En Estados Unidos se conoce como gerrymandering a la manipulación de los distritos electorales con el objetivo de conseguir un mejor resultado en los comicios. La táctica es tan poco democrática como suena, pero no por eso es menos habitual, y en muchas ocasiones se hace sin nocturnidad y a pocos días de las elecciones. A una estrategia muy similar es a la que se ha negado un senador del Partido Republicano, pese a que la iniciativa procedía de su propia formación, en un movimiento que podría costarle las elecciones a Donald Trump si las votaciones resultan tan ajustadas como a día de hoy apuntan las encuestas.
"Después de reflexionarlo profundamente, tengo claro que ahora mismo, a 43 días de las elecciones, no es el momento de hacer este cambio", ha dicho el senador Mike McDonnell en un comunicado publicado este lunes. "Respeto el deseo de mis compañeros de tener esta conversación, y he escuchado con cuidado a los ciudadanos de Nebraska y a los líderes nacionales sobre el asunto. Pero no cambiaré mi posición y me opondré a cualquier posible cambio en nuestro Colegio Electoral antes de las elecciones de este 2024".
La decisión del senador hace imposible que sus compañeros de partido puedan cambiar la ley, con lo que aquí termina con la aspiración de los republicanos. Pero hasta que ha comunicado su posición, la tensión era máxima, ya que de los 33 senadores republicanos que hay en la única cámara legislativa de Nebraska solo había tres que no habían expresado en qué sentido iban a votar. Y son necesarios 33 votos para llevar a cabo este cambio legislativo que podría dar la vuelta a las elecciones del próximo noviembre.
Los republicanos esperaban que Mike McDonnell facilitase la carrera presidencial al expresidente Donald Trump votando a favor de un pequeño cambio con posibilidades de cambiar radicalmente el resultado de las elecciones. Nebraska es uno de dos estados del país que reparte los votos electorales -se necesitan 270 para ser presidente- entre los partidos que se presentan a las elecciones, es decir, uno de los pocos en el que el partido ganador no se lleva todos los votos. El estado siempre vota mayoritariamente al Partido Republicano, pero el voto del distrito de Omaha y sus suburbios en dos de las últimas elecciones -en las que ganó Barack Obama en 2008 y en las de Joe Biden en 2020- se lo ha llevado el Partido Demócrata. En las elecciones de este año, ambas formaciones ven posible que el resultado sea tan ajustado que un solo voto pueda ser decisivo.
Las fuertes presiones del Partido Republicano
McDonnell, un bombero de Omaha antes demócrata y ahora reconvertido en republicano, ha tenido que hacer frente a importantes presiones de su partido para ayudar a Donald Trump, incluyendo las del gobernador de Nebraska, Jim Pillen, y de importantes asesores tanto del expresidente como de la vicepresidenta Kamala Harris, según el New York Times. La intención del gobernador era reunir a los 49 legisladores estatales en una sesión especial para cambiar la ley una vez que tuviese los compromisos suficientes para ganar, algo que finalmente no ha sucedido.
En abril, el Partido Republicano ya intentó cambiar la ley electoral en el estado. El propio Trump y el gobernador Pillen propusieron volver al ya mencionado sistema donde el ganador del voto popular en Nebraska se lo llevaría todo, a tan solo unos días de que terminase la sesión legislativa del estado. Pero para que su propuesta saliese adelante necesitaban 23 votos a favor, teniendo en cuenta el número de legisladores que asistieron a la cámara ese día, y solo consiguieron ocho. Cinco meses después, han recuperado la propuesta, en un último esfuerzo por redibujar un mapa electoral buscando favorecer al expresidente, pero bajo el argumento de que este sistema lleva generando problemas 30 años y que el opuesto tiene más sentido.
Las elecciones podrían terminar en empate
Si Donald Trump se queda con todos los votos de Nebraska y Kamala Harris consigue ganar en Michigan, Pensilvania y además repite la victoria que consiguió Joe Biden en el resto, excepto en Arizona, Georgia y Nevada, tanto ella como Trump conseguirían un empate de 269 votos electorales, una situación hasta ahora nunca vista. El equilibrio se rompería con una votación en la Cámara de Representantes que previsiblemente ganaría el expresidente, y es por eso que los demócratas han hecho todo lo posible para evitar que los republicanos cambien la ley electoral en Nebraska.
Los cálculos del NYT apuntan a que, con las normas actuales, si ella gana en el distrito de Omaha y también los estados clave del norte, llegaría a la Casa Blanca independientemente del resultado que obtenga en los estados del sun belt o cinturón del sol, los estados del sur de EEUU. Una encuesta publicada ayer y elaborada para el New York Times por Sienna, la considerada más prestigiosa del país, muestra que el candidato republicano ha tomado la delantera en Arizona, Georgia y Carolina del Norte, todos estados del sur.
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