“Por encima de mi cadáver”. Fue lo que dijo el fiscal general Bill Barr cuando se supo que Donald Trump valoraba nombrar a Kash Patel para su mismo puesto durante su primera legislatura, según consta en sus memorias, donde también recuerda escandalizado que Patel “no tenía ninguna experiencia que le posicione para desempeñar un puesto en el nivel más alto de la agencia más importante para la aplicación de la ley”. Este sábado, Trump comunicó que ha escogido a Patel para que sea el director del FBI durante los próximos diez años.

Washington no consigue entender qué estrategia está siguiendo Trump ni por qué ha escogido a un antivacunas para liderar la Sanidad, a una fan de Putin y del sirio Bashar Asad para estar al frente de la Inteligencia de EEUU o al congresista con peor fama para ser el fiscal general -este ya ha dado un paso atrás-. Una posibilidad es que busque bombardear al Senado con demasiados nombramientos complicados de ratificar, ¿quizás así los senadores se concentren en tumbar los más rocambolescos y aprobar los demás?, y otra, que busque trasladar a la opinión pública la idea de que en este segundo mandato está dispuesto a romper todos los moldes que no rompió en el primero.

La cuestión es que esta vez Trump ha optado por Patel no para la Fiscalía General sino para estar al frente del Buró Federal de Investigaciones (FBI), el servicio de inteligencia nacional de Estados Unidos, una agencia con un presupuesto anual de 11.000 millones de dólares y que el nominado ha pedido cerrar en el día uno del mandato. La última vez lo dijo en una entrevista en septiembre, donde aseguró que su sede debería convertirse en un “museo del Estado profundo”. En la misma entrevista en el Shaw Ryan Show, ridiculizó al FBI por el registro que hizo en 2022 de la casa de Trump en Mar-a-Lago, un caso en el que él testificó a favor de Trump, al igual que en el que está acusado de intentar revertir el resultado de las elecciones de 2020.

Sin embargo, parece que el presidente electo no tiene en la cabeza cerrar el FBI, al menos por el momento. "Kash es un abogado brillante, investigador y luchador de América Primero que ha dedicado su carrera a exponer la corrupción, defender la Justicia y proteger al pueblo estadounidense. Este FBI acabará con la creciente epidemia de crimen en Estado Unidos, desmantelará las bandas de crimen migrante y detendrá el azote malvado del tráfico de drogas transfronterizo", ha dicho Trump en su anuncio en la red social Truth. El expresidente también ha sugerido que para que Patel pueda dirigir el FBI primero debe dimitir Chris Wray, al que eligió en 2017 para un mandato de diez años, y que si no lo hace será despedido.

De abogado de oficio a mano derecha de Trump

¿Quién es Patel? El más leal de los leales a Trump creció en una familia de inmigrantes indios en una ciudad de Long Island, se graduó en derecho en la Universidad de Pace y en historia y justicia penal en la Universidad de Richmond, y después trabajó como abogado de oficio y como fiscal federal. Sus compañeros lo recuerdan como alguien mediocre y con ojeriza por el Departamento de Justicia y sus fiscales, donde solía trabajar, y recalcan que no tiene la experiencia que suelen tener quienes llegan directores del FBI porque no ha desempeñado funciones de gestión, ni en la policía u otros cuerpos o fuerzas de seguridad del Estado. Patel los enfrenta diciendo que hay que “destrozar” el sistema de justicia porque es el arma del estado.

En el anterior mandato del de nuevo presidente electo, Patel ya fue jefe de Gabinete del Pentágono, subdirector Nacional de Inteligencia y director para contraterrorismo del Consejo Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Pero en teoría cuando Patel verdaderamente impresionó a Trump fue al escribir la memoria Nunes, un documento secreto relacionado con la investigación de la Justicia acerca de la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016, que Trump llama el "bulo ruso" porque niega que sucediese. En ese momento, durante el primer mandato de Trump, Patel era parte del Comité Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes y fue una pieza clave a la hora de insistir en que se trataba de una investigación política y que era el Gobierno quien espió a la campaña de Trump.

