Más aranceles y a más productos para potenciar la industria americana, pero también con la vista puesta en dañar a China. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha ordenado al Departamento de Comercio que arranque una investigación sobre si la producción extranjera de cobre y las importaciones a Estados Unidos suponen un riesgo para la economía y seguridad nacional estadounidense. Dependiendo de los resultados del estudio, el magnate podría anunciar nuevos aranceles al cobre, un material que se utiliza en la industria y la construcción militar -es un componente esencial de barcos, aviones y tanques-, y también en el sector de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial.
Fue el martes cuando el Departamento de Comercio detalló su plan del cobre. Según el asesor en aranceles e industria de Trump, Peter Navarro -quien también es el artífice de la escalada comercial de las últimas semanas-, la intención es tener los resultados de la investigación "lo antes posible" para poder tomar medidas pronto, porque considera que la industria estadounidense necesita gravámenes que protejan el cobre nacional, ahora mismo dañado por "prácticas comerciales injustas" por parte de otros países que impiden competir a las empresas americanas.
"Los aranceles pueden ayudar a que reconstruyamos nuestra industria estadounidense del cobre, si es necesario, y a fortalecer nuestra defensa", dijo el secretario de Defensa, Howard Lutnick. "Las fábricas americanas dependen del cobre, y debería fabricarse en América sin excepciones, sin excepciones". "Es hora de que el cobre vuelva a casa".
Lo que Trump no mencionó en un primer momento es a cuál es el país que considera que está perjudicando a día de hoy a la industria estadounidense del cobre: China. A día de hoy China no exporta grandes cantidades de cobre a Estados Unidos -la mayor fuente es Chile, al que siguen Canadá, Perú y México-, pero el país lo considera responsable de la caída de precios a nivel global, apuntaron portavoces de la Casa Blanca. Mientras, la producción estadounidense de cobre ha caído un 20% en una década, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Los productos y servicios chinos ya afrontan aranceles del 10% para entrar en Estados Unidos, de acuerdo con la orden ejecutiva que Donald Trump firmó el 1 de febrero y que entró en vigor el día 4. China respondió con un paquete de contramedidas, lo que incluía aranceles al carbón estadounidense, el gas natural y la maquinaria agrícola. Aparte, Trump planea imponer más aranceles al aluminio y al acero procedente de cualquier país a mediados de marzo, lo que perjudicaría especialmente a China. Ya durante su primer mandato el presidente estadounidense tomó a China como uno de sus principales rivales a batir, y ambos entraron en una guerra comercial que duró toda su legislatura y parte de la de Joe Biden. Entonces, una visita de Trump a Beijing calmó los ánimos y los llevó a acordar una pausa de 100 días para negociar los aranceles y cómo reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China, el principal objetivo del líder estadounidense.
Los funcionarios de la Administración Trump han transmitido que Beijín está moviéndose para "conseguir el control de todos los mercados de cobre del mundo". "China ha utilizado desde hace mucho su sobrecapacidad industrial y el dumpling como un arma económica para dominar los mercados internacionales, sistemáticamente perjudicando a sus competidores y expulsando a las industrias globales del mercado subvencionando de forma masiva a sus industrias clave, e inundando los mercados internacionales con bienes por debajo de los precio del mercado y después consolidando su control una vez su competencia desaparece", dijo Peter Navarro en una llamada con periodistas. "China ha expandido su influencia económica en sectores desde el acero y el aluminio a los paneles solares y los vehículos eléctricos".
Los encargados de llevar a cabo la investigación se regirán por la Ley de Expansión del Comercio, que se centra en decidir si la importación de un producto concreto supone una amenaza para la seguridad nacional. El presidente después decidirá si sigue las recomendaciones del panel, para lo que tiene 270 días. Según medios afines a Trump, el Gobierno chino ha anunciado que incrementará sus reservas de cobre del 5% actual al 10% en 2027, y las mismas cifras apuntan a que en 2024 China fue el líder en producción tanto de cobre como de materiales que llevan cobre. En respuesta, Navarro espera que Estados Unidos pueda aumentar su producción un 70% y reducir su dependencia del extranjero.
No es un secreto que Estados Unidos lleva años buscando producir su propia energía para reducir su inflación, y para ello depende de conseguir diversificar las cadenas de suministro que hoy día dependen en gran medida de China. Es China quien a día de hoy fabrica componentes clave para la transición energética estadounidense -antes orientada a luchar contra el cambio climático; con la nueva Administración Trump, solo a reducir la dependencia de potencias extranjeras-, como recoge la Inflation Reduction Act o ley de reducción de la inflación de 2022.
“La dependencia de la UE y EEUU de China para la obtención de minerales críticos y baterías es un asunto de creciente preocupación”, explicaba Pau Ruiz Guix en un artículo publicado en la web del Real Instituto Elcano en 2022 sobre los objetivos climáticos. “China domina el refinamiento de estos metales: refina el 59% del litio mundial, el 73% del cobalto, el 68% del níquel y el 40% del cobre. El país representa el 98% de las importaciones de la UE, y el 80% de las de EEUU, de la mayoría de estos minerales. Su centralidad ha llevado a China a dominar también las capacidades de fabricación de baterías: actualmente posee el 78% de la capacidad mundial de fabricación de baterías para vehículos eléctricos, y se prevé que el 70% de la capacidad de fabricación de baterías anunciada hasta 2030 esté en el país”.
Por eso, la IRA estadounidense ya planteaba la diversificación de las cadenas de suministro, alejándolas de China, lo que Trump pretende conseguir durante este segundo mandato.
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