A cuatro días para que tengan lugar las elecciones estadounidenses, Donald Trump se ha comido la victoria que Kamala Harris había conseguido y ahora el empate es casi total. Si bien ella lidera por muy poco la intención de voto a nivel nacional, eso no es lo que decidirá el resultado de la batalla, y diferentes pronósticos apuntan al expresidente como ganador si consigue resultar vencedor en todos los estados clave en los que las encuestas le dan a día de hoy la victoria.

Este jueves la diferencia entre ambos candidatos es la más pequeña desde que empezó la carrera presidencial en el mes de agosto, cuando la vicepresidenta Harris sustituyó al presidente Joe Biden como la aspirante demócrata a liderar el país los próximos cuatro años. Los estados clave o bisagra que probablemente decidirán la presidencia continúan tan ajustados que "ningún candidato tiene una ventaja material suficiente", escribe Nate Cohn, el analista político jefe del New York Times. Pero vamos a analizar las encuestas un poco más en detalle.

Kamala Harris lidera este jueves las encuestas de intención de voto a nivel nacional, pero lo hace por menos de un punto porcentual en la del Times, y por 1,2 puntos en la reputada web especializada en encuestas FiveThirtyEight. En ambos casos es su menor ventaja desde mediados de agosto. Alguna otra, como la de Atlas Intel, le da a la afroamericana 1,7 puntos de ventaja a nivel nacional, pero, de nuevo, estos votos no decidirán las elecciones, porque el sistema electoral estadounidense no da la victoria a quien gana en votos, sino a quien obtiene más delegados en el Colegio Electoral. En 2020, Hillary Clinton consiguió un 48% del total de los votos frente al 46% de Trump, pero venció él, al lograr más delegados.

El Colegio Electoral lo conforman 538 delegados de los que cada estado elige un número determinado en base a varios criterios. Por poner un ejemplo, Texas escoge a 40 delegados y Nuevo México escoge a cinco. Para que un candidato llegue a presidente, necesita superar los 270 delegados. Y es aquí donde entran los estados clave: en Estados Unidos, lo normal es que la mayoría de los estados voten siempre al mismo partido, con lo que la verdadera batalla se libra en los que pueden caer de cualquiera de los dos lados. En esta ocasión son siete los estados decisivos, balancín o bisagra: Georgia y Carolina del Norte, al sureste del país; Míchigan y Wisconsin, en el medio oeste o midwest; Arizona y Nevada, en el suroeste, y Pensilvania, en el noreste.

Trump ganaría en cuatro de los siete estados clave

Ahora sí, volvamos a las encuestas. Si se cumple la previsión del New York Times y Trump gana en Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia y Arizona, cuatro de los siete estados decisivos, el magnate ganaría las elecciones puesto que conseguiría 281 votos del colegio electoral, por encima del mínimo necesario de 270. A la misma conclusión llega FiveThirtyEight, pero, de nuevo, por los pelos: su conclusión es que Trump tiene un 51% de probabilidades de ganar las elecciones frente al 48% de Harris. Esto significa que ambos tienen las mismas probabilidades de gobernar el país que de sacar cara o cruz al lanzar una moneda al aire.

La carrera estaría especialmente apretada en Georgia y Carolina del Norte, los dos estados del sureste, según una nueva encuesta de CNN elaborada por SSRS. La muestra revela que Trump está un punto por delante de Harris en Georgia y ella lidera por lo mismo Carolina del Norte, pero ambos resultados están dentro del margen de error de los estados, con lo que no está nada claro el resultado. Georgia siempre ha votado republicano desde 1992 (Bill Clinton), salvo por 2020, que optó por Joe Biden, mientras que Carolina del Norte también ha preferido a los candidatos republicanos en todas las elecciones desde 1980 salvo en 2008, cuando optó por Barack Obama. En ambos casos los presidentes demócratas se llevaron el estado por menos de un punto porcentual, esto es, pocos miles de votos.

A día de hoy, más de 58 millones de personas ya han votado anticipadamente, tanto por correo como en persona en los miles de puntos de votación que llevan semanas abiertos en todo el país. Votar antes de las elecciones ya era algo común, pero se popularizó durante la pandemia, cuando el porcentaje de "votantes tempranos" pasó del 40 al 70%. En las últimas elecciones, las de medio mandato de 2022, la mitad de los votos se depositaron de forma anticipada. Y en esta ocasión el entusiasmo vuelve a ser alto, con estados clave como Georgia y Carolina del Norte ya han batido récords en este sentido en solo los primeros días, así como en Pensilvania.

¿Qué pasa si las encuestas se equivocan?

Las encuestas intentan predecir el resultado de las elecciones, pero no podemos esperar que acierten de pleno. Por eso, analistas y medios de comunicación están elaborando predicciones alternativas para tratar de dar con el posible resultado. Sin embargo, en esta ocasión ese tipo de "cocina" aporta más confusión que claridad.

En el caso de que las encuestas estén subestimando a los votantes de Harris, cabría la posibilidad de que ella gane Carolina del Norte, Nevada y Wisconsin -los tres estados en los que ambos candidatos están a menos de un punto de diferencia- y en ese caso ganaría las elecciones con 273 votos del colegio electoral, de acuerdo con los cálculos del Times. En caso de que las muestras estén infraestimando a Trump, él podría ganar incluso en todos los estados clave, los siete, lo que le daría una victoria muy amplia, de 312 puntos en el colegio electoral.

"En los siete estados clave que es probable que decidan el resultado de estas elecciones, las encuestas están tan remarcablemente ajustadas que ningún candidato tiene una ventaja significativa en este último tramo. Pero si se equivocan incluso por un pequeño margen, es posible que cualquiera de los dos candidatos se lleve la mayoría o todos estos estados", recalca la editora del Times Ruth Igielnik.