Más de 900 presos están contribuyendo a luchar contra los incendios que hay activos desde el 7 de enero en California. Ante la falta de manos para controlar los fuegos, el estado ha recurrido una vez más a reclusos como parte de un "programa de reinserción" penitenciaria que ha generado importantes críticas. Porque los presidiarios cobran diez dólares al día (unos 9,8 euros al cambio actual), cifra que está por debajo del salario mínimo del estado (16,5 dólares por hora); porque en emergencias anteriores varios han muerto y decenas han resultado heridos, y porque los críticos consideran que el estado no debería sustituir empleo público por voluntarios con baja formación y remuneración.

El debate llega poco después de que California rechazase prohibir la mano de obra "involuntaria" por parte de los presos en las pasadas elecciones presidenciales estadounidense. Colorado prohibió la práctica en 2018 y Nevada lo hizo el pasado noviembre, pero aún así son 12 los estados que pueden obligar a que los presos trabajen en diferentes tareas, algo que muchos consideran una forma de esclavitud.

Actualmente los incendios de Los Ángeles han provocado 24 muertes y arrasado 16.000 hectáreas, y más de 90.000 personas han dejado atrás sus casas.

Bomberos trabajan en una estructura defensiva contra el incendio de Palisades en Los Ángeles, California.
Bomberos trabajan en una estructura defensiva contra el incendio de Palisades en Los Ángeles, California. | EFE/EPA/ALLISON DINNER

"El Departamento de Correcciones y Rehabilitación ha aumentado el número de bomberos presos que ayudan al Departamento Forestal y de Protección contra el Fuego de California en el sur del estado. Este viernes por la mañana, 939 bomberos del campamento de bomberos están trabajando para cortar el avance del fuego y para quitar el combustible y retrasar el avance del fuego, junto con otros 110 trabajadores", explicaba este fin de semana la agencia encargada de las prisiones (CDCR, por sus siglas en inglés), en un tuit.

Según un estudio de la Universidad de Chicago y la American Civil Liberties Union publicado en 2022, en los cinco años previos al informe murieron cuatro presos en este tipo de tareas de extinción y más de mil resultaron heridos. California, sin embargo, considera que los cuatro días de entrenamiento teórico y práctico son suficientes para que apoyen a los bomberos y otros trabajadores de servicio de emergencias en su trabajo. La polémica está servida.

Pero, ¿por qué California recurre a los reclusos para apagar los incendios más graves de su historia? La medida forma parte de un programa del Departamento de Correcciones y Rehabilitación, la agencia del estado que gestiona las prisiones, junto con el Departamento Forestal de California, Protección ante el Fuego y el Departamento contra los incendios del Condado de Los Ángeles. Se trata de una iniciativa en vigor desde 1915, cuya misión es "apoyar a las agencias federales, estatales y locales en su respuesta a emergencias como incendios, inundaciones y otros desastres naturales", y que, según la agencia, arrancó con el objetivo de "proporcionar a los presos la oportunidad de trabajar en proyectos importantes en todo el estado".

El CDCR opera en total 35 campamentos de trabajo de este tipo en 25 condados en California, y asegura ser "responsable de la selección, supervisión y disciplina de los participantes, que están supervisados 24 horas al día, tanto en los proyectos de trabajo como cuando se les asigna a una emergencia. Los únicos requisitos son no estar condenado por violación u otros abusos sexuales, ni por haber provocado incendios o haberse fugado, no ser presos de alta seguridad y haber demostrado "buen comportamiento, habilidad para seguir las normas, y haber participado en programas de rehabilitación". La inclusión en el programa es voluntaria y es imprescindible contar con ocho años o menos de condena pendiente.

Un día de trabajo, dos menos de prisión

Pero los críticos del programa insisten en que es explotación laboral de los presos. La medida desata la polémica por lo mal pagado del peligroso trabajo, que muchos consideran explotación, pero también porque esa experiencia no puede servirles a los presos para conseguir trabajos como bomberos una vez terminen su pena y salgan de la cárcel, ya que son puestos que exigen no tener antecedentes criminales. Lo que sí consiguen es reducir sus penas a través de este tipo de trabajos: por cada día que luchan contra las llamas, tienen que pasar dos días menos en prisión.

