El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió comprarse un coche Tesla en la tarde de este martes. “Es el número uno, es un gran producto, lo mejor que hay. Elon Musk ha dedicado su energía y su vida a hacer esto y creo que se le está tratando muy injustamente”, dijo en los jardines de la Casa Blanca, donde decidió escenificar su apoyo al empresario y su encargado de reducir el gasto público. También reveló que en el pasado ya compró otro, un Cybertruck, para su nieta de 17 años Kai.

“No se le puede penalizar por ser un patriota”, insistió el presidente mientras se subía a un Tesla rojo, junto al que había otros cuatro modelos de la misma marca. Momentos antes, el estadounidense había publicado en su red social su intención de hacerse con uno de estos vehículos para mostrar su “confianza y apoyo” a Musk, que este lunes vio cómo su compañía de automóviles perdía todas las ganancias que había registrado desde que Trump ganó las elecciones, al caer un 15%.

Más allá de la ironía que supone que el presidente que promulga el fin del “mandato del vehículo eléctrico” se haya comprado uno, llama la atención cómo el acercamiento de Elon Musk al presidente de Estados Unidos ha coincidido con el segundo peor mes de la historia de su compañía estrella, la que lo llevó a ser el hombre más rico del mundo. A lo largo del mes de febrero, las acciones del fabricante de vehículos cayeron un 28%, momento solo superado por diciembre de 2022, cuando la compañía se dejó un 37% en los mercados.

En total, Elon Musk ha perdido más de 185.000 millones de dólares (más de 169.000 millones de euros) desde hace tres meses. El gasto anual de España en pensiones es de alrededor de 200.000 millones, lo que da una idea de la magnitud de la cifra. Con todo, el desplome no ha conseguido que el CEO de Tesla, de SpaceX -un fabricante de cohetes espaciales que la NASA utiliza para enviar suministros a las estaciones espaciales- y también presidente de X -la red social antes conocida como Twitter- haya perdido el puesto de persona más rica del mundo.

Su riqueza neta sigue siendo la mayor del mundo, y está valorada en 301.000 millones, según el índice de multimillonarios de la agencia Bloomberg. En lo que va de año, Musk ha perdido 132.000 millones de dólares en bolsa, a años luz del siguiente multimillonario que más pérdidas ha registrado este 2025, Larry Ellison, con 23.200 millones, y del tercero, Jeff Bezos, que se ha dejado 22.500 millones.

Pero, ¿qué le ha pasado a Musk? ¿Tiene que ver con que su jefe haya parado la música de la fiesta del coche eléctrico? 

Trump hace declaraciones a los medios frente a varios vehículos Tesla y acompañado de Elon Musk, su asesor y CEO del fabricante de vehículos. EFE/EPA/SAMUEL CORUM / POOL

Las acciones de Tesla, el fabricante de coches más valioso del mundo, que vende vehículos eléctricos y baterías solares que se cargan en casa, han caído casi a la mitad de su valor en tres meses, y un 45% desde aquel máximo de mediados de diciembre de 486.000 millones, con lo que Tesla ha perdido prácticamente todo lo ganado desde las elecciones que Trump ganó (Tesla valía 264.000 millones el 5 noviembre, día de las votaciones). El empresario había invertido 250 millones en la campaña electoral republicana.

Aún así, Tesla sigue estando valorada muy por encima del resto de grandes fabricantes de coches y de tecnología. Según Reuters, esto tiene que ver con que muchos compran acciones de Tesla no solo pensando en sus coches eléctricos, sino en apoyar el negocio de un pionero en la inteligencia artificial que pronto iniciará una revolución con sus robotaxis y humanoides. Desde 2016, Musk promete que sus Tesla sin conductos llegarán el año siguiente.

Entonces, ¿por qué caen en picado las acciones de Tesla? Los economistas piensan que tiene que ver con la caída en ventas de vehículos, y por tanto en facturación y beneficios, pero también con las protestas de muchos contra los recortes que su CEO está llevando a cabo en el sector público. Los inversores están preocupados por que la actividad política de Musk perjudique -en lugar de beneficiar- a sus empresas, tanto porque ahora está centrado en otras labores y no en hacer dinero, como porque muchos decidan vender sus acciones con tal de no apoyar sus recortes.

Este lunes, las acciones de Tesla han caído más de un 15%, perdiendo más de 125.000 millones en capitalización bursátil, después de que UBS recortase sus pronósticos relativos a las ventas del fabricante en el primer trimestre. El mismo día, Trump había rechazado descartar que Estados Unidos pueda entrar en recesión y en consecuencia el índice de referencia estadounidense S&P 500 cayó un 2,7% y el tecnológico Nasdaq perdió un 4%.

La cercanía de Musk a Trump debería beneficiar a Tesla

Pero lo cierto es que la cercanía de Elon Musk a Donald Trump debería beneficiar a Tesla. Así lo pensaban los inversores convencidos de que el presidente actuará para librar a la empresa de los obstáculos regulatorios a los que se está enfrentando y por los que sus robotaxis aún no han podido despegar. Sin embargo, los críticos recuerdan que esto tiene que ver con las leyes de muchos estados, y no solo con las federales, más permisiva con los vehículos autónomos. Por ejemplo, el estado de Texas, donde Tesla tiene su sede original, ha prohibido a las ciudades regular los vehículos eléctricos.

Tesla se ha enfrentado a un buen número de juicios e investigaciones federales por los accidentes, algunos mortales, en los que se han visto implicados algunos de sus vehículos que conducían solos o con su sistema de asistencia a la conducción activado. En respuesta, la empresa advierte a sus clientes de que los conductores tienen que prestar atención, puesto que estos programas son solo una ayuda, aunque al mismo tiempo su jefe insiste en que pronto los coches sin conductor serán mucho más seguros que los conducidos por humanos.

No obstante, cualquier movimiento de Trump relacionado con las empresas de Musk será vigilado de cerca. El presidente de EEUU ya ha sido cuestionado en múltiples ocasiones sobre si Musk no está incurriendo en un conflicto de intereses al estar tan cerca de la Administración que regula sus compañías, y Trump ha prometido que el empresario no se acercará a nada que esté relacionado con sus sectores. Con todo, al presidente no ha parecido preocuparle su idea de llevar a cinco Tesla a la Casa Blanca para mostrar su apoyo a su amigo y consejero en pleno chaparrón de la bolsa.

En conversación con los periodistas, el presidente aseguró que tenía previsto rellenar un cheque de 80.000 dólares por el coche, y que lo destinaría al personal de la Casa Blanca, porque él tiene prohibido conducir. También dijo directamente que esperaba que su compra impulsase el valor del fabricante en bolsa, porque es "un gran producto" y "tenemos que celebrarlo". "Los radicales de izquierda lunáticos, como suelen hacer, están intentando ilegalmente boicotear a Tesla, uno de los fabricantes de vehículos más grandes del mundo, y el bebé de Elon, para atacar y hacer daño a Elon y a todo por lo que él lucha".

Para Trump, Musk no debería "tener que sacrificarse o tener que sufrir porque quiere ayudar al Gobierno". Rápidamente, otros activistas de extrema derecha como Alex Jones siguieron la línea de Trump, publicando que ellos también tienen un Tesla. El coche emblema de los ricos progresistas y ecologistas ha cambiado de bando.