La fuerte escalada de la guerra en Oriente Próximo ha disparado el enfado de los libaneses-estadounidenses que viven en Estados Unidos, y que se concentran en el estado clave de Míchigan. La comunidad árabe más grande del país vive con horror los ataques de Israel a su nación de origen y, en respuesta, ha convocado manifestaciones y protestas que están escociendo a los partidos Demócrata y Partido Republicano, muy pendientes de las encuestas puesto que Michigan será crucial en las elecciones presidenciales del próximo noviembre.
Muchos de los libaneses de origen que residen en EEUU están sufriendo desde que empezó la nueva fase de la guerra de Israel en Gaza, hace ya un año, en la que han sido asesinados decenas de miles de palestinos. Pero los últimos ataques de Israel en Líbano han terminado colmar el vaso de una comunidad particularmente visible en Míchigan, al norte del país, y sobre todo en su ciudad más poblada, Detroit.
"Nunca hemos dejado de pensar en la gente de Palestina y del Líbano, pero ahora hemos entrado en una fase diferente", dice Dabaja, un físico que vive en Detroit, al canal AlJazeera. "Hay mucha incredulidad. Estamos enfadados, y tenemos un enorme, tremendo, sentimiento de pérdida", lamenta el libanés, que está de luto por el fallecimiento de su prima en los últimos días, además de su marido y tres hijos, en un bombardeo israelí contra la ciudad de Bint Jbeil.
Los bombardeos de Israel han alcanzado los barrios de origen de muchos de los vecinos de Detroit, que en multitud de casos ya habían perdido a familiares y amigos en los ataques aéreos de Israel en el sur del Líbano. En este contexto, los libaneses americanos se muestran ansiosos y preocupados por sus seres queridos, y a un mes de la elecciones culpan al Gobierno estadounidense de seguir armando y apoyando a Israel.
"Hemos estado gritando todo lo que nos permitían nuestros pulmones. Nos hemos implicado en política. Nos hemos interesado por nuestro país, por los que se presentan a presidentes. Y todo ha caído en oídos sordos. En este momento es una cuestión muy personal", reflexiona Dabaja.
Israel empezó a bombardear pueblos del sur del Líbano a principios de la semana pasada, obligando a cientos de miles de personas a evacuar la zona y dejar sus hogares. Los ataques no han parado desde entonces, y el sábado acabaron con la vida del líder del grupo Hizbulá, Hasán Nasrala, en un bombardeo en Beirut. Según el Ministerio de Sanidad libanés, Israel ya ha matado a más de mil personas en el país.
Solo en las últimas 24 horas, los ataques israelíes en Líbano han provocado 95 muertos. Del lado palestino, ya han muerto más de 41.500 personas desde octubre del año pasado.
El miércoles, más de mil personas asistieron a una protesta organizada en Dearborn -un suburbio al oeste de Detroit- por líderes de la comunidad para protestar contra la ofensiva de Israel contra Hizbulá. Ondearon banderas libanesas, blancas y rojas con el árbol verde y pronunciaron discursos culpando a Biden y a Harris por enviar armas a Israel y permitirle lanzar esta segunda ofensiva mientras aún continúa activa la guerra contra Hamás en Gaza. Detroit y Dearborn no solo constituyen la comunidad árabe más grande del país sino la que cuenta con más personas de origen libanés. El 34% de sus ciudadanos de orígenes árabes o africanos son descendientes de libaneses.
"No podemos perdonar a ningún presidente que esté a cargo de una administración que bombardee todos los colegios, que haga añicos a los niños. Ese es el mensaje que tenemos y esos son los valores que portaremos con nosotros en noviembre", dijo el alcalde de Dearborn, Abdullah Hammoud, integrante del Partido Demócrata y primer árabe -con orígenes libaneses- en liderar la ciudad de 100.000 habitantes.
"No estoy aquí para apoyar a ninguno de los candidatos, porque ningún candidato se ha ganado mi voto". Sin embargo, Hammoud sí espera que su comunidad consiga ejercer la suficiente presión sobre el Gobierno estadounidense. "Pedimos transparencia, que nuestro gobierno pare los envíos de armas y de bombas que están usando para masacrar a nuestras familias a diario".
Pedimos a nuestro Gobierno que pare los envíos de armas y de bombas que se están usando para masacrar a nuestras familias
Otros árabe-estadounidenses con orígenes libaneses han reaccionado de la misma manera, transmitiendo su tristeza por la matanza y destrucción y la preocupación por sus amigos y conocidos en el Líbano que han tenido que dejar atrás sus hogares. En respuesta, el equipo de Kamala Harris se ha limitado a transmitir que "continuará trabajando para prevenir que el conflicto se extienda por la región", según palabras de la jefa de campaña demócrata, Julie Chavez Rodriguez.
