Las elecciones estadounidenses son ya este martes y pese a que casi han sido dos años de campaña electoral, aún quedan muchas preguntas que contestar. ¿Qué se juega el país? ¿Cuándo se conocerá el resultado? Donald Trump viene amenazando con que llevará a los tribunales todos los recuentos que crea sospechosos, ¿qué sucederá si se judicializa el proceso? ¿Puede haber violencia? Intentamos contestar a estas y otras preguntas sobre esta jornada histórica.
¿Qué se juega Estados Unidos en estas elecciones?
Este periódico ya analizó este fin de semana el posible impacto mundial, económico y nacional de que Donald Trump gane las elecciones o de que lo haga Kamala Harris, también en Oriente Próximo. El expresidente ha presumido de estar detrás de la sentencia que terminó con el derecho al aborto a nivel nacional, ha prometido eliminar cualquier tipo de financiación a Ucrania, imponer aranceles a todos los productos que lleguen de fuera y llevar a cabo la mayor deportación de la historia. También se ha jactado de que el cambio climático es un invento, diciendo que no permitirá que se destine dinero a revertirlo y que saldrá del acuerdo de París.
De su lado, la vicepresidenta promete recuperar el derecho al aborto, aumentar el gasto público para mejorar la sanidad, la vivienda y los cuidados infantiles, y también ha defendido la construcción del muro. Sin embargo, no hay que dejar de lado que uno de los temas más trascendentales que definirán estas elecciones será si los estadounidenses continúan confiando en las instituciones, incluyendo el sistema de justicia, después de una campaña en la que el desafío a las leyes ha sido la tónica común del discurso de Donald Trump.
¿Por qué se prevé un resultado tan ajustado?
Las encuestas revelan una diferencia de 0,9 puntos entre la posibilidad de que gane Harris y la de que gane Trump. Es lo más ajustado que han estado durante toda la carrera presidencial, y lo mismo sucede si se atiende al resultado por estados. Todo apunta a que la clave, a menos que fallen las encuestas, estará en los siete estados bisagra o decisivos, esos que no suelen votar siempre republicano o siempre demócrata. Son Arizona, Nevada (al oeste del país), Georgia, Carolina del Norte (costa este), Pensilvania, Míchigan y Wisconsin (al norte, parte del antes llamado blue wall o muro azul). Dependiendo de cómo se vote en esos estados tanto Trump como Harris podrían ganar holgadamente o, por el contrario, incluso podrían empatar. Hoy no puede descartarse ningún escenario.
¿Cuándo se conocerá el resultado?
Lo más probable es que la noche electoral no se conozca al ganador. En las elecciones de 2020, cuando la carrera también estuvo muy ajustada, el resultado no se supo hasta el sábado, esto es, cuatro días después de las elecciones. Esta vez, la campaña demócrata ha comunicado que prevén que los resultados de Pensilvania, Winsconsin, Arizona y Nevada se retrasen hasta después del miércoles. En cambio, en Georgia, Carolina del Norte y Míchigan sí esperan que se conozcan la noche de este martes.
"Creemos que está carrera va a ser increíblemente reñida, por lo que es posible que no sepamos los resultados finales de esta elección durante varios días", ha dicho Jen O'Malley Dilon, la directora de la campaña de Harris, en una llamada con periodistas a la que ha asistido la agencia EFE. "Estamos concentrados en mantener la calma y la confianza durante este periodo", añadió, haciendo referencia a la posibilidad de que los republicanos se proclamen ganadores antes de tiempo.
¿Qué pasa si Trump se declara presidente antes de que haya terminado el recuento?
Ese es el principal miedo de los demócratas y la administración. La estrategia por el momento es pedir calma y paciencia hasta que el recuento haya avanzado, según han comentado miembros de la campaña de Harris y del partido a Reuters. El propio Trump la semana pasada afirmó ante periodistas que espera declararse ganador la noche electoral, pese a que los expertos están insistiendo en que probablemente el recuento lleve varios días. Parte del problema está en que el ganador de las elecciones estadounidenses lo suelen dar a conocer los medios de comunicación, que analizan los votos procedentes de los trabajadores electorales, pero no hay ningún sitio donde seguir el recuento de forma oficial, lo que contribuye a ese clima de escepticismo.
¿Se prevé violencia?
Las administraciones locales y regionales están reforzando las medidas de seguridad en los colegios electorales porque han recibido amenazas y ya saben lo que sucedió en 2020. Esas medidas incluyen instalar francotiradores en los tejados cercanos a los colegios clave si es necesario, crear "botones de pánico" para que los trabajadores puedan avisar rápidamente si hay una emergencia y activar drones que sobrevolarán los colegios.
Algunos gobernadores y secretarios de Estado irán mañana más protegidos que nunca, se ha movilizado a mucha más policía que en anteriores elecciones y también se ha activado la policía federal. En Washington, todos los principales edificios administrativos, incluyendo la Casa Blanca, el Capitolio y el monumento a Abraham Lincoln, se han protegido con largas vallas, al igual que otros edificios estatales, como las cámaras de representantes, en todo el país.
¿Y si se judicializa el proceso?
Ya en 2020, los abogados de Trump presentaron decenas de demandas en tribunales en todo el país alegando "fraude electoral", aunque al final la mayoría de esos recursos fueron desestimados por jueces a nivel federal y estatal. Se espera que esta vez pase lo mismo. Si eso sucede, habrá que esperar a que se resuelvan las demandas, lo que podría tardar semanas, como sucedió en el año 2000. Es posible que incluso el Tribunal Supremo tenga que intervenir, pero eso solo dependerá de si el resultado es más o menos claro.
¿Quiénes van a decidir las elecciones?
En Estados Unidos es habitual que determinados colectivos no acudan a las urnas tanto como otros, es por eso que ambas campañas han gastado miles de millones en intentar ganarse sus votos. Es el caso de las mujeres, que serán trascendentales en unas elecciones en las que el aborto es uno de los temas más importantes, si no el que más, al tener lugar después de que el Tribunal Supremo anulase la sentencia Roe vs Wade, que acabó con el derecho constitucional de abortar en EEUU gracias a los votos de tres jueces nombrados por Donald Trump.
También será el caso de los latinos, que suponen una quinta parte de los electores estadounidenses y por tanto tendrán un papel decisivo en esta carrera presidencial. Además, los latinos son especialmente numerosos en cada uno de los estados clave, lo que explica por qué ambas campañas se han centrado tanto en ellos. Sin embargo, después de que un cómico bromease en un mitin de Trump con que Puerto Rico es una "isla flotante de basura" y provocase el enfado de un sinfín de estrellas hispanas, los republicanos están más nerviosos que confiados. ¿Se volcarán los latinos con Kamala Harris en protesta? Esta semana lo sabremos.
¿Qué implica el auge del voto anticipado?
Este domingo se supo que más de 75 millones de estadounidenses ya habían depositado su voto, que suponen casi la mitad del total de votos registrados en las últimas elecciones presidenciales del país, las de 2020, y un aumento sin precedentes con respecto a los comicios anteriores a la pandemia, cuando se popularizó votar antes del día de las elecciones. Son unas cifras que han sorprendido a los expertos y que podrían ser buenas noticias para los demócratas: según las cifras que ha recopilado el laboratorio electoral de la Universidad de Florida, quienes ya han depositado sus votos son más demócratas que republicanos, pero con una ligera ventaja (37,9% frente a 36,2%).
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