Quedan 14 días para las elecciones presidenciales en EEUU y las encuestas están más ajustadas que nunca. Pese a que Kamala Harris ha recaudado más dinero que ningún otro candidato en la historia en sus tres meses de campaña; pese a la condena de Donald Trump y los juicios que tiene pendientes; pese a la retirada de Joe Biden de la carrera presidencial, ambos candidatos están empatados en los estados clave y dispuestos a redoblar sus esfuerzos en las dos semanas que quedan. Eso implica más escenas como la de Trump “trabajando” en un McDonald's de este fin de semana, pero también más insultos, giros de guion y famosos implicados. A partir de ahora, más que nunca, todo vale para ganar.

"Me encanta McDonald's. Y creo que es inapropiado que alguien diga por todas partes que trabajó en un McDonald's cuando nunca trabajó en un McDonald's", dijo Trump este domingo, cuando pasó unos minutos vestido de trabajador de la famosa cadena de hamburguesas en Filadelfia (Pensilvania), friendo patatas fritas y entregando pedidos a los clientes que se acercaban en coche a verlo. El expresidente acaparó toda la atención con sus vídeos y fotos en el restaurante, y utilizó la ocasión para cargar contra su oponente, quien asegura que trabajó en la misma cadena en Alameda (California), durante un verano mientras estudiaba universidad, pero nunca ha dado datos concretos de cuánto tiempo lo hizo o en qué restaurante.

El expresidente también acaparó todos los titulares al ponerse a bailar sus canciones favoritas durante 40 minutos en mitin en Pensilvania, después de que una asistente se marease y necesitase atención médica. El jueves, Trump estuvo con un barbero del Bronx (Nueva York), en otro intento por mostrarse cercano y como un ciudadano más, aunque los demócratas insistan en que es un empresario al que solo le preocupan sus amigos multimillonarios. Pero no solo ha subido el tono del lado de la escenificación, también lo ha hecho del lado dialéctico. Ha dicho que Harris es una "vicepresidenta de mierda", retórica que su oponente está utilizando para insistir en la idea de que es un candidato “inestable”, poco serio y que supone un riesgo "extremadamente importante" para el país si vuelve a la Casa Blanca. 

Harris es una "vicepresidenta de mierda" (Trump)

Kamala Harris junto al músico estadounidense Stevie Wonder (al piano), que le canta cumpleaños feliz en una iglesia de Jonesboro, Georgia.
Kamala Harris junto al músico estadounidense Stevie Wonder (al piano), que le canta cumpleaños feliz en una iglesia de Jonesboro, Georgia. | EFE/@kamalaharris

Como parte del mismo juego, el multimillonario Elon Musk ha prometido sortear un millón de dólares al día hasta el 5 de noviembre entre votantes registrados en estados clave, siempre que firmen una petición relacionada con libertad expresión y con el derecho a llevar armas. El fundador y empresario de Tesla y SpaceX lo enmarca como una iniciativa de “apoyo a la Constitución”, pero los críticos advierten de que podría constituir un delito, porque la ley recoge que quien "haga u ofrezca hacer un gasto a cualquier persona ya sea para que vote o retenga su voto, o para que vote a favor o en contra de cualquier candidato" podrá hacer frente a multas o penas de prisión, según ha recogido EFE

De su lado, lo más extravagante que ha hecho Kamala Harris ha sido aparecer con el músico Stevie Wonder en la celebración de su 60 cumpleaños, este pasado domingo en el estado (clave, cómo no) de Georgia. El equipo de campaña también compartió cómo la sorprendió decorando la cabina del Air Force Two con globos blancos y dorados y una tarta, en un momento de "relax" antes de la intensa semana que tiene por delante, donde pasará por Pensilvania y de nuevo volverá a Georgia.

