Un juez federal de Massachusetts ha paralizado de forma temporal la oferta para dimitir que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había hecho a los funcionarios para intentar aligerar el número de empleados públicos. Según han podido confirmar varios medios estadounidenses, el juez ha decidido ganar tiempo para valorar si el presidente puede dar nueve días a los trabajadores públicos para que valoren si les interesa dimitir a cambio de una indemnización equivalente a su sueldo hasta finales de septiembre.

El Gobierno de EEUU había ofrecido a los funcionarios hasta este jueves para decidir si aceptaban o rechazaban la oferta de lo que habían bautizado como "dimisiones en diferido", y obliga a la Administración a enviar un correo electrónico a los empleados para informarles de que esa fecha límite queda en pausa. El lunes tendrá lugar una vista al respecto.

La Administración ya había informado de que decenas de miles de trabajadores han aceptado la oferta. La Oficina de Administración de Personal (OPM por sus iniciales en inglés), la agencia de recursos humanos del gobierno, también anunció el martes que a partir de ahora utilizará filtros más estrictos de "conducta" para los nuevos empleados públicos.

Trump prometió durante la campaña electoral que cambiaría la Administración pública, y que durante su segundo mandato iría mucho más lejos de lo que fue en el primero. El correo electrónico que el Gobierno envió esta semana a más de dos millones de empleados públicos va en esa línea, pero los expertos advierten de que las consecuencias de despedir a decenas de miles de funcionarios serán enormes para la economía y la sociedad, incluso aunque Trump después contrate a otros trabajadores más afines a él.

Porque la oferta se dirige a todo tipo de empleados públicos, desde controladores aéreos a trabajadores sanitarios, gestores de préstamos para comprar viviendas o que gestionan ayudas a pequeñas empresas, recuerda la agencia Associated Press. Lo mismo con inspectores de alimentos y científicos que prueban el suministro de agua, afectando todos los sectores, desde los viajes aéreos hasta las protecciones al consumidor.

Para conseguir que un elevado número de empleados públicos dimita, la Administración Trump ha tomado otras medidas, como prohibir el teletrabajo. “La gran mayoría de los empleados federales que han estado trabajando de forma remota desde el COVID estarán obligados a regresar a sus oficinas físicas cinco días a la semana”, decía el correo electrónico enviado a los trabajadores.

La misma carta también advertía de que el presidente va a insistir en “la excelencia en todos los niveles”, y también en que la mayoría de las ramas del Gobierno sufrirán recortes de personal y por tanto despidos en los que podrían ofrecerse condiciones menos beneficiosas que las planteadas esta semana. “La fuerza laboral federal debería estar compuesta por empleados que sean confiables, leales, dignos de confianza y que se esfuercen por la excelencia en su trabajo diario”, añadía la carta.