Durante estos últimos años, se ha dedicado a su consultora, Trishul, a la que ha contratado la red social de Trump, Truth Social, y PACs trumpistas como Save America y Amigos de Matt Gaetz, creado por el excongresista que Trump escogió como fiscal general y ya dado paso atrás. Pero también es conocido por su fundación sin ánimo de lucro, Kash Foundation, que tiene como objetivo ayudar a colectivos como a las familias de los condenados por el asalto al Capitolio, y que pasó de facturar 183.000 dólares en 2022 a 1,3 millones en 2023. Dentro de esa fundación tiene una marca con el logo K$H, con la que la lanzado merchandising como un juego de cartas donde él es el rey y Hillary Clinton es el joker.

Pero quizá lo más llamativo de los negocios recientes de Pavel son sus cuentos infantiles protagonizados por él mismo como un mago que venga al rey Donald. “Es el regalo de broma perfecto para un amigo progresista o un familiar”, ha dicho su autor. Conjura contra el rey es una trilogía que cuenta a los niños las investigaciones del gobierno a Trump desde su punto vista. Los "malos" del cuento son "la reina Hillary" (en inglés, Hillary Queenton"), "el dormilón Joe" (porque así llama Trump al presidente Joe Biden) y "Comma-la-la-la" (por Kamala Harris, que insiste en que su nombre se pronuncia como comma, coma en inglés, y no kama). El primero de los libros cuenta la historia del "malvado plan de Hillary contra Trump y toda su familia" y según Pate es el "primer libro para niños sobre el Russiagate", como llama a cuando el FBI investigó la campaña de Trump de 2016 cuando se le acusó de tener lazos con el Kremlin.

Durante la pandemia también promocionó unas pastillas que, según aseguraba", conseguían ayudar con los efectos negativos de la vacuna del covid-19. "Pide este kit a casa para librarte de los daños de la vacuna", dijo Patel en un post en Truth Social donde enlazaba las pastillas Nocovidium de la empresa Warrior Essentials. Las "pastillas" solo contenían extracto de cúrcuma, té verde y vitamina D. En el plano de las teorías de la conspiración, Patel también defiende QAnon, que sostiene que quienes dirigen EEUU son pedófilos que partifican en una red de tráfico sexual de niños y planifican un golpe de Estado.

Leal entre los leales y enemigo de periodistas

Patel es conocido por haber absorbido rápidamente el discurso de Trump y haberlo repetido mejor que sus asesores más leales. En otra entrevista, afirmó que hay que ir a por los periodistas que han “mentido sobre los americanos” y que “ayudaron a Joe Biden a amañar las elecciones”. “Vamos a ir a por vosotros, ya sea por la vía penal o civil, ya averiguaremos eso”, dijo en una entrevista con Stephen Bannon el año pasado. “Tenemos que poner a patriotas americanos en todos los niveles, de arriba a abajo”, añadió sobre su deseo de limpiar lo público de demócratas, añadiendo que el Departamento de Justicia “irá contra los conspiradores, no solo en el Gobierno sino también en los medios”. Escribió un libro al respecto que después se convirtió en película, Government Gangsters, publicado en 2023, en el que específicamente planifica una purga de trabajadores que no siguen la agenda del presidente.

Parece evidente que Trump ha escogido a una persona que sabe que no va a oponérsele sean cuales sean sus peticiones. De hecho, en 2019 Trump propuso a Patel como "verdugo" de "infieles" de la Casa Blanca, es decir, quería que él y un grupo de asesores se encargasen de cribar a los asistentes y asesores del Gobierno en base a su lealtad. La idea no se llevó a cabo porque se consideró que crearía problemas legales. Pero es complicado acertar hasta dónde llegará en esta ocasión. En caso de que el Senado tumbase otro nombramiento, se da por hecho que al menos Trump le dará un puesto en el Consejo de Seguridad Nacional, organización dependiente del presidente que lo asesora en temas de política exterior y seguridad nacional.