Más de 75 millones de estadounidenses ya han depositado su voto. A dos días de las elecciones, el voto anticipado registrado alcanza casi la mitad del total de votos registrados en las últimas elecciones presidenciales del país, las de 2020 (48% de aquellos 154,6 millones), unas cifras que han sorprendido a los expertos.

En Estados Unidos la costumbre de votar anticipadamente se extendió durante la pandemia del coronavirus y las cifras de esta semana revelan que podría tratarse de un cambio permanente, algo importante en un país con una participación tradicionalmente baja, en parte porque las elecciones tienen lugar en martes, un día laborable. En los años 90, nueve de cada diez electores votaban el día de las elecciones, cuando no era tan fácil depositar el voto antes.

Por el momento el voto anticipado no ha superado al de 2020, cuando votaron de forma anticipada 100 millones de personas puesto que en aquel momento se insistió en utilizarlo para evitar las aglomeraciones y así los contagios del virus, pero sí sobrepasa las cifras del resto de elecciones del país. Ya en las de medio mandato de 2020 casi la mitad de los electores decidieron votar de forma anticipada, sobrepasando con creces las cifras prepandemia.

Las cifras son especialmente significativas en algunos de los estados clave, como Georgia, donde ya han votado el 80% de quienes lo hicieron en 2020 (cuatro millones de electores). En Arizona y Carolina del Norte, casi la mitad de quienes pueden votar ya lo han hecho, mientras que en otros estados (no decisivos) como Connecticut, Delaware y Carolina del Sur las cifras de voto anticipado ya han superado las de las anteriores elecciones.

Varios votantes depositan sus votos de forma anticipada en Atlanta, Georgia.
Varios votantes depositan sus votos de forma anticipada en Atlanta, Georgia. | EFE/EPA/ERIK S. LESSER

Trump ha demonizado el voto anticipado

Donald Trump y en general el Partido Republicano han pasado años insistiendo en que votar de forma anticipada, ya fuese por correo o en persona, era mucho menos fiable que hacerlo el día de las elecciones, y esa es otra razón por la que estas cifras son sorprendentes. Tan solo hace unos días el expresidente ha cambiado de opinión y ha empezado a mostrarse más abierto con esta forma de votar.

"Si ya te ha llegado la papeleta, devuélvela inmediatamente", dijo hace unos días en Atlanta. "Si no, ve a las urnas mañana, tan pronto como puedas, y vota". Sin embargo, el fin de semana pasado en Detroit criticó el método, llamándolo "ridículo" y aplaudiendo que en las elecciones en Francia no exista el voto anticipado. "Tenemos que acabar con el voto por correo", dijo asimismo en julio. En una entrevista reciente en Fox dijo que no se fiaba del voto por correo pero que prefería no desanimar a la gente a usarlo.

En cambio, los demócratas venían promoviendo el voto anticipado porque saben que una alta participación les favorece, y han comprobado que el electorado suele encontrar dificultades para hacerlo el día de las elecciones -largas colas, problemas para "escaparse" del trabajo para votar, problemas personales o familiares-, con lo que llevan semanas pidiendo a sus seguidores que entreguen sus votos lo antes posible.

Según las cifras que ha recopilado el laboratorio electoral de la Universidad de Florida, quienes ya han depositado sus votos son más demócratas que republicanos, pero con una ligera ventaja (37,9% frente a 36,2%). Sin embargo, hay que recordar que no todos los estados publican sus cifras de participación, lo que podría estar distorsionando estas aproximaciones, y que quienes están registrados como demócratas y como republicanos en dichos partidos no tienen por qué votar en consecuencia, aunque es lo más habitual.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que aunque las cifras del voto anticipado sean récord, hay estados que no permiten contar esas papeletas hasta el día de las elecciones, lo que podría retrasar el resultado de las elecciones para el conjunto del país. En 2020, las elecciones fueron en martes y no se conoció el resultado oficial hasta el sábado a mediodía porque el recuento en Pensilvania fue lento, y fue el estado que decidió quién sería el presidente.