No hace ni doce días que el candidato de Trump a fiscal general tuvo que retirarse, consciente de que el Senado no iba a aprobar su nombramiento, y ya hay otro nominado que pronto podría atravesar la misma situación. Pete Hegseth, el presentador de la Fox elegido por el presidente electo para dirigir el Pentágono, lleva semanas protagonizando titulares tras conocerse que una mujer lo acusó de violarla en 2017, pero no ha sido hasta que se han conocido sus problemas con el alcohol cuando algunos senadores republicanos han empezado a expresar dudas. En Estados Unidos es imprescindible que la Cámara Alta ratifique los elegidos por el presidente para formar parte de su gabinete y otros altos cargos.

"Sé que está saliendo mucha información ahí fuera y yo quiero lo mejor para el presidente, ¿vale? Se merece a un candidato que trabaje para él y que haga lo mejor posible que necesita nuestro país", ha dicho la senadora republicana de Iowa Joni Ernst, que antes sí mostraba un apoyo firme a Hegseth, aunque empezó a mostrar dudas cuando se empezaron a conocer las acusaciones de abuso sexual. "Creo que el FBI va a tener que llevar a cabo chequeos", ha afirmado Roger Wicker, también senador republicano por Mississippi, "prefiero que sigamos con la tradición que ha estado vigente desde la Administración Eisenhower y que se nos informe directamente por parte de la agencia que realiza esos análisis".

Las noticias que se acaban de conocer complican las posibilidades de que el Senado de EEUU apruebe el nombramiento de Hegseth como máximo dirigente de la Defensa del país y también del Pentágono. La revista New Yorker ha publicado que el Ejército tuvo que apartar al nominado dos veces de puestos en organizaciones de veteranos porque fue acusado de malversación, de ponerse agresivo cuando bebía y de comportamiento sexista. Esas acusaciones se suman al ya conocido acuerdo económico al que llegó para comprar el silencio de la mujer que lo acusó de violarla en unas charlas feministas en California. Según el periodista, fue sexo consentido y solo formalizó el trato para que no pusiese en peligro su carrera como presentador en Fox & Friends, pero al Partido Republicano no le ha sentado demasiado bien enterarse de esta información tras el anuncio de su nominación para liderar al Ejército, por mucho que no se presentasen cargos contra él.

El mismo reportaje cuenta cómo tuvieron que sacar al nominado de un homenaje a los veteranos en Virginia Beach en 2014 por estar completamente borracho, y cómo también tuvieron que detenerlo cuando intentaba subirse a bailar con las bailarinas de un club de strippers de Louisiana. Otro de los episodios más repetidos cuenta cómo gritó "¡hay que matar a todos los musulmanes!" en un bar de Cuyahoga Falls en Ohio en 2015 que llevó a que alguien presentase una queja por escrito ante la organización de la que él entonces era CEO, Concerned Veterans for America. También está acusado de haber llevado a la quiebra otra organización similar, Vets for Freedom, cuando él la dirigía.

Y se han conocido historias similares de cuando trabajaba en la televisión. Más de diez compañeros del programa Fox & Friends Weekend han asegurado que su alcoholismo preocupó a la cadena porque solía oler a alcohol antes de empezar el directo y se quejaba de tener resaca, lo que hacía que toda la redacción hablase del tema recurrentemente, temiendo que en alguna ocasión no se presentase -a veces llegaba menos de 20 minutos antes de que comenzase el programa-. Estos comportamientos continuaban sucediendo hace unas semanas, es decir, hasta que Trump lo nombró para dirigir el Pentágono -todo según varios de los compañeros-, mientras que los hechos en las organizaciones de veteranos sucedieron entre 2013 y 2016.