"Todo el mundo está muy nervioso, todo el mundo tiene miedo. ¿Qué van a hacer ahora? ¿Y dónde van a vivir?", preguntaba a AlJazeera hace unos días Samia Hamid, una madre de cinco hijos de Michigan y que forma parte de la comunidad de libaneses-estadounidenses de Dearborn, un suburbio de Detroit donde miles de vecinos proceden del sur del Líbano.
"Como libanés-estadounidense, nacido y criado aquí en Dearborn, Míchigan, no estamos en contra de los estadounidenses. Estamos con los libaneses, y también estamos con EEUU. Estamos aquí para alzar nuestras voces y con la esperanza de ser oídos", le decía Habib Obeid, un residente de Dearborn a la cadena CBS, en mitad de una manifestación.
"Mi abuela está aún allí, mis tías, mis tíos, mis primos. Tengo muchísimos familiares allí. No pueden huir, no pueden volar. Mi abuela estuvo sentaba 16 horas en la carretera el otro día intentando escapar, pero es que no hay zonas seguras", le contaba a la misma cadena Amani Hachem, residente en Canton, un municipio muy cerca de Detroit.
El papel de los árabes en la elecciones estadounidenses
Muchos árabe-estadounidenses han llamado a la Embajada estadounidense en Beirut preguntando por sus familiares en el país, y desde allí les dicen que no pueden hacer nada por ayudarlos. EEUU a día de hoy dice apoyar un alto el fuego que permita tomar una solución diplomática a la crisis, pero el pasado jueves Israel anunció que Biden le había asegurado un paquete militar por valor de casi 9.000 millones de dólares.
Cuando se terminó de escribir este artículo, Israel ya había anunciado que se estaba preparando para la invasión terrestre del país.
Por eso, muchos libaneses-estadounidenses ven a Biden y su gobierno como responsables. Y eso perjudica a la campaña de la vicepresidenta Kamala Harris, que necesita el voto de esta comunidad para ganar en el estado clave de Míchigan. Según las últimas encuestas, recopiladas por el portal FiveThirtyEight, a día de hoy Harris vencería a Donald Trump en Michigan con casi dos puntos de ventaja (48,1% frente a 46,3%), pero a finales de julio era el expresidente el que iba por delante en el estado.
"Votar ahora por Harris se siente como votar por Trump en 2016. No puedes decir que vas a votar a Harris porque da vergüenza", ha dicho al Washington Post Mustapha Hammoud, miembro del Ayuntamiento de Dearborn y que se consideraba demócrata "hasta hace poco". "He sido demócrata durante muchísimo tiempo hasta hace poco, porque siempre creí en los valores del Partido Demócrata. Pero no puedo apoyar esto".
Entonces, ¿a quién va a votar la comunidad árabe de Míchigan? De acuerdo con una encuesta realizada en mayo por el Instituto Árabe Americano, el 40% de la comunidad dice que "no está del todo entusiasmada" con el hecho de votar en noviembre, y otro 21% manifiesta estar "no realmente entusiasmado", lo que dispara el porcentaje de voto entre quienes no saben por qué partido votarán.
Además, la misma encuesta mostró que el 80% de los árabes americanos decían tener una visión poco favorable del presidente Joe Biden, frente al 50% que decían lo mismo de Donald Trump. Como la encuesta se realizó en mayo, no hubo preguntas que hicieran referencia a la vicepresidenta Kamala Harris, desde agosto candidata presidencial del Partido Demócrata.
Sin embargo, la muestra proporciona un dato importante. Cuando se les preguntaba a los encuestados el por qué de la baja valoración de Biden, el 88% de la comunidad árabe hablaba de Gaza y estaba en desacuerdo con el modo en el que el presidente ha gestionado la guerra. Como muchos otros estadounidenses, los árabes también están en contra del apoyo de Biden al Israel que está haciendo la guerra en Gaza.
Junto con Michigan, los swing states o estados clave en los que no está claro qué partido podría ganar son Wisconsin, Pensilvania, Arizona y Georgia. Son esos estados a los que hay que atender cuando se consulten las encuestas, porque el resultado de las elecciones no lo decidirá el voto popular a nivel nacional, sino el de esos territorios. Por el momento Harris tiene cierta ventaja, además de en Míchigan, en Wisconsin y Pensilvania, lo que podría darle la mayoría del colegio electoral, algo que sin duda preocupa a Trump.
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