La vicepresidenta del Gobierno estadounidense, Kamala Harris, será muy probablemente la candidata del Partido Demócrata a las elecciones presidenciales de noviembre. La renuncia de Joe Biden de este domingo más el apoyo casi unánime de su formación la llevará a ser la nominada en la convención que los demócratas celebrarán a finales de agosto en Chicago, y así, a enfrentarse al expresidente Donald Trump en las urnas.
Pero no es la primera vez que Harris intenta ser presidenta. Ya en 2019 lanzó una campaña presidencial que retiró diez meses después. La afroamericana de orígenes asiáticos era vista por muchos como la heredera de Barack Obama, pero la falta de financiación y sus dificultades para lanzar un mensaje conciso llevaron el sueño al traste. Más adelante, las dimisiones de importantes integrantes de su equipo también han desatado las críticas hacia ella. Lo cierto es que Harris ha cometido algunos errores importantes, aunque hay quienes la defienden piensan que sufre una presión mucho mayor que sus contrincantes por ser mujer y afroamericana. Estos son algunos de ellos.
Giros de guion y patinazos en los medios
La primera vicepresidenta negra y de orígenes asiáticos de la historia del país, y también la primera mujer en el cargo en los próximos días tendrá que contestar a muchas preguntas sobre su última campaña presidencial. De ella se recuerdan algunos errores importantes, como cuando en una entrevista con el periodista Lester Holt desde Guatemala, a donde había ido para conocer las raíces de la inmigración a EEUU, sorprendió a su partido al comprometerse a ir a la frontera de Estados Unidos y México. Era lo que los republicanos le llevaban pidiendo que hiciera durante tiempo, en una estrategia para relacionarla con la llegada ilegal de migrantes.
En otra ocasión, Harris participaba en un debate electoral antes de las elecciones de 2020 y levantó la mano cuando los moderadores preguntaban quién estaría de acuerdo en abolir los seguros sanitarios privados. Días más tarde negó la mayor, asegurando que no había escuchado bien la pregunta.
Ese mismo verano, cuando sus contrincantes demócratas Elizabeth Warren y Bernie Sanders ya habían definido sus posturas en un sinfín de temas, la campaña de Harris no conseguía concretar cuáles serían sus propuestas en caso de llegar a la Casa Blanca. Poco después, y un año antes de las elecciones, los fondos de su campaña habían caído tanto que hacían muy difícil que la abogada siguiese adelante. Un mes después se retiró de la carrera presidencial.
Las dimisiones de su equipo
Más allá de su campaña, al final de su primer año como vicepresidenta Harris tuvo que hacer frente a la salida de varios de sus mayores altos cargos, como su portavoz, su jefa de prensa y su jefe de personal, además de un trabajador más. Y estas dimisiones desataron todo tipo de preguntas sobre por qué Harris desata las bajas de sus empleados por allá por donde pasa. Porque no era la primera vez que le pasaba: la vicepresidenta lleva acumulando experiencias similares durante sus 21 años de servicio público.
Lo que sostienen quienes han trabajado para ella es que quema al personal, un personal que lo ha hecho bien en otros puestos de trabajo también estresantes, también sujetos a mucha presión, también de primer nivel. Hacen referencia a que su equipo suele dejar de lado fallos puntuales, suele sacrificar horas de sueño y su vida personal, y lo que encuentran es una jefa especialmente complicada, con ataques de ira y descontenta con su propio desempeño y potencial como líder del Partido Demócrata.
"Lo que solemos decir en nuestros grupos [de mensajería instantánea] es que el denominador común de todo esto es ella", llegó a asegurar Gil Duran, exestratega demócrata y asesor de Harris que dimitió cinco meses después de empezar a trabajar con ella en 2013. En una columna reciente, dijo que hoy día está repitiendo "los mismos patrones destructivos". "¿Quiénes son los siguientes talentosísimos empleados que vas a fichar y quemar para después obligarlos a aparentar que están dimitiendo por otros motivos?", se preguntaba en una entrevista con el Washington Post.
"No estás trabajando con alguien que quiera preparar el trabajo. Con Kamala siempre tienes que hacer frente a muchas críticas y a su propia falta de confianza. Así que siempre estás intentando hacer frente a un matón y nunca sabes por qué", dijo otro exempleado al mismo periódico, en referencia a que Harris siempre rechazaba hacer reuniones para preparar lo que se venía por delante y luego cargaba contra sus empleados cuando se notaba que no estaba preparada.
Biden está rodeado de personas que han trabajado cinco décadas con él, pero Harris no mantiene a ninguna
Esa aparente falta de confianza se ha prolongado en el tiempo, y ahora la duda es cuánto aguantará su equipo. Cuando Harris llegó a Casa Blanca solo dos habían trabajado antes con ella, mientras que Biden sigue rodeado de personas que han estado con él durante cinco décadas, incluyendo sus asesores y jefes de personal de cuando era vicepresidente, y su equipo de comunicación. Los exasesores de Harris que continúan trabajando para la Administración no lo hacen para ella, algunos ocupando puestos muy importantes en el Tesoro, el Departamento de Sanidad o el Senado.
El temor del equipo de Biden
"Siempre había sido nuestro sueño, el siguiente después de Obama, pero no llegó porque hizo una campaña terrible", dice un estratega demócrata, con la condición de que no aparezca su nombre, al Washington Post. Los críticos dicen que en las elecciones anteriores Harris desaprovechó su potencial por una cuestión de mala gestión, y que no consiguió proyectar su autenticidad. Por eso, dudan si ahora tendrá la fuerza, el carisma y las habilidades necesarias para llegar a la Casa Blanca como presidenta.
En cambio, quienes la apoyan mantienen que el escrutinio que sufre es mucho mayor que el que enfrentan la mayoría de los políticos y especialmente la mayoría de vicepresidentes, y que le influye el haber pasado el mandato a la sombra de Biden. Hasta que el Supremo no revirtió Roe versus Wade, dejando que cada estado decida si permite o no el aborto, el papel de la vicepresidenta había sido más bien pequeño.
Pero entonces empezó a hacer viajes a diferentes estados para advertir de lo que podía pasar si ganan los republicanos, y fue entonces cuando el equipo de Biden empezó a verla como un activo electoral importante, sobre todo a la hora de movilizar el voto de color, que parece haber perdido el entusiasmo por el presidente. Desde ese momento Harris comenzó a tener un papel mayor, recorriéndose Europa para tratar la invasión rusa a Ucrania, hablando en eventos, desplazándose al sureste asiático y el Pacífico para tratar el tema de la migración.
Todos estos factores, junto con un equipo más unido y el impulso de los jóvenes, que en muchos casos ven en ella a alguien muy diferente a Biden y por quien sí se movilizarían, podrían conseguir que esta campaña se le dé mejor que la anterior. La duda es si será suficiente para que llegue a la Casa Blanca. Lo sabremos en menos de cuatro meses.
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