Su adicción al alcohol debería ser inhabilitante"

"De verdad, por el bien de la seguridad nacional, espero que ya haya dejado de beber", ha dicho uno de esos compañeros a NBC. "No debería ser secretario de Defensa, su adicción al alcohol debería ser inhabilitante". El máximo responsable del Ejército de EEUU debe estar preparado para coordinar a las fuerzas armadas ante cualquier posible ataque terrorista a cualquier hora del día, cualquier día de la semana, y periodistas compañeros de Hegseth aseguran que sentían que tenían que ser sus "canguros" porque se veían obligados a llamarlo por teléfono por la mañana para asegurarse de que se levantaba tras haber salido de fiesta la noche anterior. Precisamente motivos similares llevaron a que el Senado rechazase en 1989 al candidato de George HW Bush para el mismo puesto, el senador de Texas John Tower, debido a que también había tenido problemas con el alcohol.

Varios medios de comunicación estadounidenses han conseguido que fuentes cercanas al periodista reconozcan que en el pasado bebía demasiado, aunque su abogado ha negado todas las acusaciones. Las mismas fuentes, sin embargo, aseguran que ya no es el mismo, que ha madurado y que está comprometido con el deber que Trump le ha encomendado, algo que se contradice con las afirmaciones de sus compañeros de Fox. De cara a los senadores, no obstante, tampoco ayuda que pese a que Hegseth es un veterano de guerra que sirvió en Irak y Afganistán, no tiene la experiencia que los senadores esperan del líder del Pentágono, haya criticado el liderazgo del Ejército, haya insinuado que despedirá a generales y también haya lamentado que las mujeres estén en la primera línea de batalla.

Las preguntas a las que el nominado ha tenido que enfrentarse en la mañana de este martes en el Capitolio han sido muy directas. "¿Tiene un problema con el alcohol?", le ha preguntado un periodista, "¿alguna vez estuvo borracho mientras estaba trabajando?", le ha lanzado otro. "No voy a dignificar esas preguntas con una respuesta", ha contestado Hegseth, según ha publicado The Guardian, "estoy hablando con todos los senadores y deseando escuchar lo que tienen que decir". El lunes también estuvo en el Congreso acompañado de su mujer, Jennifer Rauchet, tratando de ganarse el favor de los representantes.

Su madre lo acusa de maltratar a mujeres

Según otra de las informaciones publicadas en los últimos días, la propia madre de Pete Hegseth escribió un email en 2018 asegurando que durante muchos años maltrató a mujeres. "En nombre de todas las mujeres, y sé que son muchas, de las que has abusado de una manera u otra, te pido... consigue ayuda y mírate de forma honesta", le decía Penelope Hegseth, ha publicado The New York Times, en un email que también envió a su esposa de entonces. "No puedo respetar a ningún hombre que menosprecia, miente, engaña, se acuesta con otras y utiliza a las mujeres para su propio poder y ego. Eres ese hombre, lo has sido durante muchos años, y como tu madre me duele y me avergüenza decir esto, pero es la verdad".

En una llamada con el mismo periódico la mujer aseguró la semana pasada que lo que escribió entonces fue fruto del divorcio que estaba atravesando el periodista y dijo que era "de mal gusto" haber publicado el correo, porque ahora su hijo es "un buen padre y marido". La carta la envió cuando la segunda mujer de Pete presentó el divorcio tras conocer que había dejado embarazada a una compañera de trabajo de la Fox -quien tuvo a la niña-. "No se merece nada de lo que tú le has dado, al igual que Meredith", escribió la madre, Penelope, refiriéndose a la primera esposa del nominado, de la que también se separó tras haberle sido infiel, según aparece en la sentencia del juzgado.

En los meses siguientes Hegseth se casó con la compañera de trabajo con la que había tenido a esa niña, Jennifer Rauchet, pero el proceso de divorcio con su esposa Samantha Hegseth fue tan violento que el juez le tuvo que pedir que "parase" de comunicarse de forma "hostil y degradante" con ella, después de que ella presentase mensajes en los que la llamaba "patética y egoísta".