemia en contraposición al entonces presidente republicano, Donald Trump. Mientras Trump escondía la gravedad de los hechos, Cuomo se exponía a diario a los medios de comunicación y daba imagen de control de la gestión, incluso en los peores tiempos. Eso ocurría hace apenas un año.
El informe de la Fiscalía, dado a conocer la semana pasada, dejaba claro que el gobernador había hostigado sexualmente a una docena de mujeres, incluidas trabajadoras de su departamento. A estas mujeres les hizo comentarios inapropiados o les tocó sin su consentimiento.
En esa investigación de 165 páginas consta que Cuomo y sus asesores habían tomado represalias contra al menos una de las mujeres por haber hecho públicos estos abusos.
Si bien ha reconocido que su instinto le habría llevado a luchar para dejar clara su versión de los hechos, ha dicho que en un clima político como el actual no lo veía sentido. Ha asegurado que nunca se pasó de la raya, pero que expresa sus afectos con tocamientos, tanto a hombres como mujeres, que no tenían intención de ofender ni abusar. "Nuestro sistema político hoy en día está dominado por los extremos", ha concluido para explicar su precipitada marcha.
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