Voluntarios se reúnen antes de empezar a limpiar escombros en Altadena, California.
Voluntarios se reúnen antes de empezar a limpiar escombros en Altadena, California. | EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN

"El trabajo de los reclusos se ha usado para responder a emergencias y desastres a nivel nacional durante siglos", ha dicho Bianca Tylek, directora ejecutiva de la organización en defensa de la justicia penal Worth Rises, al medio NPR. Las autoridades insisten en que los presos se apuntan de forma voluntaria -y en que no se enfrentan a ningún tipo de castigo si deciden no hacerlo-, pero Tylek se pregunta hasta qué punto el que sea opcional hace que no sea explotación laboral, especialmente teniendo en cuenta que muchos presos han terminado gravemente heridos, y que suelen cortarse, arañarse, o romperse huesos mucho más que los bomberos profesionales cuando se enfrentan a incendios (cuatro veces más), lo mismo con las inhalaciones de humo (ocho veces más).

Sobre el salario, en su web la autoridad penitenciaria especifica que dependiendo de su nivel formativo, los presidiarios pueden cobrar desde 5,8 dólares a 10,24 por día, más un dólar por hora si se les asigna para trabajar en una emergencia, con lo que estos bomberos cobrarían como mínimo casi 30 dólares al día en caso de que trabajen todo el día. También concreta que pueden trabajar en turnos de 24 horas, tras los que se descansa otras 24 horas, y que todas esas horas se cobran. En contraposición, un bombero recibe un salario base de más de 4.600 dólares al mes, aunque si trabajan en la ciudad de Los Ángeles ganan más de 85.000 dólares al año.

En su defensa, el CDCR argumenta que los presos no usan mangueras ni agua para luchar contra los incendios, sino otras herramientas que los convierten más en personal de apoyo a los bomberos y otros trabajadores que en algo más parecido a los bomberos. E insiste en que a los presos se les entrena en los peligros relacionados con la lucha contra el fuego, enseñándoles cómo prevenir, reconocer y responder a síntomas de enfermedades vinculadas a los incendios, además de entrenarlos de forma física y educarlos en cómo deben hidratarse y nutrirse.

Para la celebrity y activista Kim Kardashian no es suficiente. Ha publicado un comunicado en su Instagram donde pide sueldos más altos para los presidiarios: "He pasado una semana viendo cómo arde mi ciudad. Y he visto y hablado con muchos bomberos que pasan noches enteras utilizando toda su fuerza para salvar a nuestra comunidad. Hay cientos de bomberos presos que están arriesgando sus vidas para salvarnos", ha explicado, lamentando que les paguen "casi nada, cuando ponen en peligro sus vidas, algunos han muerto para demostrar que han cambiado". En el siguiente párrafo, criticaba que les paguen un dólar al día por "arriesgar sus vidas", un sueldo "que ha sido el mismo desde 1984. Nunca ha subido con la inflación. Nunca ha subido aunque los incendios han empeorado y muchos han muerto".

California rechazó en noviembre prohibir el trabajo forzado

A lo que la autoridad penitenciaria no hace mención en su argumentario es al hecho de que los ciudadanos de California decidieron en las últimas elecciones que los presos pudieran continuar desempeñando este tipo de trabajos incluso de forma involuntaria. Los votantes optaron por tumbar la propuesta que habría acabado con todo tipo de trabajos forzados en la cárceles, lo que se conoció como la proposición 6. En cambio, otros estados como Nevada decidieron eliminar estos trabajos y también las referencias a la esclavitud de sus constituciones.

El origen de la propuesta estaba en el trabajo que hacen miles de presos en las cárceles, que va desde fregar platos a limpiar las instalaciones por menos de 74 céntimos de dólar la hora, siempre de forma obligatoria. La proposición 6 habría prohibido a la autoridad penitenciaria castigar a los reos que se nieguen a hacer estos trabajos. El resultado de la votación fue una sorpresa por el carácter progresista del estado de California, ya que estados conservadores como Alabama y Tennessee ya han decidido acabar con los trabajos involuntarios de la prisiones. Así, la decisión se interpretó como un giro a la derecha de los votantes que todavía debe analizarse en profundidad.