El expresidente estadounidense Donald Trump lidera la carrera por la Casa Blanca. Aunque aún no se han definido todos los estados clave que pueden dar la vuelta al resultado puesto que en muchos quedan miles de votos por contar, por el momento Trump va por delante en esos siete estados conocidos como bisagra o decisivos y ya ha ganado Georgia, Carolina del Norte y Pensilvania, con lo que está a tres electores del colegio electoral para ser presidente. Así, los datos son suficientes para que ya se haya vaciado el campus de la Universidad de Howard (Washington DC), donde la vicepresidenta Kamala Harris planeaba dar su discurso de esta noche, y también para que el magnate ya se haya proclamado el ganador de las elecciones desde Palm Beach (Florida).
En 2020, Joe Biden se llevó seis de los siete estados clave, con solo Carolina del Norte cayendo del lado de Trump, lo que da una idea del vuelco que podría haberse producido de unas elecciones a otras. Entonces, el resultado estuvo tremendamente ajustado y no se definió hasta el sábado, cuatro días después de los comicios. En esta ocasión, las encuestas apuntaban a una situación muy parecida, en la que el ganador podría no proclamarse hasta pasados días. Nadie esperaba que el vencedor pudiese conocerse en la misma noche electoral, tampoco nadie pronosticaba una victoria tan amplia para el magnate.
El optimismo había cundido entre las filas demócratas, y el nerviosismo entre las republicanas a lo largo de las últimas semanas, pero desde que se cerraron los colegios electorales la sensación ha sido la contraria. Trump lleva liderando el recuento toda la noche y a esta hora el expresidente cuenta con 267 de los 270 delegados que necesita para hacerse con la presidencia, mientras que Kamala Harris reúne 224, según el recuento llevado a cabo por la agencia de noticias Associated Press, ya que no existen cifras oficiales a nivel nacional.
Dependiendo de cómo evolucione, el conteo terminará esta noche o podría seguir en los próximos días, hasta que uno de los dos consiga los 270 votos electorales necesarios para asegurarse la mayoría del colegio electoral. Si a los de Kamala Harris les queda alguna esperanza es que los republicanos no han dado la sorpresa en ningún feudo demócrata -tampoco al revés-, con lo que todo se definirá en las próximas horas.
Trump se lleva Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania
Los estados clave ya del todo definidos son Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania. El primero suele votar republicano, con la excepción de 2008, cuando optó por el demócrata Barack Obama para liderar el país. Con aproximadamente el 96% de los votos contados, Trump se llevaría el estado por un ajustado 51,2% del total, frente al 47,6% de Harris, lo que supone una diferencia de apenas 200.000 votos. En el caso de Georgia, Donald Trump se ha proclamado ganador por el 50,9% de los votos frente a los 48,4% de Harris y una diferencia de 110.000 votos, con el 94% escrutado.
De su lado, Pensilvania ha elegido a Trump como su ganador con el 51% de sus votos, lo que hace más que probable que el expresidente regresase a la Casa Blanca. Sin embargo, aún queda una pequeña posibilidad para Kamala Harris: que gane el resto de estados clave que quedan por decidirse, puesto que sumaría los delegados suficientes para proclamarse ganadora.
En los llamados estados azules -Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, porque allí suele ganar el Partido Demócrata- los datos apuntan a una victoria de Trump pero por el momento ajustada, con diferencias de entre 100.000 y 200.000 votos en los tres casos. En Arizona la situación es todavía más justa, porque solo se ha escrutado el 50% y a ambos candidatos los separan 2.000 votos de diferencia. Los datos apuntan a que las posibilidades de Kamala Harris de ganar la presidencia son cada vez menores, pero aún no es del todo imposible.
En el Congreso y el Senado se da una situación similar, con los republicamos liderando ambas carreras y los demócratas perdiendo las esperanzas por momentos, puesto que muchos de los escaños que esperaban poder disputar han quedado lejos de su alcance. A esta hora, los republicanos ganarían la mayoría de asientos en disputa en estas elecciones del Senado -un tercio del total-, con 51 sobre los 42 que sacarían los demócratas. Si mantienen esa ventaja, ganarían control de la Cámara por primera vez en cuatro años. El partido de Trump también lidera la carrera por la Cámara de Representantes, con 187 escaños republicanos frente a los 162 demócratas.
Unas elecciones marcadas por los avisos de bomba
Los estadounidenses han acudido este martes a las urnas marcando récords de participación, tanto en el voto anticipado como en el presencial del día electoral. Más de 80 millones de personas votaron de forma anticipada, pero decenas de millones esperaron a votar en persona durante esta accidentada jornada, en la que los avisos de bomba han sido una constante en muchos colegios electorales de estados clave, como Georgia, Arizona y Míchigan. Ninguno fue real, pero algunos cerraron más tarde de lo esperado en consecuencia. Las autoridades han atribuido a actores rusos al menos parte de estas acciones.
El nerviosismo también cundía después de que el expresidente Trump haya agitado durante semanas el fantasma del fraude electoral, y animase a sus seguidores a impedirlo, lo que a los demócratas y la administración recordaba al fatídico asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 que terminó con seis muertos. Por eso, Washington reforzó al máximo su seguridad, con incluso sus comercios blindándose con enormes tablones de madera protegiendo sus puertas y ventanas, entre otras medidas. Y este martes algunos temieron lo peor cuando la policía del Capitolio detuvo a un hombre blanco que olía a gasolina y llevaba una antorcha, un mechero y una pistola de bengalas en su centro de visitantes.
Con todo, continúa sin conocerse el resultado de una de las elecciones presidenciales más importantes de la historia de Estados Unidos. Si gana Harris, sería la primera mujer que llega a la Casa Blanca, mientras que si lo hace Trump sería el primer presidente en 120 años que regresa a Washington tras haber sido rechazado en las urnas cuatro años antes.
Desde el inicio de la noche los primeros resultados apuntaron a que Donald Trump ganaría las elecciones: a las 9 de la noche, Donald Trump contaba con 111 delegados de los 270 necesarios para ganar las elecciones, frente a los 38 con los que contaba Harris. Aunque no se había hecho con ningún estado clave, Trump mostraba fortaleza tras ganar Florida por un margen mucho mayor al que consiguió en 2020.
Según esas primeras proyecciones, el expresidente se llevaría todos los delegados de estados previsiblemente republicanos como Alabama, Arkansas, Carolina del Sur, Florida, Indicana, Kentucky, Misisipi, Misuri, Oklahoma, Tennessee y Virginia Occidental, mientras que Harris se llevaba los de Connecticut, el Distrito de Columbia (Washington DC), Maryland, Massachusetts, Rhode Island y Vermont.
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