El expresidente estadounidense Donald Trump presentó hace un mes su nueva aventura empresarial: un negocio de criptomonedas. Para sorpresa de muchos, el magnate está lanzándolo semanas antes de las elecciones a las que se vuelve a presentarse como presidente, pese a los conflictos de intereses que podrían generarse si gana. El movimiento podría ser simplemente una estrategia para captar votos entre los 50 millones de ciudadanos estadounidenses que poseen criptomonedas, según una encuesta encargada por Coinbase, 18 millones según la Reserva Federal, o una alternativa profesional por si no resulta elegido.

"Son muchos votantes", le dijo Ryan Selkis, un ejecutivo del sector en uno de los eventos que Trump viene celebrando en su mansión de Mar-a-Lago (Florida) con cientos de personalidades interesadas en los tockens coleccionables NFT y en las criptomonedas. El sector se muestra más o menos favorable a votar al republicano después de que el presidente Joe Biden haya tomado fuertes medidas para controlar a las cripto, presentando cargos criminales contra algunos de los líderes del sector y con la Comisión de Bolsa y Valores del país (SEC, por sus siglas en inglés) persiguiendo casos que incluso podrían sacar a las empresas de los EEUU.

Sin embargo, Trump no siempre ha estado en el bando de las criptomonedas. El expresidente ha experimentado una fuerte "conversión" al pasar de decir que el bitcoin era una estafa a convertirse en un amante del dinero digital, al menos de cara al público. En las últimas semanas, ha dicho quiere convertir Estados Unidos en la "capital mundial de las criptomonedas", ha hablado en importantes foros del sector y ha recibido donaciones de ejecutivos de la cripto, además de protagonizar streams o programas en directo donde junto a sus hijos cuenta cómo la criptomonedas van a transformar el sistema financiero estadounidense. "Las criptomonedas son una de las cosas en las que tenemos que entrar, nos gusten o no", ha asegurado.

Como en todo lo demás, la familia de Trump está en el negocio, empezando por sus hijos, Donald Trump Jr, Eric y Barron Trump. Junto a ellos, más dos emprendedores del sector, Chase Herro y Zachary Folkman -este último es conocido por dar clases sobre cómo seducir a las mujeres-, el magnate presentó su negocio de criptomonedas un día después del segundo presunto intento de asesinato que vivió mientras jugaba al golf en Florida a mediados de septiembre.

Los Trump llevaban calentando el terreno desde el verano, pero no fue hasta agosto cuando dieron a conocer World Liberty Financial, una crypto venture que empezó hace diez meses pero aún no ha comunicado cuál es su finalidad ni qué busca conseguir. En teoría se tratará de una plataforma de borrowing y lending de criptomonedas, según fuentes cercanas a la compañía citadas por el New York Times, que permitirá gestionar inversiones de criptomonedas que estén en plataformas diferentes. Además, incluso podría lanzar su propia criptomoneda, que se llamaría WLFI. Según mensajes de su canal de Telegram, la empresa busca conseguir la popularización de las stablecoins, un tipo de criptomonedas.

Los compañeros de viaje de Trump

Este nuevo impulso que el Partido Republicano busca dar a esta parte del sector tecnológico-financiero llega años después de que Sam Bankman, fundador de la plataforma de intercambio de criptomonedas FTX y quien se encuentra cumpliendo pena de 25 años de prisión por fraude, gastase millones de dólares en apoyar a ambos partidos en 2022, con el objetivo de preparar el terreno político para facilitar la regulación relativa a las criptomonedas. Este año, de hecho, y aunque al Partido Demócrata se le percibe como anticripto, varios medios han publicado que miembros del equipo de Biden han contactado a Coinbase y Ripple para hablar de políticas públicas ligadas a las cripto.

Genera más inquietud con quiénes se ha aliado Trump para este negocio. Chase Herro y Zachary Folkman son conocidos emprendedores del sector que ya han hecho negocios juntos en las Islas Vírgenes y en Puerto Rico, un paraíso para los fans de las criptomonedas por sus exenciones de impuestos -por eso, es donde vive legalmente el segundo-. El primero ha dicho que su objetivo es conseguir que el "americano corriente" tenga acceso a las cripto y describe las stablecoins como "la mayor innovación desde el pan de molde". Tiene una condena por drogas que lo llevó a la cárcel, pero después dio un vuelco a su vida. Por otro lado, un protagonista inesperado de la empresa es Barron Trump, el hijo menor del expresidente y quien según el magnate ya tiene cuatro carteras y -a sus 18 años- es un "entusiasta" de la criptos.

¿Y qué hay de esos posibles conflictos de interés? La impresión de los expertos es que estos negocios de Trump podrían causarle serios problemas si el presidente tiene importantes intereses en empresas al mismo tiempo que se encarga de sacar adelante legislación relacionada, que hoy por hoy es bastante restrictiva con las criptomonedas. El magnate ya ha criticado a la SEC diciendo que es "demasiado hostil", llegando incluso a alarmar a quienes lo apoyan en la industria. Otro negocio que si Trump llega a la Casa Blanca podría generarle problemas similares es su red social: el expresidente es el dueño de Trump Media & Technology Group, una compañía cotizada que salió a bolsa este verano y que se encuentra detrás de Truth Social, la página de microblogging que creó tras ser expulsado de Twitter. El expresidente es el dueño de 115 millones de acciones, más de un 56% del total, según declaró la propia empresa a la SEC.