Unas encuestas más ajustadas que nunca

La vicepresidenta y candidata demócrata y el expresidente están prácticamente empatados no solo en intención de voto en el conjunto del país, sino también en los siete estados clave que van a decidir estos comicios. En Estados Unidos la mayor parte de los estados parten con un favorito muy claro y por tanto la batalla se centra en los que no lo tienen: Wisconsin, Michigan y Pensilvania, en la región norteña e industrial del Cinturón del Óxido, y Arizona, Georgia, Carolina del Norte y Nevada, en el llamado Cinturón del Sol al sur del país. Esa es la razón por la que ambas campañas estén centrando sus esfuerzos, tiempo y dinero en estos siete estados, que se conocen como bisagra, morados o balancín (swing).

Material promocional de Donald Trump a las afueras de un mitin en Lancaster, Pensilvania.

Según la media de encuestas que elabora FiveThirtyEight, hoy por hoy Trump ganaría las elecciones en Pensilvania (por 0,3 puntos), Georgia (1,5), Arizona (1,9) y Carolina del Norte (0,8), mientras que Harris vencería en Wisconsin (por solo 0,3 puntos), Michigan (0,2) y Nevada (0,7). Kamala Harris lleva semanas comportándose mucho mejor en estos sondeos que cuando Biden era el candidato, mientras que Trump apenas ha cambiado de posición en los últimos meses, pero estas semanas el empresario se ha comido la ventaja que ella le venía sacando, lo que podría significar que los indecisos pueden decidir un resultado final que va a depender de muy pocos votos. Ellos son, por tanto, el gran foco de ambas campañas, que saben que identificarlos y convencerlos va a ser crucial.

Unos pintauñas de la marca Colors for Kamala, creada en apoyo a la vicepresidenta por Amy Rosenthal
Unos pintauñas de la marca Colors for Kamala, creada en apoyo a la vicepresidenta por Amy Rosenthal. | EFE/EPA/ALLISON DINNER

Sobre todo son jóvenes y no blancos: según una encuesta llevada a cabo por el Washington Post entre los indecisos de los estados clave, el 43% de quienes tienen entre 18 y 25 años no saben a quién votar, y lo mismo les sucede al 34% de los no blancos. Entre los votantes negros, el 21% no ha decidido su voto, más que en ningún otro colectivo. Además, Kamala Harris está centrando sus esfuerzos en los hombres con educación superior y también en las mujeres que históricamente han votado por los republicanos pero no se sienten cómodas apoyando a Trump. Según otra encuesta del New York Times y Siena College, los votantes indecisos son a día de hoy 1,2 millones.

Es importante mirar las encuestas también con esa perspectiva. A día de hoy, Harris está 24 puntos por delante entre los votantes latinos de Arizona y 16 en Nevada -de nuevo, dos estados clave-, en lo que supone casi un empate con su predecesor hace cuatro años; y está a 70 puntos de ventaja de Trump en los votantes negros, que son un tercio del electorado de Georgia y un quinto del de Carolina del Norte -asimismo, estados decisivos-. Ella lidera las encuestas realizadas a mujeres por siete puntos, mientras que él gana entre los hombres en el mismo porcentaje. Entre los jóvenes hay más diferencia: ella le saca 20 puntos, y también gana entre los votantes con estudios universitarios.

Una financiación récord que no decanta las encuestas

Kamala Harris ha recaudado más de mil millones de dólares en los menos de tres meses que lleva como candidata demócrata a las elecciones, un hito histórico en tan poco tiempo. Nadie ha recaudado nunca tanto dinero tan rápido. Es más de lo que Trump ha recaudado en todo el año, alrededor de 853 millones y lo mismo que lo que él recopiló durante años de cara a la anterior campaña, aunque no hay que olvidar que la financiación no lo es todo: él ganó las elecciones en 2016 pese a que Hillary Clinton, su rival, recaudó y gastó más dinero que él.

El equipo de campaña de la vicepresidenta está usando esos fondos en anuncios de televisión y digitales, y en personal, siempre con mayor hincapié en los estados clave. Trump, por su lado, está recaudando dinero de millonarios como Elon Musk, y a través de otros empresario que están donando dinero al super PAC Make America Great Again, que recibió 25 millones del millonario Timothy Mellon, quien este año ya ha donado otros 115 millones.