La vicepresidenta y probable candidata del Partido Demócrata a las elecciones estadounidenses de noviembre escogerá a un hombre blanco como su número dos. No es lo que opina esta redactora: es lo que asumen un sinfín de estrategas políticos, congresistas y asesores de todo el país. Kamala Harris es una mujer negra y de ascendencia india y jamaicana que, de ganar las elecciones, sería la primera presidenta de Estados Unidos. Pero para conseguirlo parece inevitable que "compense" el ticket con una persona blanca, e idealmente, un hombre.

Lo saben los expertos en política y también las redes sociales, que poco después de que Biden renunciase ya se habían llenado de memes sobre las opciones de vicepresidente de Harris. En ninguna había nada más que blancos: vinos blancos, diferentes pinturas blancas, galletas blancas... "Blancos interesantes", reza el cartel de un supermercado sobre un sinfín de vinos, todos blancos, y que un usuario compartió en X con el mensaje "Kamala buscando un vicepresidente".

En Estados Unidos lo habitual es que los candidatos a las elecciones anuncien con meses de antelación quién será su número dos, que en caso de resultar elegidos líderes del país pasará a ser nombrado su vicepresidente. Así, en la convención republicana de hace una semana Donald Trump comunicó que el senador por Ohio JD Vance sería su running mate o compañero de campaña. Y lo previsible es que Harris haga lo mismo en la convención demócrata, que tendrá lugar del 19 al 22 de agosto en Chicago, o antes.

Por el momento, los nombres más sonados que se contemplan son los del gobernador de Kentucky, Andy Beshear; el secretario de Transportes, Pete Buttigieg; el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper; su homólogo de Illinois J.B. Pritzker; el también gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, o el del senador por Arizona Mark Kelly. En solo algunas quinielas aparece la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, y ya en las de los más entusiastas está la ex primera dama del país Michelle Obama, que no solo es negra, también ha insistido en muchas ocasiones en que detesta la política.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, Mark Kelly, Josh Shapiro, Roy Cooper y Andy Beshear, posibles futuros 'número dos' de Kamala Harris. | EFE

"Compensar" su propia diversidad

¿Pero por qué esa insistencia con los hombres blancos? La tesis es que al ser Harris no solo una mujer, sino una mujer negra y de orígenes asiáticos, un grupo muy importante de votantes "no toleraría" alejarse demasiado de lo que es habitual -lo habitual: que gobierne un hombre blanco-. Y por eso, de la misma manera que Barack Obama escogió a Joe Biden como número dos, la candidata demócrata ahora debe "compensar" su propia diversidad con un perfil mucho menos racializado y femenino, para conseguir una suerte de equilibrio que le dé la victoria en las urnas. Por esa misma regla de tres, de la lista anterior quedaría descartado el secretario de Transportes, Buttigieg, por ser homosexual.

"Durante décadas, a nadie le ha preocupado que dos hombres estuviesen al frente del ticket. Durante décadas, a nadie le ha preocupado que las dos personas al frente del ticket fuesen blancas. Pero en estos momentos creo que la tendencia convencional es asegurarle a la gente que el mundo no está cambiando tan rápido, para que al menos vean cierto "equilibrio" en términos de género y de raza -y esto es una cita-", dice Debbie Walsh, directora del Centro para Mujeres Estadounidenses de la Universidad de Rutgers, al Washington Post.

Chapas en apoyo a Kamala Harris con mensajes como 'Hagamos EEUU humano otra vez', 'Yo voto por no-criminales' y 'Otra mujer asquerosa contra Trump' (así llamó Trump a Hillary Clinton). | EFE/EPA/Jeffrey Phelps

La clave de todo este razonamiento está en las urnas. En las últimas elecciones, a Joe Biden lo votaron el 51% de los estadounidenses, frente al 48% que escogieron a Donald Trump. Es un resultado muy similar al de cuatro años antes, cuando Clinton obtuvo el 48% y Trump el 46%. Las elecciones de este año podrían estar tan reñidas que tratar de arañar el mayor número de votos va a resultar imprescindible para ganarlas, y es por eso que probablemente el equipo de Harris no se atreva con un tándem de dos personas de color, ni con dos mujeres, con tal de no perder el voto de ningún hombre blanco.

Además, hay que tener en cuenta que la disputa estará sobre todo en los estados norteños que apoyaron a Trump en 2016 y que Biden recuperó en 2020, como son Michigan, Wisconsin y Pensilvania. De hecho, en parte el resultado de las elecciones lo decidieron mujeres residentes en suburbios, más o menos moderadas y con carreras universitarias. Ese grupo de votantes podría ser más fácil de convencer con una candidata como Harris que con alguien como Biden, aunque hacer predicciones a estas alturas sea tan poco útil como regar el desierto.

"Más allá de la raza del votante, hay algo reconfortante en votar a alguien que se parece a lo que hemos tenido a lo largo de los últimos 250 años", opina, en declaraciones al Post, Kimberly Peeler-Allen, cofundador de un grupo dedicado a movilizar a las mujeres negras llamado Higher Heights for America. "Creo que hay mucho interés en la posibilidad de un tándem de dos mujeres, pero también existe la posibilidad de que eso ponga nerviosos a algunos, porque nunca hemos tenido a una mujer presidenta, ni que decir tiene a una presidenta y vicepresidenta al mismo tiempo".

"Los hombres blancos hacen que la gente se sienta cómoda", reflexiona Hasan Kwame Jeffries, historiador en la Universidad de Ohio, en las páginas de The Guardia. "Es por eso que 45 de los 46 presidentes han sido hombres blancos. Pero en el Partido Demócrata las mujeres negras son la base. Si quieres ganar, ahí es donde tienes que hacerte notar. Estas son unas elecciones que se deciden en base a la participación. Y ganará quien sea capaz de movilizar a su base".

Kamala Harris y su verano de chicos blancos, ha titulado la revista The Atlantic, que también opina en el mismo sentido. La pregunta que nadie parece hacerse es por qué, si tan claro está que para ganar las elecciones el ticket presidencial debe representar al conjunto del país, incluyendo a los hombres blancos... ¿nadie pensó eso mismo de cara a elegir a los 43 presidentes estadounidenses que no solo eran blancos, sino que no llevaban a nadie que no fuese blanco como número dos?

La buena noticia para Harris, en medio de todo este repaso a la dominancia de la raza blanca, es precisamente esa: si ve que es ese perfil el que le interesa, tendrá de sobra donde elegir.